Políticas

3/8/2023

La reforma laboral de Bullrich es la “Ley Banelco”

La derechista quiere reeditar la fracasada ley que el gobierno de De la Rúa aprobó coimeando senadores.

Bullrich.

La precandidata a presidenta de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, propone implementar una reforma laboral cuyos aspectos esenciales son casi idénticos a los de la “Ley Banelco” del expresidente Fernando de la Rúa y su vice Carlos “Chacho” Álvarez. Es decir, se trata de un intento de avanzar en una ofensiva en regla contra los trabajadores. Como parte de una maniobra demagógica, Héctor Daer, cosecretario general de la CGT, criticó a la derechista por esto.

La reforma que quiere aplicar Bullrich implica eliminar la ultraactividad (cláusula que mantiene en vigencia los convenios en caso de que el sindicato y el empleador no lleguen a acordar uno nuevo), lo que llevaría a que las patronales puedan imponer rebajas salariales y otros ataques; desregular las negociaciones colectivas (o sea, implementar una modificación empresa por empresa de los convenios); colocar un tope de seis sueldos a la indemnización; imponer a escala general el régimen indemnizatorio que prima en la Uocra (los obreros financian sus propias indemnizaciones), entre otras cuestiones.

Como se ve, la presidenta del PRO pretende modificar los convenios colectivos de trabajo para aumentar la tasa de ganancia capitalista, atomizar a los trabajadores mediante su desorganización sindical y darle más facilidades a las patronales para despedir. Todo esto se haría bajo el pretexto de la necesidad de “modernizar los regímenes laborales” y de “crear fuentes de trabajo”.

Atacar las indemnizaciones por despido y quitarles a los trabajadores recursos legales para enfrentar un atropello patronal (que es lo que está detrás del discurso contra la denominada industria del juicio, el cual ha sido adoptado hasta por Grabois) difícilmente cree las condiciones para un incremento de las fuentes de trabajo. La historia se encargó de demostrarlo.

Carlos Menem desarrolló, de la mano de los capitalistas argentinos y foráneos, una política de flexibilización laboral que, entre otras cosas, aumentó la explotación de los trabajadores por parte del capital. Esto terminó por redundar en un aumento de la desocupación y de la precarización laboral.

La Banelco fue promovida por frepasistas, radicales, el FMI e importantes popes de la burguesía nacional como Paolo Rocca, el CEO de Techint. El ministro de Trabajo del Frepaso, Alberto Flamarique, organizó el coimeo de los senadores peronistas que terminaron votando a favor de la reforma. Para esto último se utilizó plata de la exSide. Todos los implicados en esta megacausa de corrupción fueron absueltos.

Con esta ley, la clase capitalista, en los hechos, amplió la jornada laboral (se benefició de un aumento de la plusvalía absoluta), eliminó descansos, incrementó los ritmos de trabajo, redujo las dotaciones de personal, etc. El gobierno aliancista tenía entre sus objetivos terminar con la ultraactividad de los convenios, habilitar sindicatos por empresa, extender los periodos de prueba de los nuevos trabajadores y dar lugar a que los convenios por empresa perforen a la baja la legislación general y los convenios marco. Es lo que quiere hacer Bullrich.

El movimiento obrero argentino enfrentó la política capitalista de De la Rúa y Álvarez mediante la realización de paros generales. La Banelco sería derogada varios años después; el kirchnerismo la reemplazó por otra ley que mantuvo un régimen de precarización laboral.

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Daer posó de opositor a la orientación de Bullrich, diciendo que “lo mismo intentó hacer (ella) bajo el gobierno de De la Rúa, además impulsó la baja de los sueldos a los jubilados y a los estatales, y así terminó De la Rúa”. Lo del burócrata es una cortina de humo para ocultar que la CGT es partidaria de avanzar en una reforma laboral. El mismo Daer elaboró con Mauricio Macri un borrador de reforma laboral. El expresidente no pudo aplicarla porque las movilizaciones obreras del 14 y el 18 de diciembre se lo impidieron.

Además, la CGT bancó la modificación precarizadora de los convenios colectivos del sector petrolero en 2017 y también la que se operó en ramas del Smata (por ejemplo, el convenio modelo firmado entre Smata y Fiat en 1997 y la reforma laboral que se aplicó hace relativamente poco en Toyota). Sergio Massa, a quien la CGT define como “el candidato de los trabajadores”, ha propuesto “modernizar los regímenes de trabajo”; el mismo verso reaccionario de Bullrich. Y para colmo, Rodolfo Daer, el hermano de Héctor, fue uno de los impulsores de la Banelco.

Daer, al igual que toda la CGT y los políticos capitalistas, le teme como la peste a la rebelión popular. Sabe que para hacer pasar semejante ofensiva antiobrera, cualquiera de los candidatos capitalistas (Massa, Larreta, Bullrich, Milei) que gane las elecciones deberá enfrentarse en las calles contra los trabajadores.

Para la clase obrera, la clave pasa por recuperar los sindicatos de las manos de la burocracia sindical y ponerlos a disposición de la lucha por los intereses de los trabajadores, como hizo el Sutna. En el plano electoral, para darle fuerza a la lucha contra la reforma laboral de los políticos capitalistas votemos Solano-Ripoll, cuyas listas están compuestas por obreros y obreras que se plantan contra el ajuste.

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