Políticas
29/9/2025
¿Qué implica realmente el rescate de Trump a Milei?
Colonización financiera, saqueo y depredación ambiental para servir en la guerra comercial contra China.

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La deuda como herramienta de sometimiento del país al capital imperialista.
El anuncio de un rescate financiero de Trump al gobierno de Milei demostró en pocos días que, por más voluminoso y sobreactuado que sea, no alcanza para despejar las especulaciones en el mercado y la sensación de zozobra que vive el pueblo trabajador. Pero el alcance del salvavidas, visto desde Estados Unidos, excede por mucho al solo objetivo de una calma cambiaria y una aceptable performance libertaria en las elecciones. En perspectiva, apunta a rediseñar buena parte de la economía del país a la medida de la guerra comercial del imperialismo yanqui contra China. Pocas veces fue tan explícito que la deuda externa es un mecanismo de sometimiento y expoliación del país por el capital imperialista.
Algunos analistas económicos definieron el ánimo de los mercados por estos días como una montaña rusa, porque el gobierno pasó del terror por una corrida que no podía frenar a la euforia por los tuits de Trump y Bessent, para que en solo dos días volvieran a caer bonos y acciones. Quedan en el aire demasiados interrogantes acerca de cómo reacomodar el inviable esquema del gobierno. Además, la bajada de línea sobre la devaluación poselectoral alimenta maniobras capitalistas para cubrirse de pérdidas o incluso aprovecharlo para hacer negocios; por lo pronto los bancos volvieron a comprarle al gobierno bonos linkeados al dólar y las cerealeras que embolsaron el negoción de las retenciones cero ya corrieron a dolarizarse.
Justamente estas últimas quedaron envueltas en la polémica, porque la medida de Caputo de eliminar por dos días las retenciones a las exportaciones del agro dejó cerca de 2.000 millones de dólares en los bolsillos de cinco multinacionales. Es plata que se paga directamente con más ajuste fiscal, porque esa recaudación perdida se cobra a los jubilados, al Garrahan, a las universidades, a la discapacidad. Pero no fue por el costo fiscal que el secretario del Tesoro yanqui obligó al gobierno argentino a darlo de baja, ni porque los exportadores vayan al dólar, fue por el hecho de que la soja más barata beneficiaba a China, el gran comprador de granos argentinos, que según se comenta anotó 15 buques ni bien se anunciaron las retenciones cero.
Esa es la esencia del rescate de Trump: condicionar toda la política y la economía criolla en función de los intereses del norte. Esto empezando por el swap, dólares que serán depositados en el Banco Central pero solo podrán usarse bajo aval estadounidense. Cuánto esto puede condicionar al gobierno no es un misterio: Milei pasó de despotricar contra los "comunistas" chinos a considerarlos "un socio comercial muy interesante" una vez que tuvo que sentarse a negociar la prórroga del vencimiento de 5.000 millones de dólares por los yuanes utilizados para pagar importaciones durante el mandato del Frente de Todos. Podemos inferir que la tutela será bastante más pesada tratándose de la principal potencia imperialista que explota a toda la región.
Estos swaps son operaciones que pueden concretarse sin previo paso por el Congreso. En el caso del suscrito con el Banco Popular de China -por Cristina y prorrogado por Macri- es directamente confidencial. Habrá que ver si en algún momento conocemos qué tasa de interés se pagará por el uso de los dólares, o a qué tipo de cambio se fijan los contratos. Esto importa porque el objetivo es pagar los vencimientos de deuda externa, y hacerlo a costa de ejecutar un crédito más usurario y a corto plazo es claramente insostenible. Tampoco sería gratuito que el Tesoro norteamericano compre bonos de deuda pública para evitar que se derrumbe su cotización: pensemos que en la próxima renegociación de deuda al lado de los fondos buitre va a estar el propio Bessent.
