Políticas

10/11/2022

El PTS ¿rechaza un congreso del FIT Unidad?

Acto FIT-U. Foto de Archivo

El PTS respondió a nuestra propuesta de un congreso del Frente de Izquierda Unidad, que realizáramos en el acto ante una colmada Plaza de Mayo, con una carta y una serie de entrevistas de sus dirigentes en medios de comunicación. El Partido Obrero, en diferentes intervenciones en el acto y en la nota previa de Gabriel Solano, propuso un congreso del FIT-U con el objetivo de fortalecer una alternativa agrupando a los sectores que vienen enfrentando el ajuste en todo el país, para colocar un programa de salida a la crisis frente al cuadro de bancarrota económica y política y a las próximas elecciones presidenciales.

El PTS considera en su carta que “hay un proceso electoral en curso”. ¿Cómo debe abordar la izquierda este proceso? En la carta se propone una “coordinadora nacional de luchas”. ¿Se trata de una posición antielectoral? De ser así, correspondería dar de baja las candidaturas que el PTS proclamó en su congreso en junio, 16 meses antes de las elecciones. Pero no es esta la orientación del PTS. Para aclarar los tantos, una entrevista a Nicolás del Caño viene a clarificar realmente de qué estamos hablando. En Perfil (3-11) Del Caño sostiene que “después, el tema de las candidaturas se resolverá con las Paso, como en 2015 ante los compañeros del PO que postularon a Jorge Altamira”. O sea, no hay ningún debate, ni congreso ni nada: vamos a las Paso. El PTS propone un congreso no electoral con los candidatos ya designados… por el congreso del PTS.

Como ya lo sostuvimos, las Paso no son el mejor método de la izquierda revolucionaria para designar candidaturas y son nocivas para abordar el proceso electoral. Además de que no hay Paso en gran parte de las elecciones adelantadas en las provincias, las Paso destruyen la capacidad de la izquierda de trazar un programa y una perspectiva de movilización política común y las reemplazan por una disputa internista dirimida por “el electorado”.

Un congreso en cambio es la base de una acción común en el terreno político, necesaria para enfrentar, a su turno, electoralmente a los partidos del régimen. Desde su constitución, el FIT criticó las Paso como un mecanismo de injerencia del Estado en los partidos, y siempre rechazamos diluir la militancia de la izquierda en un electorado permeable a las presiones de las corrientes políticas de la burguesía.

Como ya lo venimos explicando, para tener un alcance revolucionario, la lucha política del FIT-U (por supuesto también cuando es llevada al terreno electoral y parlamentario) debe apoyarse en la movilización popular. Eso es lo que postulamos cuando planteamos la necesidad de un movimiento popular con banderas socialistas. Los límites de un desarrollo meramente electoral fueron puestos de manifiesto en diversos casos (hoy Jujuy, antes Salta o Mendoza). Nuestra  propuesta apunta a que el FIT-U se dé una política para superar estos límites, con los que ya nos topamos en el pasado.

El PTS, en cambio, promueve reemplazar los acuerdos y debates del conjunto de la militancia y el impulso común a una movilización política por una pelea internista en las Paso. Incluso defiende que sea el electorado quien seleccione los voceros de la izquierda revolucionaria, un atributo que, defendemos, debe ser propio de la militancia del FIT-U, de sus partidos y de todo el activismo dispuesto a apoyarlo, en un congreso y en congresos provinciales.

Bajo un disfraz de coordinación de las luchas, entonces, lo que se defiende es la “descoordinación” del Frente de Izquierda.

Frente único, por un paro nacional y plan de lucha, por el triunfo de todas las luchas

Esta negativa no declarada a convocar al activismo a discutir con el FIT-U una alternativa tiene como contrapartida el llamado a un congreso para “coordinar las luchas”. Luchas que por otro lado el PTS considera que son aún luchas aisladas (“no estamos aún frente a una generalización de las luchas” sostiene en su carta).

