Políticas

19/5/2023

editorial

Las tareas de la conferencia electoral del Partido Obrero

Los desafíos: aprovechar la crisis para ganar a los trabajadores a los planteos socialistas.

Gabriel Solano y Romina Del Plá, precandidatos del Partido Obrero.

Este sábado 20 se reunirá la conferencia electoral del Partido Obrero. Después de los plenarios que se realizaron en las diversas zonas, los delegados votados en los mismos adoptarán las resoluciones para intervenir en la campaña electoral que ya está en pleno desarrollo.

Es evidente que la cuestión electoral concentra la crisis que sacude al país y que tiene características incluso inéditas. El derrumbe del gobierno del Frente de Todos es la expresión de la inviabilidad de la política capitalista para sacar a la Argentina de un declive que lleva décadas. El gobierno de Alberto Fernández, Cristina Fernández y Sergio Massa termina igual que el de Macri: reforzando el endeudamiento y sometimiento al FMI, con inflación, con devaluación, con fuga de capitales, con aumento de la pobreza y con un ataque profundo a las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población en todos los terrenos.

Que esto sea así, que dos gobiernos de signos políticos diferentes (e incluso presentados como el lado opuesto de la grieta) terminen de la misma forma, con fracasos similares, corrobora la caracterización de que estamos frente a una crisis de régimen.

Las renuncias de Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner a la candidatura a la presidencia es una demostración palmaria de esta caracterización. Lo que los lleva a los dos al mismo lugar es lo que tienen en común: ser políticos capitalistas, defender los intereses de la clase social que ha saqueado al país a cuenta propia y en asociación o a cuenta del capital internacional. Por último Argentina no es una excepción sino la expresión de la crisis capitalista mundial, con las guerras, el crecimiento de la pobreza, los desastres ambientales y los ataques a los derechos de los trabajadores a una escala global.

Eso es lo que está en el fondo de la crisis que envuelve al conjunto de las fuerzas patronales para enfrentar las elecciones. La renuncia de Cristina a la candidatura ha desnudado, ya sin vueltas, que a días de cerrar las listas para las Paso el peronismo no tiene candidatos (el único anotado es Grabois con el objetivo de atajar los votos que se puedan ir con la izquierda). Es claro que la evidencia de que van a perder no entusiasma a nadie. La posible candidatura de Massa pierde fuerza porque el fracaso de cada una de las medidas que toma para frenar la crisis económica abre la posibilidad de que termine eyectado del gobierno por la imposibilidad de frenar una devaluación y con ella una hiperinflación. Massa ya no pretendía ganar, pero por lo menos aparecer como el jefe de la oposición en el próximo gobierno. El destino de Massa es el de todo el gobierno, o sea que la “crisis” de la candidatura es una crisis en el poder.

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Por el lado de Juntos por el Cambio las cosas no están mejor. La proliferación de candidaturas no responde solo a la pelea por ver quién se queda con el gobierno, atrás está la propia división de la burguesía en torno a las medidas, que todos vaticinan de “shock”, que debe tomar el próximo gobierno y que va a dejar un tendal de afectados entre los capitalistas, además de una fuerte reacción popular. Las idas y vueltas en torno a la candidatura del PRO en CABA responden a una pelea por negocios muy importantes. Que la crisis de la Argentina sea de régimen acelera la pelea por la rapiña.

En este cuadro emerge Milei, que, según las encuestas, sería número puesto en un ballotage, desplazando al peronismo. El facho crece explotando justamente la crisis del régimen, o mejor dicho con la apreciación popular de que esto no va más, y que los políticos que gobernaron el país son responsables. Pero Milei quiere aprovechar este proceso para ir a una guerra no contra la “casta” (con la cual se asocia, a la que ha servido) sino contra los trabajadores. El programa de La Libertad Avanza hecho público estos días no deja lugar a dudas: liquidación de las leyes laborales (convenios, indemnizaciones, etc.), arancelamiento de la salud pública (o sea pagar para que te atiendan en un hospital), educación para el que pueda pagarla, rebaja de las jubilaciones y privatización de las cajas, derogación del aborto legal, de la educación sexual integral, fortalecimiento del aparato represivo y avance sobre las libertades democráticas, dolarización, etc. Una declaración de guerra contra el pueblo argentino.