Una estafa financiera de magnitud puede estar perpetrándose contra el país con el fin de eternizar su dependencia, no solo al capital financiero internacional sino directamente al Estado yanqui. Aún así, las condiciones impuestas por Trump apuntan a profundizar la subordinación semicolonial de Argentina en muchas otras materias de interés estratégico para el imperialismo. La propia intención de lograr que las reservas del BCRA (y por lo tanto toda la estabilidad de la moneda) dejen de estar condicionadas a los yuanes del swap chino tiene como trasfondo la fuerte presión de Estados Unidos por limitar los circuitos comerciales y financieros internacionales que se establecen al margen del dólar norteamericano.
Un virreinato minero
La expresión más franca de los intereses del imperialismo fue la del embajador designado por Trump, Peter Lamelas, que se propuso pasear por todas las provincias apretando a los gobernadores para revertir la asociación de negocios con China. Tal vez también se deba a eso el tirón de orejas a Milei para que establezca una mejor relación entre Nación y las provincias, que finalmente son las dueñas legales de las riquezas del suelo y el subsuelo sobre los que está puesto el ojo de Estados Unidos.
La minería es probablemente el centro neurálgico de esta trama. Hubo quienes apuntaron que la obligación de terminar con los beneficios fiscales a los exportadores de materias primas estaba dirigida también hacia las retenciones cero que rige desde agosto para el oro y que favorece especialmente a la china Shandong Gold que explota la mina Veladero en San Juan junto a la Barrick. Recordemos que hasta el momento el único proyecto rechazado para su ingreso al Rigi es el presentado por Ganfeng Lithium para el emprendimiento de litio Mariana, en Salta. Ahora la misma empresa anunció que pedirá el acceso a esos beneficios para el también salteño de Pozuelos-Pastos Grandes, y lo hizo casualmente junto al gobernador Gustavo Sáenz.
Quien sí pudo celebrar su adhesión al Rigi, mientras Milei y Caputo estaban en Nueva York, es la minera canadiense McEwen Copper para el megaproyecto de cobre Los Azules, en San Juan. Simultáneamente, la firma fue premiada con un crédito de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial para el mismo emprendimiento. Debe ser un esfuerzo por motivar su puesta en producción de una vez, ya que la minera tiene la propiedad del yacimiento hace casi dos décadas esperando el momento más rentable. Es que el cobre es uno de los minerales más demandados para la infraestructura energética y la electromovilidad.
El valor especial de Los Azules fue definido por el propio director de McEwen, Michael Meding, quien explicó que “muchos proyectos generan cobre en forma de concentrado, el cual debe ser refinado, y hoy China tiene el 60% de la capacidad instalada de refinación, lo que le da una fuerte injerencia sobre a quién se le venderá el cobre final. Por el contrario, nosotros vamos a producir placas, el producto listo para su uso”. No hay puntada sin hilo.
De hecho, en agosto de 2024 el gobierno de Milei firmó con funcionarios yanquis un Memorándum de Entendimiento sobre Minerales Críticos para "integrar a la Argentina en las cadenas de suministro globales de litio y otros insumos estratégicos", cuyo contenido es secreto pero trascendió que obliga a la Argentina a informar a Estados Unidos en forma inmediata sobre cualquier hallazgo, para que pueda monitorear eventuales licitaciones.
El litio es otro de los minerales clave donde se concentran las tensiones. China es por lejos el de mayor capacidad industrial de procesamiento y refinamiento, y concentra cerca del 80% de la producción mundial de baterías de iones de litio, especialmente para vehículos eléctricos. Tan importante es en la agenda de Trump que viene de informar que su gobierno directamente planea adquirir el 10% de la empresa Lithium Americas. Lo interesante es que la compra sería parte de la renegociación por un préstamo multimillonario que le otorgó el Estado yanqui para la construcción de una planta de procesamiento del mineral junto a la mina Thacker Pass, en Nevada, uno de los mayores yacimientos de litio de Estados Unidos, con la intención de que pueda competir con los menores precios del litio chino.
