Políticas

8/6/2022

Habilitan aumentos de Precios Cuidados a las patronales que “remarcan todos los días”

Cristina Kirchner se indigna con las declaraciones del dueño de La Anónima, pero el gobierno actúa de la misma manera.

Precios Cuidados

Luego de que el dueño de una de las cadenas de supermercados más grande del país, Federico Braun, presidente de la cadena de supermercados La Anónima, se hizo cargo este martes, en el Foro de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), de la estrategia de remarcación constante de precios que adoptan las patronales ante la inflación, Hang se reunió con las principales empresas de consumo masivo con el afán de “achicar las brechas de precios con los productos que están fuera del programa y que no haya desabastecimiento”. Esto significa un aumento en el precio de los productos que están incorporados al programa Precios Cuidados, además del que ya había autorizado Feletti, como respuesta a los reclamos de las patronales alimenticias.

Braun también agregó: “Nosotros decimos que no somos formadores de precios. Eso es una pequeña mentira porque somos formadores en una parte. En realidad, trasladamos cuando podemos trasladar”. La política de precios de las empresas alimenticias que dominan el negocio se caracteriza por la especulación, sobre todo en un contexto de corrida inflacionaria, para no achicar los márgenes de ganancias. Pero el gobierno es el principal formador de precios, en tanto y en cuanto lleva adelante las tareas que impone el acuerdo con el FMI, promoviendo la inflación a través de los tarifazos y devaluación que pulverizan el poder adquisitivo.

Cristina Kirchner advirtió sobre las declaraciones de Braun pero no dijo nada con respecto a la concesión que el nuevo ministro de Comercio Interior le otorgó a los supermercadistas. La vicepresidenta se muestra indignada pero se ocupa de que las jubilaciones y los salarios no se remarquen al ritmo que remarcan los precios las patronales. Sin ir más lejos, donde gobierna Kicillof las paritarias a la baja son la norma y los salarios no llegan a cubrir ni una canasta básica de alimentos. Los mismo sucede con las jubilaciones que Fernanda Raverta, directora de Anses alineada con CFK, mantiene por debajo de la línea de indigencia aplicando la fórmula de movilidad que divorcia los haberes del índice de precios, consagrando una pérdida permanente del poder de compra de los haberes previsionales. La “indignación” de Cristina busca encubrir que toda la orientación del gobierno apunta a rescatar el pago de la deuda, incluso mientras continúa la fuga de capitales, lo que constituye el principal motivo de depreciación de la moneda nacional y pulveriza el poder adquisitivo de los trabajadores.

Luego de la pantomima de la “guerra contra la inflación”, la renuncia de Feletti es otro síntoma del fracaso de las políticas “antiinflacionarias” y de control de precios. El recule en el impuesto a las rentas extraordinarias de los grandes pulpos del agro y la designación de Guillermo Hang como nuevo ministro de Comercio Interior demuestra que el gobierno seguirá orientando sus políticas para que la inflación recaiga sobre las espaldas de los consumidores y que la crisis la paguen los trabajadores.

De esta manera, se agravará el contexto inflacionario que le impide a una porción cada vez mayor de la población satisfacer sus necesidades básicas, sobre todo porque también se estipularon varios aumentos de servicios, como el transporte, para las próximas semanas. A las alimenticias, que extorsionan a la población con desabastecimiento de productos esenciales, le otorgan los aumentos mientras al masivo movimiento piquetero lo acusan de extorsión -a coro con los Milei, Bullrich y Larreta- cuando ganan la calle contra el hambre y por trabajo.

Para defender las condiciones de vida de quienes viven de su trabajo, hay que empezar por abrir los libros de toda la cadena de valor al control obrero, corroborando los costos reales de producción y los márgenes de ganancia, y fijar un salario mínimo igual a la canasta básica.