Sindicales

2/8/2022

Baradel y el FUDB apoyan el ajuste de Massa y el FMI

Vamos al Plenario de la Coordinadora Sindical Clasista por la reapertura de las paritarias bonaerenses y por el paro provincial

Sergio Massa y Roberto Baradel

“Es de esperar que los cambios dispuestos a nivel nacional resulten en una urgente implementación de políticas de control de la inflación”. Los términos del comunicado del Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB) equivalen a un respaldo explícito y público a Sergio Massa como “hombre fuerte” del gobierno del Frente de Todos.

De compromiso, y para la tribuna, las burocracias de Suteba, la Feb y Udocba, piden que se acelere la convocatoria a la Comisión Técnica Salarial después del “cobro del aumento en julio”, una cantinela sin plan de lucha y pasiva  mientras aumentan los precios y se pulverizan los salarios. Baradel y cía reconocen el hundimiento de los sueldos docentes pero lo deslindan de la política de ajuste del gobierno nacional y provincial; y de la propia responsabilidad que les cabe a las burocracias sindicales por haber firmado “acuerdos” en cuotas que llegan hasta fin de año. El impacto negativo de estas paritarias en fetas, y “actualizaciones” a la baja de la inflación, se mide por la escala salarial de la docencia bonaerense que está integralmente por debajo de la canasta de pobreza. El FUDB cogestiona la miseria salarial y la precarización laboral de Kicillof.

Baradel y Hugo Yasky se sumaron rápidamente al operativo clamor de la burguesía y de todos los devaluadores para que Massa acceda al gobierno de Alberto Fernández como superministro del ajuste. En declaraciones anteriores a la asunción, y cuando ya sonaba el despido de Batakis, el secretario general de la CTA “de los trabajadores” fogoneó el ingreso de Massa al gabinete reivindicando su volumen político, es decir su llegada a los organismos del capital financiero y a los “mercados”. Después del sapo de Scioli, la burocracia nacional y popular se atraganta voluntariamente con un agente de la embajada yankee y lo presenta como un garante de estabilidad económica. Como Cristina, Baradel y su mentor, Yasky, quedaron pegados directamente al ajuste del FMI y al derrumbe que se avecina.

El FUDB le da la derecha (literal) a Massa, previo al viaje del “superministro” a los EEUU, Francia y Qatar para dar  garantías en persona del ajuste fiscal contra los trabajadores y explorar nuevos endeudamientos. El apoyo del Frente de Unidad Docente Bonaerense, a este mayor giro a la derecha del demolido gobierno del Frente de Todos, es un cheque en blanco a la ofensiva contra los planes y programas sociales, la devaluación del salario y las reformas laboral y jubilatoria que exigen el FMI y los capitalistas.

Roberto Baradel es un adelantado en materia de precarización, con los programas a contrato que dejan a decenas de miles de docentes por fuera del Estatuto y los Derechos Laborales. Esta precarización laboral es también una forma de ajustar los salarios de la docencia bonaerense. El comunicado de los “secretarios generales” omite todo reclamo salarial específico (monto, porcentaje, forma y tiempos de pago de eventuales aumentos), y como es costumbre para la burocracia, carece de mandato de las bases docentes. El ” mandato permanente” de actualización de los sueldos que se atribuye la burocracia celeste es el justificativo para ignorar las asambleas y cuerpos de delegados resolutivos, y para terminar aceptando los decretos de la gobernación.

Los aumentos por decreto corresponden al libreto de la vicepresidenta Cristina Kirchner para “no generar expectativas inflacionarias”. Desde hace mucho tiempo que las burocracias de la Ctera y del Suteba alientan el sobretrabajo docente para disimular la caída de los sueldos, deformando deliberadamente la escala salarial como  una retribución por  “media jornada”  de cuatro horas, enterrando el reclamo histórico de un salario igual al costo de la canasta familiar por cargo. En la misma línea se inscribe el apoyo “condicionado” a la quinta hora en primaria. El resultado es explosivo porque, a la par del derrumbe de los sueldos, con la carestía crecen la extensión de las horas de trabajo, la superexplotación docente con dos y tres cargos, los contratos a término y la desocupación de maestras y profesores.

