Políticas
29/5/2022
LA SEMANA
La inflación, el impuesto al salario y la necesidad de un paro nacional

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Collage Prensa Obrera
La inflación golpea cada vez más a los trabajadores. Estimaciones privadas indican que superaría el 5% en mayo y, de seguir por esa senda, cerraría el año por arriba del 60%. En el caso de los alimentos, las subas son aún mayores.
Al deterioro salarial como fruto del aumento de los precios, para un sector creciente de trabajadores se suma el problema del impuesto a las ganancias, dado que los aumentos salariales no son suficientes para compensar la inflación, pero sí para superar el monto a partir del cual se debe pagar el tributo. En los últimos meses, 100 mil trabajadores se sumaron al listado.
En este contexto, el gobierno se ha visto obligado a elevar el mínimo no imponible, como una válvula de escape ante la presión social (por análogos motivos, debió lanzar el limitadísimo bono de 16 mil pesos). Pero solo lo subió un 24%; pasa de 225.937 a 280.792 pesos brutos, por lo que miles de trabajadores lo seguirán pagando, incluyendo autónomos y monotributistas, categorías en las que no se instrumentaron modificaciones. Tampoco hubo cambios en las alícuotas (apenas un alivio para quienes ganan entre 280.793 y 323.850 pesos, vía una tabla especial de deducciones), y en el caso del aguinaldo, solo quedaría exento el grupo que había caído en las redes del impuesto en los últimos meses (y que ahora vuelve a salir), todo lo cual reduce aún más el alcance de la medida oficial.
Este mezquino anuncio, sin embargo, bastó para que la conducción de la CGT –incluyendo a Pablo Moyano- posara junto a Martín Guzmán y descartara la posibilidad de cualquier medida de fuerza.
Héctor Daer, uno de los triunviros de la central obrera, habló de “sostener la capacidad de compra del salario y que el salario le termine ganando a la inflación”, que es exactamente lo que la burocracia sindical no hace.
Los sectores gremiales ligados al kirchnerismo, en tanto, promueven acciones concentradas en denunciar a las empresas remarcadoras de precios, pero omiten señalar la complicidad y responsabilidad del gobierno. De hecho, éste ya avanza por el camino de autorizar la suba de los “precios cuidados”, para que no crezca la brecha con los precios “liberados”.
El fracaso en el control de precios precipitó esta semana la salida de Roberto Feletti de la Secretaría de Comercio Interior, en el marco de una interna dentro del oficialismo que crece junto a la crisis. Los medios señalan que Sergio Massa, una de las patas del gobierno, hizo presión contra Guzmán para que saliera lo del mínimo no imponible. Al igual que los K, el líder de la Cámara de Diputados está preocupado por las consecuencias electorales negativas que le puede traer al Frente de Todos la carestía y el empobrecimiento.
Lo valioso es que hay sectores del movimiento obrero que desafían la política de contención y paritarias a la baja de la burocracia. El Sutna viene de desarrollar un nuevo paro. También han parado los docentes universitarios nucleados en la AGD-UBA y en la Conadu Histórica. Y los trabajadores de Página 12.
A la vez, el movimiento piquetero volvió a ganar las calles el 26 para denunciar la exclusión de cuatro millones de personas del pago del bono que mencionábamos al comienzo de esta nota. La Unidad Piquetera protagoniza la lucha contra el hambre en los barrios.
Por todos los reclamos planteados, necesitamos un paro nacional y un plan de lucha.
Buen domingo.
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