Sindicales

1/6/2021

Docentes y alumnxs de Córdoba entre el Covid y la pared

Las conducciones de los gremios docentes deben pasar a los hechos: paro para suspender la presencialidad en defensa de la vida de alumnos y docentes.

No hay ninguna duda a esta altura del partido de la conducta criminal de los gobiernos en relación a la pandemia. En un marco de colapso del sistema sanitario que amenaza con disparar aún más los contagios y las muertes, este lunes se abrió casi todas las actividades económicas en el país, como si no pasara nada, a pesar de los números en rojo y de todas las recomendaciones de los epidemiólogos que plantean un mínimo de entre 14 a 21 días sin circulación para frenar la curva explosiva de casos.

En Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti ha dispuesto además la vuelta a la presencialidad en las escuelas, también contra todos los estudios y la experiencia nacional e internacional que la señalan como un factor explosivo de propagación del virus. Esta disposición, en un cuadro en que la ocupación de camas está en el 100% en el interior y en la Capital, y donde los médicos citan una proyección de epidemiología de la provincia que habla de que podría pasarse a 7 mil casos en los próximos días, refleja un desprecio total por la salud e incluso la vida de la comunidad educativa y por extensión de toda la población.

La decisión de Schiaretti y el ministro Walter Grahovac, que ha amenazado con descuentos a los docentes para forzar la presencialidad, coloca entre la espada y la pared a los docentes, a los alumnos y a las familias de estos que han sido convocados a concurrir a partir del lunes 31 de mayo a las escuelas en los niveles inicial, primario y de modalidad especial en toda la provincia a los que se suman los secundarios en las localidades de hasta 30.000 habitantes.

Es indudable que en cualquier situación la primera tarea de un gremio, en este caso los gremios docentes, es defender a sus trabajadores, más aún frente a semejante cuadro, y no dejarlos librados individualmente a su suerte. No hay duda de que la única forma de defender colectivamente a los docentes y por añadidura a los estudiantes y sus familias es declarando un paro para enfrentar la convocatoria suicida de Schiaretti.

Pues bien, no es este el accionar de las conducciones docentes de Córdoba. Todo lo contrario. La histórica subordinación de Juan Monserrat de Uepc a Schiaretti sigue la huella del exsecretario general Grahovac, quien de tanto estar del otro lado del mostrador finalmente blanqueó la situación y directamente pasó del sindicato al Ministerio de Educación provincial. En el caso de Monserrat, a la acostumbrada entrega del salario, sumó durante la pandemia el acompañamiento a la presencialidad escolar sin condiciones que Schiaretti y Grahovac impulsaron como política. Una política al margen de criterios sanitarios pero acorde al reclamo empresario de que los niños pudieran volver a las escuelas para liberar así de su cuidado a los padres y que estos pudieran volver a la plena actividad y a generar ganancias para sus empleadores.

Ese seguidismo al gobierno no ha cambiado ni aún en el cuadro crítico de la pandemia, pero necesita ser disimulado más audazmente ya que no ha pasado desapercibida para las conducciones la inquietud generalizada existente entre los docentes y las familias.

Esa inquietud y el nutrido plenario provincial de escuelas autoconvocadas, tanto provinciales como municipales, que se realizó el sábado 29 de mayo en reclamo de la suspensión temporal de la presencialidad escolar en toda la provincia y en todos los niveles, es la razón por la que la llamada Mesa de Sindicatos Docentes de Córdoba (Uepc, Sadop, Adiuc, Suoem, UDA, Amet y Ademe) salió del silencio para emitir un comunicado en el que expresa “su rechazo a la medida de retornar a la actividad presencial (…) por lo que se declaran en “alerta”, conscientes de la crítica situación sanitaria (…) y por lo que sostienen la necesidad de continuar con modalidad virtual en todos los niveles educativos”.

Muchas palabras, ninguna medida. Pura zaraza. En el momento en que tenían que decretar un paro para proteger a sus trabajadores estas conducciones que son mayoritariamente kirchneristas han decidido hacer un saludo a la bandera sin proponer ningún plan de lucha para continuar así su alianza con el schiarettismo, dejando correr en los hechos su política antisanitaria y antiobrera. Llamamos, por el contrario, a convocar a asamblea en todos los sindicatos para ponerlos al servicio de los trabajadores y a romper con esta subordinación al más macrista de los gobernadores.

Convocamos en defensa de la comunidad educativa y de toda la población, a fortalecer el camino de movilización del plenario provincial de escuelas que convocó a una numerosa y ruidosa caravana de autos y bicicletas desde Plaza Colón hasta casa de gobierno ese mismo lunes 31.

 

 

La movilización pasó por la sede de UEPC para exigir que convoque a paros y asambleas no solo por este tema sino también por recursos para cuidar la educación, por fondos para conectividad y virtualidad, por asistencia alimentaria para los alumnos, por ningún trabajador de la educación sin trabajo ni por debajo de la línea de pobreza y por vacunas para toda la docencia entre los principales puntos. Al finalizar la movilización, que contó con docentes provinciales de distintos niveles y también con una delegación de directivos y docentes municipales, se realizó un acto frente al edificio de la Casa de Gobierno-Panal donde se expresaron los distintos sectores presentes.

Las intervenciones docentes, de padres y estudiantes e incluso de profesionales de salud también presentes señalaron la necesidad de darle continuidad a la lucha por la salud y la vida de la comunidad educativa y de toda la población estableciéndose un nuevo plenario para el sábado 5 de junio. Esa es la tarea planteada; ¡manos a la obra !

Por la independencia política de los sindicatos del Estado y las patronales. En defensa de la salud y la vida. ¡Paro provincial docente en todos los niveles, ya!