El FUDB aporta su grano de integración con el comunicado, pero especialmente con su pasividad cómplice. Lo hace en paralelo con la definición pública de Cristina en favor del superministro Massa y por lo tanto de la convalidación  del programa de ajuste a medida del FMI. La conducción de la Ctera y Suteba no cuestionan siquiera el nombramiento de Daniel Marx, quien supo ser negociador de la deuda externa bajo el menemismo e ideólogo del megacanje fraudulento con De la Rúa y Cavallo. Este Marx voló con la crisis y el default del 2001, pero su prontuario proimperialista es especialmente valorado por Sergio Massa (y por todo el peronismo) reponiéndolo en un rol protagónico en las inciertas negociaciones con el capital financiero.

Que las burocracias docentes del “Frente de Unidad” se hayan subido al carro de las expectativas “antinflacionarias”, en apoyo al derechista Massa, tiene el antecedente de la “abstención” de Hugo Yasky en el Congreso, cuando se negó a votar en contra del leonino pacto con el FMI. Funcional a Massa, el recolector oficial de los votos positivos en la Cámara de Diputados, el representante de la “Central” se abstuvo para no agitar las olas y poder desmarcarse del rechazo. Hasta aquí llegó el relato encubridor del que la paguen los que la fugaron.

El alineamiento con Massa de Roberto Baradel y sus socios tiene incidencia en la crisis del Frente de Todos de la provincia de Buenos Aires, en particular cuando Axel Kicillof había respaldado entusiastamente a Silvina Batakis como una aliada de la provincia de Buenos Aires, recordando su pasado como ex ministra de Economía del ahora eyectado, y también efímero, Daniel Scioli. La contrapartida fueron las declaraciones de Martín Insaurralde, rival de Kicillof, aspirante a la gobernación y vinculado al aparato del PJ bonaerense, quien fue la pata bonaerense para apurar la designación de Sergio Massa. De todos modos, Kicillof y Massa se reunieron el lunes 1/8 para “acordar políticas” que implicarán un mayor ajuste en la provincia de Buenos Aires para pagar el “canje de deuda” (el gobernador depende de Massa para el giro de la coparticipación y adelantos del gobierno nacional).

El texto publicado por el FUDB no dice palabra alguna sobre la prolongada negativa de Kicillof a reabrir las paritarias docente, estatal, judicial y de los profesionales de la salud. A pesar del cerrojo y del cese de 22.000 docentes precarios del ATR, la “agenda salarial y laboral ” de las burocracias no plantea acciones de lucha. En el cuarto aniversario del crimen de Sandra y Rubén, la conducción celeste de Suteba se empeñó en lavar la  responsabilidad de la intendencia peronista de Moreno y del Consejo Escolar en la voladura de la escuela 49 así  como las propias, por no hacer cumplir los 12 puntos de escuelas seguras y habitables de Ctera ante la violación masiva de las condiciones de trabajo y derrumbe edilicio, durante el gobierno de María Eugenia Vidal.

La movilización sin paro por Sandra y Rubén del 2 de agosto es otro eslabón de la sostenida colaboración de Baradel con Kicillof, como lo es el inicio del segundo semestre sin propuesta salarial por parte de la gobernación y con 22 despidos a cuesta. La buena letra con Massa sintoniza con la reunión entre Cristina y un sector de la CGT, con la vista puesta en un posible levantamiento de la marcha del 17 de agosto. El cuento chino es que Sergio Massa habría parado el golpe de mercado. A la rastra de la CGT, Yasky anunció la disolución de la CTA si lo aceptan los Moyanos, cosa que está por verse.

Es urgente, y será parte de las resoluciones del Plenario de la Coordinadora Sindical Clasista del sábado 6/8, una campaña por la reapertura de las paritarias bonaerenses y por el paro provincial para romper el cepo de Kicillof. El reclamo de asambleas y plenarios de delegados a la burocracia del Suteba,  junto a la realización efectiva de esas instancias, allí donde puedan garantizarlas las seccionales multicolor o las autoconvocatorias, prepara al activismo docente de Buenos Aires para actuar en común con otras provincias en lucha. Por un salario por cargo, indexado por inflación, no menor a 110.000 pesos. Reapertura de paritarias y paritarios electos por asamblea. Impulsemos el paro provincial con mandatos de las escuelas y acciones de la Multicolor provincial.