Pero si se trata aún de luchas aisladas, la primera tarea es apoyarlas para llevarlas al triunfo. Esto vale para la actual huelga de salud, como para la lucha del Sutna o la lucha piquetera. Ahora bien, el PTS ha brillado por su ausencia en el apoyo activo a la lucha más masiva del último período, la lucha del movimiento piquetero. Ahora, cuenta con la Unidad Piquetera para “llenar un estadio” en un evento de coordinación, pero no fue capaz de apoyar cuando la Unidad Piquetera acampó ¡tres días! frente al Ministerio de Desarrollo Social. Y no apoya porque, para el PTS,  “como es sabido, la participación en las movilizaciones es proporcional a la cantidad de planes generados por el Estado” (LID, 28/10). El PTS sigue caracterizando al movimiento piquetero independiente como un movimiento paraestatal, no como un movimiento de lucha contra el Estado. ¡20 años de hostilidad al movimiento de lucha más importante y genuino de la clase obrera argentina del período!

Incluso en la ya citada entrevista, Del Caño critica que “el PO estuvo más dedicado a construir un movimiento social que una alternativa política”. La crítica de Del Caño habla más del PTS que de nosotros, porque solamente una organización que concibe “la política” fuera de la lucha de clases puede criticar nuestro empeño en desarrollar las asambleas y movilizaciones obreras y piqueteras contra el hambre y el ajuste. ¿Qué sería dedicarse a construir una alternativa política? ¿Organizar a los votantes del FIT-U para la campaña electoral de 2023? Para nosotros, el progreso de la izquierda no puede separarse de los pasos reales de la clase obrera para organizarse y pelear en forma independiente, por sus reclamos.

Por otro lado para “coordinar” las luchas (e incluso para que existan luchas), es necesaria una política de frente único por los reclamos y para recuperación de las organizaciones obreras de manos de la burocracia. El Partido Obrero apuesta a fondo a esta orientación. En cambio, en procesos centrales de la lucha de clases, el PTS tuvo una política de ruptura. ¿O ayuda a “coordinar” presentar una lista divisionista en el Sutna nacional, o cuando estaba en juego la seccional San Fernando, incluso más recientemente Llavallol? Dividir las fuerzas de la oposición en la CTA Yaski ¿es un paso a la coordinación?

En tercer lugar, una coordinación que plantee un programa frente al ajuste y llame a movilizar contraponiendo con la burocracia sindical debe ser impulsada por las propias organizaciones obreras en lucha. No se puede sustituir esta convocatoria por una convocatoria del Frente de Izquierda, que agrupa a los partidos que luchan por estructurar una salida socialista. Las luchas agrupan tendencias políticas diversas. Es fundamental, por supuesto, dar la batalla para que progresen las ideas de la izquierda en toda la base que está enfrentando el ajuste, pero no se puede poner la adhesión al FIT-U o incluso más genéricamente a las ideas de la izquierda como punto de partida para una coordinación de luchas. Es un método que no se corresponde con la evolución de las propias luchas que nuestros compañeros del PTS pretenden “coordinar” cuyo motor no ha sido el Frente de Izquierda sino el impulso de los sindicatos recuperados, como en el caso del Sutna, los Sutebas Combativos, de AGD, de Aten, Amsafe, Ademys, Controladores Aéreos, Cerramistas de Neuquén o la Unión Ferroviaria Oeste, por mencionar algunos; por las organizaciones piqueteras independientes o las asambleas de trabajadores como el caso de la gran huelga en curso de residentes y concurrentes.

Ni qué decir que este problema se agudiza cuando la propuesta viene de una fuerza política que se ausenta de luchas centrales y coloca todos sus esfuerzos en candidaturas internistas. Los luchadores llegarían con candidatos designados a ser convidados de piedra en la política electoral de la izquierda.

Por nuestra parte planteamos el apoyo a todas las luchas en curso, a las iniciativas que surjan de las asambleas, cuerpos de delegados y sindicatos recuperados, y el planteo de un paro nacional y plan de lucha para derrotar el ajuste, un planteo que levantó el movimiento piquetero desde la marcha federal y que se ha transformado en un eje nacional de agitación contra la burocracia de todos los pelajes, de la CTA y la CGT. El impulso a las asambleas y la deliberación en los lugares de trabajo para impulsar la movilización contra el ajuste y un frente único por la expulsión de la burocracia sindical y la recuperación de los sindicatos como herramientas de lucha. Y un congreso del Frente de Izquierda Unidad para impulsar masivamente una alternativa de la clase obrera.