Políticas

8/9/2023

CABA

Entre la devaluación y los tarifazos, la inflación de agosto fue récord

La quita de retenciones y el tipo de cambio diferencial para las economías regionales que anunció Massa generará mayor presión sobre los precios.

Inflación en CABA.

Este jueves se conoció el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires del mes de agosto, el cual alcanzó el récord de 10,8% y ya acumula un incremento de 79,8% en lo que va del año. Esto sucedió luego de que Massa aplicara la devaluación exigida por el FMI, lo cual impactó de lleno en los precios. La nueva escalada tuvo su expresión también en la ciudad de Córdoba, donde la inflación mensual superó la estadística porteña y se ubicó en 12,15%. Otra vez, la crisis se descarga sobre el bolsillo de los laburantes.

Este incremento está liderado por el rubro Alimentos y Bebidas no alcohólicas, el cual aumentó un 12,15% en agosto, 1,7 puntos por encima del promedio general. Al interior de la división de Alimentos, el principal impulso provino de Carnes y derivados (19,2%), seguido por Pan y cereales (10,4%), Verduras, tubérculos y legumbres (15,9%) y Leche, productos lácteos y huevos (7,7%). La vigencia del dólar diferencial para los productos de las economías regionales y el maíz ya venía acelerando los precios de muchos alimentos en las góndolas locales y la devaluación del 22% agravó la situación.

Sucede que, si bien la mayoría de los alimentos que consumimos no son de origen importado, el capital agrario busca inmediatamente replicar en el mercado interno los mayores beneficios que obtiene exportando. Puede hacerlo porque posee el monopolio del complejo agroexportador local y de la tierra, algo que ningún gobierno se ha propuesto alterar.

Ahora Massa eliminó las retenciones a las exportaciones para los productos agroindustriales de las economías regionales (citricultura, pesca y acuicultura, arroz, vitivinicultura, maní, tabaco y foresto industria), un favor a las patronales agrarias que viabilizará aún más el traspaso de los precios internacionales al mercado interno. A su vez, el Estado compensa parte de lo que deja de recaudar con estas exenciones a los capitalistas mediante impuestos al consumo, como el IVA que aumenta conjuntamente con los precios.

A esto se suma el lanzamiento del nuevo dólar soja, lo que les permite liquidar a la cotización paralela el 25% de las exportaciones de la oleaginosa y sus subproductos, una medida implementada por el gobierno para nutrir las reservas del Central. Esto, como ya quedó demostrado, también repercutirá en la inflación futura y, lejos de nutrir las arcas se destinará a financiar la fuga de capitales, que es lo que viene sucediendo hasta ahora. Los capitalistas se enriquecen a costa del bolsillo popular y de la sangría de los recursos del país.

Esto ha tenido como contrapartida una caída en el consumo, pero así y todo Larreta decidió no otorgar ni siquiera los magros bonos anunciados por el gobierno nacional para los trabajadores estatales, alegando que las en CABA se ajustan los salarios todos los meses. Esta declaración pueden desmentirlas los docentes, quienes vienen sosteniendo un plan de lucha hace meses por aumento salarial, o los residentes y concurrentes que el año pasado protagonizaron una enorme pelea por salarios iguales al costo de vida.

Sucede que gobierno de la Ciudad se jacta del superávit fiscal en CABA, pero es una política que se sostiene gracias a que la inflación licúa los salarios y que la mayor parte de la carga tributaria recae sobre los trabajadores, la cual sí se encuentra indexada a la inflación, no como los salarios.

También se ubicaron por arriba del 10,8% general los rubros regulados por el Estado, como es el caso de Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, el cual percibió un aumento del 13,8%. Recordemos que el gobierno viene de autorizarle a las petroleras incrementos del 12,5% en las naftas antes del “congelamiento”, lo que se traslada a los precios del transporte y de toda la cadena productiva. Además evalúa nuevos incrementos en las tarifas de luz, gas y agua para continuar avanzando en el recorte de subsidios.

A su vez, el índice inflacionario impacta de lleno en los aumentos de los alquileres, que ya en la Ciudad son récord. No obstante, ahora, con la complicidad del oficialismo, ya tuvo media sanción en diputados la reforma de la ley que impulsa la oposición liberalizando completamente el mercado de alquileres, lo que conformará un golpe mucho mayor a los ingresos de los inquilinos.

Esta política de hambre a la que los políticos capitalistas someten a la población le allana el camino a la campaña de Milei, que se vale de la situación para hacer demagogia con la dolarización, una medida que agravaría profundamente el cuadro partiendo de la base de que requiere una mega devaluación para ser llevada adelante, lo que aumentaría exponencialmente los precios y hundiría los salarios.

La lucha por recomponer los ingresos de la población trabajadora no puede esperar. Necesitamos un congreso de delegados de base del movimiento obrero y piquetero que vote un plan de acción por trabajo genuino, salario mínimo equivalente a la canasta familiar y aumentos salariales indexados a la inflación mensual. Abajo el programa del FMI.

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