La jugada podría tener efectos directos en Argentina, donde Lithium Americas es socia de la china Ganfeng en los emprendimientos de litio Cauchari-Olaroz en Jujuy y Pastos Grandes en Salta. Una intensificación de las disputas por el litio argentino puede ser de gran alcance, ya que en total las mineras chinas controlan siete proyectos en Jujuy, Salta y Catamarca; pero además el gigante asiático es el destino de más de dos tercios de las exportaciones de litio, mientras que Estados Unidos representa menos de la séptima parte.
Algo similar pasa a nivel internacional con las tierras raras, minerales cuyas propiedades (alto magnetismo, conductividad eléctrica, luminiscencia, resistencia a temperaturas extremas) los hacen vitales en la fabricación tecnológica y militar. Tomadas en conjunto, más del 60% de la producción anual proviene de China, que a su vez concentra casi el 90% del refinamiento. Es un poderío bastante acentuado, como constató el propio Trump cuando tuvo que dar marcha atrás con los aranceles a China después que Xi Jinping anunciara controles a la exportación de siete tipos de tierras raras, lo cual puso de los pelos a la industria automotriz: en junio, justo antes que se acordara la tregua en la escalada arancelaria, Ford reconocía que tuvo que cerrar temporalmente varias fábricas por la escasez de tierras raras utilizadas en imanes.
Argentina no cuenta con ningún yacimiento en producción, pero sí hay identificadas reservas de latano en San Luis (en Rodeo de los Molles) y de cerio en Salta y Jujuy (en Distrito Rangel), e indicios de otras concentraciones minerales en regiones de Córdoba, Santiago del Estero, Buenos Aires y Río Negro. La escasa exploración fue hecha por organismos estatales, pero ninguna tiene estudios de factibilidad. Ahora esos minerales son vistos con otros ojos.
Como acá no existen plantas de separación y refinación, la única opción que se baraja es que se podrían comercializar como concentrados para ser procesados afuera, dejando en nuestro país solo la fase de extracción, que requiere uso intensivo de agua, químicos dañinos e incluso gestión de residuos radiactivos, por lo que las consecuencias ambientales pueden ser muy graves. Más aún si recordamos que con el Rigi las eventuales denuncias por desastres ambientales -como aquel envenenamiento del Río Jáchal por Veladero- pueden directamente tramitarse en tribunales extranjeros, como el Ciadi.
Para colmo, el de las tierras es el mercado más oscuro de toda la minería, ya que se negocian mayormente en contratos privados sin transparencia de precios ni cotizaciones de las bolsas de metales. En Argentina tenemos los antecedentes recientes de la norteamericana Livent, cuya estafa al país por la subfacturación de exportaciones de litio fue probada en la Justicia.
Colonia nuclear
Otro foco de atención es el uranio, sobre todo los yacimientos de Chubut, pero también en Mendoza, La Rioja, San Luis y Córdoba. El gobernador chubutense Ignacio Torres viene negociando con el gobierno nacional la transferencia al Estado provincial de las minas (cuya titularidad hoy es de la Comisión Nacional de Energía Atómica) y la creación de una subsidiaria de YPF Nuclear para asociarse en el avance de la minería de uranio, en una provincia donde la lucha popular ha logrado impedir la minería a cielo abierto. Aquí los riesgos ambientales son mayúsculos.
Una empresa con prontuario de graves pasivos ambientales es la estatal Dioxitek, por su actividad en Córdoba y en Formosa, y ahora acaba de firmar un acuerdo estratégico con la estadounidense Nano Nuclear Energy, enfocado en los insumos críticos para el proceso de enriquecimiento de uranio. La intención es "consolidar una cadena de suministros nucleares".
