Los trabajadores de la agencia estatal de noticias Télam se encuentran en lucha contra la tentativa de cierre por parte del gobierno de Javier Milei. El viernes 1°, el presidente anticipó la medida durante el discurso de apertura de sesiones en el Congreso Nacional, como parte de su “plan motosierra” de ajuste fiscal que ya implicó miles de despidos, el cese de la asistencia a los comedores populares, el derrumbe del poder adquisitivo de las jubilaciones y el desfinanciamiento de la educación y la salud pública.

Alfredo Luna, reportero gráfico y delegado de Sipreba (el sindicato del sector), le contó a Prensa Obrera que estaba terminando su turno de trabajo, el domingo 3 por la noche, cuando llegó al edificio con que cuenta Télam en la calle Belgrano un móvil policial. A través del personal de seguridad de la empresa, les informaron a los empleados que tenían tiempo hasta la medianoche para retirarse, ya que se iba a instalar un vallado en torno a la entrada. Horas más tarde, recibían por correo electrónico la notificación de una licencia con goce de sueldo por siete días.

Milei intentó justificar ante los medios el vallado que cubre hoy las puertas de los edificios de la empresa en nombre de una potencial ocupación por parte de los trabajadores, y volvió a la carga con la difamación sobre la agencia, afirmando que cuenta con “100 barrabravas”. El día que anunció su cierre, había acusado a Télam de ser una agencia de propaganda kirchnerista, lo cual es una afirmación sesgada. Pese a que, desde su fundación en 1945, Télam ha sido objeto de la manipulación de diferentes gobiernos (incluyendo, notoriamente, al macrismo, aliado de Milei), sus trabajadores nunca dejaron de ofrecer una resistencia a estos propósitos editoriales, y siguieron brindando una cobertura de gran importancia para el periodismo argentino, e incluso referencia informativa sobre la Argentina a nivel global.

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Télam es la agencia de noticias estatal más importante de América Latina. Cuenta con 781 empleados y corresponsalías en todo el país. Abastece de cables informativos, fotos y videos a infinidad de medios de comunicación y ofrece información sobre regiones de la Argentina que no son de interés de los medios privados. “No hay casi medios que no utilicen nuestros materiales”, señala Julia Ortiz, cronista audiovisual de la agencia. Milei, al que ni siquiera lo inmuta el padecimiento vital de los jubilados, no tiene mayores pruritos en desmantelar un servicio informativo de estas características, como ofrenda de ajuste al FMI y al gran capital financiero.

Ana Laura Mársico, cronista audiovisual, comentó a Prensa Obrera que se enteró de la decisión del gobierno en el propio Congreso, mientras cubría para la agencia la apertura de sesiones presidencial. Los trabajadores se encuentran realizando estos días una guardia permanente en las puertas de los edificios de las calles Belgrano y Bolívar, en la Capital Federal.

Martín Levicoy, fotoperiodista de Télam de Comodoro Rivadavia, denuncia que el propósito de Milei es “embestir contra todo el sistema de información pública”. Detrás de Télam, se encuentran bajo amenaza Radio Nacional, la TV Pública y la señal infantil Paka Paka, que fueron objeto de todo tipo de comentarios desdeñosos de personajes nefastos como el diputado “libertario” Ramiro Marra.

Un artículo del diario La Nación (6/3) afirma que el gobierno baraja tres alternativas para la agencia estatal. Todas son negativas: el cierre total, su limitación a una “redacción testimonial” con pocos empleados, o una privatización. Mientras se cuecen estas discusiones en las esferas del poder, los trabajadores resisten y han recibido múltiples apoyos de periodistas, sindicatos, y organizaciones de desocupados. Los diputados del Frente de Izquierda – Unidad presentaron un proyecto en el Congreso para rechazar el cierre.

Apoyemos la lucha de Télam.

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