Políticas
24/4/2025
CABA
Flores Norte: defendamos nuestro barrio del avance de la industria textil y la especulación inmobiliaria
Vamos por la reglamentación del Articulo 84 del código urbanístico.
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Taller textil.
La situación de los vecinos de Flores se ha vuelto desesperante. El avance descomunal del comercio textil con la proliferación de talleres, comercios masivos y depósitos de tela ha transformado la fisonomía de un barrio que supo ser residencial en un polo textil. Esta ha sido una política expulsiva de los vecinos del barrio, ya que debido a esto muchos se han visto obligados a irse de sus hogares mientras se desvalorizan sus propiedades debido a esta transformación.
Entre los problemas que aquejan al barrio está el uso y la ocupación del espacio público en función del lucro privado. Vale recordar que a la zona de la que hablamos, según el Código Urbanístico, le corresponde el “Área de Mixtura de Uso 2” que según el mismo “corresponde a las áreas y corredores destinados a residencia, servicios y comercios de mediana afluencia”. Esto en la zona no es respetado y cotidianamente las calles son utilizadas para carga y descarga de camiones de tránsito pesado en lugares donde no está permitido hacerlo y en depósitos que no deberían estar habilitados. A lo de los camiones se le suma que debido a los comercios masivos (y no de mediana afluencia) llegan micros con gente que se acerca al barrio para aprovechar el precio barato de los productos que ofrece la zona; y el uso de ambos transportes pesados deteriora el suelo. Atado a este problema, la saturación de la mixtura de usos que tiene la zona lleva a que el barrio se quede sin negocios de cercanía.
Toda esta situación sucede con el amparo y complicidad del gobierno de Jorge Macri. Es recurrente en el barrio ver pasar estos transportes en zonas donde no está permitido el tránsito pesado, con inspectores de tránsito o policías haciendo la vista gorda; ante la queja de los vecinos, responden que no estarían habilitados a intervenir, sancionar o llamar la atención de la infracción que están cometiendo. Por otro lado también existen denuncias de vecinos que son amenazados y agredidos física y verbalmente por denunciar estas cuestiones.
Otra demostración del entramado mafioso que existe entre las patronales textiles y el Gobierno de la Ciudad es el desarrollo de talleres y depósitos de telas en lugares inhabilitados, que avanzan sin freno, sanciones ni controles de seguridad y salubridad por parte del Estado. Tanto la Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad como la de Protección Ambiental brillan por su ausencia. Además de permisos de construcción y habilitaciones que no existen, en muchísimos casos los trabajadores se encuentran en la total informalidad laboral, trabajando por míseros salarios y en ocasiones llegando al punto de encontrarse en condiciones de esclavitud como lo han demostrado la tragedia del taller de Páez y Terrada con la muerte de menores de edad, el incendio de Luis Viale, o como es de publico conocimientos las condiciones de los talleres clandestinos de la exprimera dama durante el gobierno de Macri, Juliana Awada. Estas condiciones de trabajo ultraprecarias explican el precio tan bajo de las prendas textiles que se venden en la zona y a su vez el peligro incendiario de los depósitos de telas.

Los sucesivos gobiernos de la Ciudad han sido cómplices, colaboradores y partícipes de este avance. El ataque al patrimonio histórico del barrio podemos verlo en lo que fue la demolición de la antigua casa de Alfonsina Storni; su demolición en su momento había sido frenada por los vecinos que pedían su uso para un centro cultural ligado a la literatura. Como era de esperar, el GCBA hizo caso omiso al reclamo vecinal y a los proyectos de leyes presentados, y optó por demolerla para avanzar con el comercio textil. Otra preocupación muy grande es la licitación sobre las tierras ferroviarias de Venancio Flores, linderas a las vías de tren. No solo su ocupación por comercios textiles agravaría la situación ya descripta sino que impediría a futuro obras que permitan mejorar el transporte en una zona caótica como lo es la barrera de Avenida Nazca.
A principios de este año el gobierno porteño ha llevado a cabo una brutal represión sobre los manteros que se la rebuscan para poder sobrevivir día a día y son utilizados como chivo expiatorio. De esta manera, buscan desviar la atención de los verdaderos problemas que sufre el barrio y que a pesar de esa puesta en escena se siguen profundizando.
Ante este cuadro gravísimo, los vecinos del barrio se han comenzado a organizar hace tiempo y han logrado en diciembre del año pasado colocar el problema mientras se debatía la reforma del Código Urbanístico en la Legislatura. Si bien no se ha logrado integrar la totalidad de lo solicitado, sí han conquistado aspectos progresivos como los que sostiene el Artículo 84 de esta reforma. En ella se plantea: “Redefinir la normativa urbanística, promoviendo una mixtura de usos deseable y mecanismos para regular la saturación de los usos del suelo. Dimensionar y recomponer la matriz de infraestructura de servicios. Crear mecanismos de incentivo para la relocalización de actividades textiles. Preservar y potenciar la riqueza histórica y patrimonial del área”.
En el mismo punto, el GCBA se comprometió a conformar una unidad de gestión para llevar esto a cabo, de la cual ha hecho caso omiso continuando con su orientación favorable a la proliferación de la actividad textil en detrimento del barrio de Flores y sus vecinos.
Trabajadores y vecinos de Flores: debemos seguir organizados y luchar por la reglamentación del artículo 84 y en defensa de nuestro barrio.