Días antes que Milei rajara a Nueva York, además, Argentina se convirtió en el primer país latinoamericano en asociarse al programa impulsado por el Departamento de Estado yanqui de Infraestructura Fundamental para el Uso Responsable de la Tecnología de Reactores Modulares Pequeños. Junto con una supervisión de toda la investigación y generación nuclear, la intención es terminar de enterrar la construcción de la cuarta central nuclear con reactor y financiamiento de China (Atucha III), y en su lugar impulsar los reactores modulares ACR-300 del Invap.
Casualmente, esa empresa estatal rionegrina viene de recibir una visita de la encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos, Heidi Gómez Rápalo. El año pasado el gobernador Alberto Weretilneck cambió la personería del Invap a Sociedad Anónima Unipersonal (en línea con el DNU 70/23 de MIlei) para permitir el ingreso de capitales extranjeros. En paralelo el gobierno nacional puso en venta las acciones de la CNEA en Nucleoeléctrica Argentina.
Como vemos, el saqueo de las riquezas argentinas por el imperialismo yanqui está imbricado con intereses estratégicos y geopolíticos. Las recorridas del Comando Sur de Estados Unidos en Ushuaia ya son una imagen reiterada, incluso desde el gobierno del Frente de Todos cuando la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner en persona recibió con honores a la generala Laura Richardson, junto al ahora candidato "patriótico" Jorge Taiana. El control del paso bioceánico y cercano a la Antártida, en detrimento de los proyectos de construcción de un puerto con capitales chinos, y la presión por la puesta en actividad del radar de alta potencia operado por ingleses e instalado ilegalmente en la localidad fueguina de Tolhuin, mientras apuntan contra la base espacial china de Neuquén, son algunos de los puntos fuertes de esta ofensiva contra la influencia del gigante asiático.
Patas cortas, o la crisis capitalista
Habiendo pasado revista de los principales intereses de Trump y de la vergonzosa entrega del gobierno de Milei, vale tomar nota de las importantes contradicciones que enfrenta este alineamiento monolítico en el marco de la guerra comercial. Una es, como decíamos al principio, el nutrido intercambio comercial que tiene a China como compradora de las materias primas argentinas y vendedora tanto de artículos de consumo como de insumos productivos. En un artículo sobre el tema Jairo Straccia ilustra esto afirmando que los dólares del Tesoro de Estados Unidos van a terminar financiando las compras al gigante asiático, que en los primeros ocho meses del año crecieron más del 70% anual.
¿Cuánto puede escalar entonces una confrontación que incluya represalias desde Beijín? ¿China va a seguir comprándole soja a las cerealeras norteamericanas como Cargill y Bunge, o solo a la china Cofco y después cubrir el resto con granos de Brasil? ¿Pueden romperse las sociedades de las mineras chinas con canadienses en el norte argentino? ¿El bloqueo al financiamiento oriental va a a contemplar inversiones yanquis para el desarrollo de la infraestructura que reclaman los capitalistas para hacer viable los megaproyectos mineros? ¿Habrá condiciones para cancelar el swap chino que vence a mediados del año que viene, y evitar renegociarlo?
El empantanamiento de la licitación internacional de la Hidrovía del Paraná es un ejemplo de cómo puede terminar este juego de presiones cruzadas. Finalmente, la embestida del imperialismo estadounidense tiene como base los desafíos a su hegemonía en el mercado mundial, y el Make America Great Again de Trump se choca con importantes límites, en buena medida condensado en la contradicción entre la competencia brutal de los monopolios capitalistas -con sus Estados como guardaespaldas- y la globalización de las cadenas de producción.
Por lo demás, si el sentido del rescate del Tesoro yanqui es salvar a los bonistas de un default y preservar la propia deuda externa como herramienta de sometimiento, no despeja las posibilidades de un pronto quebranto argentino. Más bien las termina por amplificar. La política para cumplir con esta hipoteca impagable plantea un choque frontal entre las clases sociales y demanda por parte de la izquierda revolucionaria una intensa agitación política para esclarecer la necesidad del repudio de la deuda ilegítima, la ruptura con el FMI y la derrota de los delincuentes que rematan el país.