Milei viene despertando el “espanto” de un sector importante de la clase capitalista y del establishment, con La Nación como principal vocero. Pero no los espantan las propuestas, muchas de ellas están en práctica en algún grado y las lleva adelante el Frente de Todos (por ejemplo, el “gasto” en jubilaciones cayó casi un 3% en términos reales por el ajuste) y Juntos por el Cambio allí donde gobiernan. Lo que les preocupa es que Milei pueda terminar incendiando el país sin bomberos para apagar el fuego y se los lleve puestos a todos. Milei le permitió a la casta “derechizar” sus planteos, pero eso no lo habilita para gobernar.

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Las elecciones provinciales han dado la impresión que, con el triunfo de los oficialismos, todo sigue como siempre. Sin embargo es claro que los gobernadores separaron a las elecciones en sus provincias de las nacionales para desprenderse de la crisis nacional, usando los recursos que acumularon para garantizar su continuidad. Lo que más golpea a la población (inflación, pobreza, inseguridad) pretextan que no está bajo sus órbitas de poder. Así y todo, la crisis política se expresa a través de la abstención, el voto en blanco, las manipulaciones del proceso electoral (ley de lemas, acoples, sumatorias usan todos) que a su debido tiempo la Corte habilitó.

La izquierda

La izquierda tiene un papel que jugar. Los desafíos parten de aprovechar la crisis para ganar a los trabajadores a los planteos socialistas, pero también para no terminar siendo víctima de ella.

De conjunto todo indica que estamos ante un “fin de época”. Después del fracaso de la salida a la crisis de 2001, que a su vez fue el resultado de la salida a la crisis del gobierno de Alfonsín, en un cuadro de crisis y retroceso, la burguesía pretende dotarse de todas las herramientas políticas y económicas para que una reestructuración imprescindible del país se haga con el menor costo para ella y con todo el peso sobre los trabajadores. Milei reiteramos es una versión desaforada de estos objetivos.

El fin de un régimen es la emergencia de uno nuevo, y esto plantea en primer lugar la organización de los trabajadores y las masas explotadas en la lucha contra los ataques. La conferencia electoral del Partido Obrero se va a realizar a días de que el Polo Obrero y nuestro partido se hayan metido como protagonistas centrales primero en la Marcha Federal de tres días, que unió a desocupados y ocupados, y luego en lo que fue la movilización más importante en años del movimiento de lucha piquetero: la concentración de la Unidad Piquetera en un frente único por las reivindicaciones con la Utep. También en el medio de luchas docentes que no cejan en muchas provincias, y la participación en decenas de conflictos obreros o por las consecuencias de la crisis como la inseguridad, ambientales, de la juventud. Es decir, es la conferencia electoral de un partido metido hasta los tuétanos en la lucha de clase, en la organización de la lucha contra el hambre, la pobreza y la entrega.

La crisis política se expresa en el propio Frente de Izquierda Unidad, que aparece como una referencia política independiente de las fuerzas capitalistas desde hace 12 años. No es una conquista menor, es muy importante. Pero en el FIT-U hay dos orientaciones para intervenir, una la que desenvuelve el PTS, que parte de aparecer frente al derrumbe del Frente de Todos como una versión izquierdista del kirchnerismo. Myriam Bregman, y el resto de los voceros, han hecho de la lucha contra el “partido” judicial y las resoluciones que afectan a CFK (o incluso a los gobernadores peronistas) una causa central. Esta orientación coincide con la campaña de los K para desprenderse de su responsabilidad en la aplicación del ajuste fondomonetarista. A esto suman un ataque al movimiento piquetero, recurriendo a los argumentos del gobierno y la derecha, que los coloca enfrentados al principal movimiento de resistencia consecuente contra el ajuste oficial.

Con estas posiciones el Frente de Izquierda entrega la lucha contra el gobierno a la derecha y la lucha contra esta al kirchnerismo.

El Partido Obrero actúa en un sentido contrario: denunciamos al kirchnerismo como responsable del ascenso de la derecha, nos delimitamos fuertemente de él; nuestra lucha contra Milei no debe ser interpretada como una defensa del régimen actual. Nos metemos en cada una de las luchas de los trabajadores, las organizamos donde podemos, las acompañamos donde las organizan otros. Y nos planteamos la fusión de la izquierda con los luchadores en una campaña común, resuelta colectivamente, ese es el sentido de la convocatoria al congreso del FIT-U abierto a los luchadores, que el PTS rehúsa rechazando a los luchadores piqueteros con argumentos propios del gorilismo.

La conferencia electoral resolverá cuál es la mejor forma de intervenir con el objetivo que la campaña electoral sirva para que la izquierda aparezca dispuesta de derrotar a este régimen, a organizar a los trabajadores políticamente para poner en pie uno que responda a los intereses de la mayoría trabajadora: el socialismo.

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