Políticas

6/2/2025

BUENOS AIRES

Mar del Plata navega entre el delito organizado y el gatillo fácil

Una crisis provincial y municipal con las huellas de Kicillof y Montenegro.

Montenegro.

La ciudad de Mar del Plata está lejos de los “espejitos de colores” de temporada que el intendente vende en sus redes pensando en la campaña electoral. Está siendo sacudida por un cuadro de inseguridad en aumento, escándalos en el departamento local de la Policía Bonaerense de Kicillof y por un nuevo caso brutal de gatillo fácil. Todo muy lejos del control del “orden público” que presenta Montenegro por las redes.

En menos de 24 horas las cúpulas de la Jefatura Departamental y de otras áreas fueron removidas. “Las medidas afectarán al comisario mayor Luis Senra, titular de la Jefatura Departamental, y a toda la estructura de 'seguridad' de esta jurisdicción” (La Capital, 4/5). A su vez se conoció, en el marco de una investigación sobre el área de Drogas Ilícitas, que el exjefe local de esa área, Leonardo Piboleau (trasladado a Dolores), y su segunda Carola Reynaldo, fueron imputados por encabezar una “asociación ilícita” junto a otros seis policías “por ser los brazos ejecutores de las acciones” (La Capital, idem). Lo mismo ocurrió con otros dieciséis oficiales por falso testimonio. El actual jefe del área, Claudio Pontoriero, reemplazante de Piboleau, también fue procesado y detenido por continuar con la dinámica delictiva.

Mar del Plata, una trama de carácter provincial

El escándalo explotó luego del crimen de Cristian Velázquez (50), el kiosquero asesinado en un asalto, que generó una enorme indignación. Su asesinato es el séptimo en un mes, un promedio que duplica los homicidios del mismo mes del año pasado según cifras del ministerio de la provincia. En el mismo informe se señala que, en la provincia de Buenos Aires, “en enero del año pasado se cometieron 96 asesinatos, mientras que este año fueron 87” (La Capital, idem). Por este motivo el ministro de Seguridad provincial, Javier Alonso, tomó la decisión de remover la cúpula policial local bajo la idea de que el distrito superó la media provincial y de que no “se cumplieron” las expectativas. Recordemos que, el año pasado, el jefe de la Bonaerense de Mar del Plata fue removido y está detenido en Balcarce junto a otros policías por encabezar una asociación ilícita que se encargaba de robar en las casas y desviar las investigaciones, causa que se sigue abierta.

En relación a la causa del área de Drogas Ilícitas, las pruebas de la investigación que lleva adelante el fiscal Pagella muestran un “modus operandi” donde la policía encargada del operativo y la ejecución de los allanamientos se quedaba con el dinero y los estupefacientes del domicilio para luego repartirlos entre los efectivos. Al parecer también utilizaban los estupefacientes para luego “plantarlos” en determinados allanamientos. Pero la trama sigue, ya que en la investigación sale a la luz que los jefes policiales de la dependencia que tenían a su cargo la asignación de “horas cores” (compensación por recargo del servicio) y viáticos exigían un reintegro porcentual (de hasta el 60%) de estas remuneraciones.

El nuevo jefe de la policía de Mar del Plata, Edgardo Vulcano, asignado bajo el amparo del ministro Alonso y de Kicillof, para cumplir con las “expectativas”, viene de ser removido de la nefasta policía de Miramar (General Alvarado) luego del caso de gatillo fácil de Luciano Olivera. 48 horas después de su nombramiento tenemos otro caso de gatillo fácil en el barrio de Bosque Grande, donde la víctima, Matías Paredes (26), venia de la presentación del plantel del Club Alvarado y fue perseguido y asesinado con cuatro tiros por un auto particular con policías de civil.

Los hechos que salen a la luz con esta investigación son un botón de muestra de la dinámica del funcionamiento del delito en Mar del Plata y en toda la provincia de Buenos Aires. Aquí se puede ver cuál es el andamiaje de hierro de la inseguridad que vivimos los trabajadores y quiénes son sus garantes y responsables: las fuerzas de seguridad son el problema, no la solución.

Hay que desmantelar las mafias organizadas y entrelazadas con el Estado

Sin embargo, Alonso y Kicillof pretenden mostrar una provincia donde “la media de seguridad” disminuyó cuando los distritos de Moreno y Morón mostraron una realidad que no se puede ocultar: los trabajadores, y en particular los más precarizados como los deliverys de las apps, laburan expuestos a un nivel de inseguridad brutal, zonas liberadas para el delito organizado que tienen a la Bonaerense y la Gendarmería como responsables. Esto, en un contexto de penetración e instalación reforzada de los narcos en el último periodo que tiene de rehenes a los barrios más populares.

La presencia de varias fuerzas de seguridad solo sirvió para reforzar el entrelazamiento entre los narcos y la Federal, la Gendarmería, la Prefectura y la Bonaerense (y el Ejército). Esta orientación es compartida por Montenegro y Kicillof-Alonso, quienes pusieron en pie una “mesa de política criminal” hace unos meses atrás. Pero vale decir que no se limita solo al problema de la inseguridad esta cooperación, sino también a garantizar un “orden público” con un protocolo antipiquetes local y una patrulla municipal con armas “no letales”, que evidentemente la provincia ampara ya que no se expidió al respecto. Montenegro salió a declarar que el problema es el “garantismo de los chorros”; sin embargo, está claro que el garantismo judicial rige para los amigos del poder, los narcos y estas mafias policiales con las que se codea el intendente. Montenegro, como parte de su campaña en las redes, se la pasa difundiendo, al estilo Bullrich, los allanamientos de la Bonaerense.

Necesitamos una salida de los trabajadores y la izquierda

La crisis de las “fuerzas de seguridad”, el cuadro de inseguridad brutal, los casos de gatillos fácil y la represión a los trabajadores (Moreno) le presentan a la izquierda el desafío de presentar un programa de salida a esta situación frente a todas las bravuconadas de los Montenegro y el narco Espert (que propone colgar delincuentes en las plazas). Es fundamental denunciar la complicidad y responsabilidad del peronismo en esta situación. Mar del Plata y Moreno son dos caras de un mismo proceso de descomposición.

En primer lugar es necesario desmantelar todas las fuerzas de seguridad, que están corrompidas hasta los tuétanos (están entrelazadas con los narcos y son organizadoras de la delincuencia en todo el país y la provincia, en las calles y en el sistema penitenciario). Hay que poner en pie una fuerza armada sobre la base de la movilización de los trabajadores; comisiones obreras y vecinales para intervenir las comisarias, nombrar y elegir a los comisarios, la apertura de los libros de entrada y salida. Es necesaria, asimismo, la elección popular de los jueces y fiscales.

Estas medidas tienen que darse en el marco de otras más generales como lo son la nacionalización bajo control de los trabajadores del sistema bancario, el comercio exterior y los puertos, engranajes fundamentales para el funcionamiento económico del delito organizado que están en manos de los empresarios y capitalistas.

Esto recién empieza
Hay que llevar la rebelión a los lugares de trabajo y estudio, colocando a los sindicatos y centro de estudiantes en estado de asamblea, -
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