Políticas
25/4/2025
Milei sigue licuando la jubilación mínima: el bono ya perdió un 37%
Es lo que se desvalorizó en un año congelado en $70.000, mientras recortan el Pami y reprimen jubilados todos los miércoles.

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Milei.
El bono a los jubilados que perciben el haber mínimo, que Milei mantiene congelado desde marzo de 2024, registró una caída del 37% en comparación con su poder adquisitivo de un año atrás. En mayo, el haber mínimo alcanzará, con ese plus, los $366.000, un monto que está muy por debajo de la canasta básica del adulto mayor estimada por la Defensoría de la Tercera Edad en más de $1.200.000. El superávit fiscal alcanzado por el gobierno, como es de público conocimiento, se basó fundamentalmente en una expropiación brutal de los ingresos jubilatorios.
Los datos surgen de un informe realizado por la Asociación Argentina del Presupuesto y las Finanzas Públicas (Asap). Entre enero y marzo de este año, el gobierno gastó $748.951 en el bono. Durante el mismo periodo, los intereses de deuda pública, de cuyo pago se benefician capitalistas de todo tipo, sumaron un gasto de $3 billones. Por otro lado, en comparación con marzo de 2023, el bono tuvo una caída real de casi el 22% (Ámbito, 25/4).
El gobierno, asimismo, mantiene el haber mínimo en niveles de indigencia, lejos de la canasta básica del jubilado, que supera los $1.200.523 y en marzo tuvo un aumento interanual del 75,2%. La medición, realizada por la Defensoría de la Tercera Edad, contempla, entre otras cosas, gastos que han aumentado sustancialmente, como los de vivienda y medicamentos. En este contexto, Milei recortó la canasta de medicamentos cubiertos por el Pami y limitó su acceso gratuito, pese a que estos acumularon un aumento del 158%. Todo marcha bien para los laboratorios.
Según la consultora Macro View, entre diciembre de 2023 y febrero de 2025, la jubilación mínima tuvo un aumento del 176% y la jubilación promedio uno del 238%, mientras que las tarifas de gas y electricidad subieron un 467%, los alquileres un 360%, los combustibles un 265% y la telefonía un 257%. Las ganancias de los capitalistas involucrados en estos sectores, entretanto, se dispararon. Después de 500 días de gobierno libertario, la jubilación mínima, que en diciembre de 2023 cubría 1,24 canastas básicas, ahora alcanza para 0,98.
Milei comenzó su mandato atacando fuertemente a los jubilados al devaluar el peso más de un 50%, y decretó en marzo una fórmula de movilidad ajustada por inflación, en un contexto en el que esta ya comenzaba a bajar. Así, estableció la imposibilidad de que los haberes recuperen su poder adquisitivo. El gobierno libertario ni siquiera aplica su fórmula para el propio bono; de hacerse, este alcanzaría los $148.815 (Página 12, 6/4). Por supuesto, en esto Milei tampoco es original: repite los robos de Macri en diciembre de 2017 y de Alberto Fernández y CFK en diciembre de 2020, que consumaron una enorme confiscación a los jubilados.
Asimismo, Milei y Caputo vienen utilizando dinero del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses para intervenir en el mercado de cambios y rescatar empresas en crisis. El valor del FGS cayó en febrero, tanto en pesos como en su conversión a dólares, como consecuencia de la desvalorización de los títulos públicos y las acciones que tiene en su poder.
Es evidente, entonces, que Milei miente cuando afirma que la situación de los jubilados y los trabajadores en general mejoró bajo su gobierno. Ha ocurrido lo contrario, y, si la clase trabajadora no lo detiene mediante una lucha denodada, el panorama se agravará. Es que Milei se prepara para implementar la reforma previsional reclamada por el FMI como garantía de pago de la deuda externa, que implica elevar la edad de retiro, eliminar los regímenes especiales (como el de los docentes, por ejemplo) y liquidar la moratoria.
El gobierno suspendió esta última, condenando a los jubilados a percibir la Puam, que representa el 80% del haber mínimo. En los hechos, esto significó un aumento de la edad de retiro, ya que para acceder a ella las mujeres deben esperar hasta los 65 años, mientras que para recibir la jubilación con moratoria bastaba con tener 60. La clase capitalista, a la cual Milei responde, apunta a convertir las jubilaciones en una mera pensión a la vejez.
El FMI exige la reforma previsional y llama a votar a Milei porque el capital financiero internacional se relame ante la posibilidad de volver a un sistema privado de jubilaciones tipo AFJP. Contra este plan de guerra al servicio de una minoría de ricos y patrones, los jubilados luchan valerosamente, movilizándose hacia el Congreso todos los miércoles. Es una pelea que gana cada vez más apoyo popular y que debemos convertir en una causa nacional en la que confluyan todos los reclamos de la clase obrera para profundizar la lucha contra el gobierno hasta derribarlo. Patricia Bullrich ordena la represión de las marchas de jubilados para imponer el ajuste criminal y evitar que la lucha se generalice, contando con la complicidad de la burocracia peronista de la CGT, que se niega a convocar un plan de acción para ir por las reivindicaciones de los jubilados y los trabajadores.
Vamos por haberes equivalentes a la Canasta de la Tercera Edad, por el 82% móvil, por la restitución de los aportes patronales, por una recomposición y aumento de los salarios, y por el blanqueo de todos los trabajadores. Solo la clase obrera puede conquistar estas reivindicaciones, con los métodos de la lucha de clases. Fuera Milei y el FMI.

