Sociedad

27/6/2025

"Venecia sin ti": la ciudad italiana se rebela contra la fastuosa boda de Jeff Bezos

Protestas contra la llegada del multimillonario estadounidense.

Bezos y Lauren Sánchez.

Marx, a partir de un estudio del funcionamiento del modo de producción capitalista, señaló que la acumulación de riqueza en un polo (burguesía) es la contracara de la acumulación de miseria y degradación material y espiritual en el polo opuesto (clase obrera). Esta tesis se ha corroborado en la realidad: a medida que el capitalismo se desarrolló, una minoría insignificante de ricachones, empresarios, especuladores y parásitos fue acumulando cada vez más dinero y poder, mientras una enorme masa de personas en el mundo sufría privaciones, hambre y despojos de todo tipo. A esto se suman las grandes catástrofes que dicho régimen social ha producido y sigue produciendo: bancarrotas económicas, genocidios, guerras o todo a la vez.

La desigualdad social es inherente a las sociedades divididas en clases, pero bajo el capitalismo alcanzó un grado de desarrollo espectacular. Esto lo ha vuelto a demostrar Jeff Bezos, dueño de Amazon y otras empresas, y la segunda persona más rica del mundo, al intentar alquilar la ciudad italiana de Venecia para celebrar su boda con la reportera Lauren Sánchez. Según trascendió, el evento costaría unos 56,6 millones de dólares y duraría tres días. Entre los invitados figuraron Ivanka Trump (hija del presidente estadounidense), empresarios como Shanid Khan (dueño del club inglés Fulham) y uno de los propietarios de Dolce & Gabbana, además de personalidades como Leonardo DiCaprio y Orlando Bloom.

Los asistentes llegaron en aviones privados, yates y veleros de lujo. Para alojarlos, se alquilaron cinco de los hoteles más exclusivos de Venecia, una ciudad signada por la desigualdad, donde los trabajadores enfrentan problemas de vivienda y de acceso a servicios esenciales. Esto contó con la aprobación del alcalde veneciano, Luigi Brugnaro, del partido Coraggio Italia. El propio Bezos posee un megayate valorado en 500 millones de dólares, donde organizó una fiesta de espuma con su futura esposa, quien durante la boda usará 27 vestidos distintos. La celebración ya comenzó, con los protagonistas viajando en lanchas para reunirse con sus invitados. Pero no todo salió como Bezos esperaba.

Venecia fue escenario de protestas contra Bezos y su ostentosa boda, que se convirtieron en un factor de crisis y obligaron a cambiar el plan: la fiesta final del sábado no se realizaría en la Scuola Grande di Misericordia (en el centro de la ciudad), sino en el Arsenale, el complejo del antiguo astillero, más aislado y fácil de vigilar. Las manifestaciones, impulsadas por el colectivo No Space for Bezos, Greenpeace, We Hate Elon (por Musk) y otros grupos, comenzaron el jueves por la mañana en la plaza San Marcos, con consignas contra la desigualdad social, el cambio climático, la guerra y la masacre sionista en Palestina ("con el dinero de esta boda podríamos reconstruir Gaza"). La policía y el Ejército intentaron intimidar a los manifestantes. Para el sábado, con todo, está prevista la realización de nuevas acciones de repudio.

La fortuna de Bezos asciende a 230.000 millones de dólares y es producto de la explotación del trabajo asalariado. Amazon, la multinacional de comercio electrónico y servicios en la nube, reportó beneficios netos de 17.127 millones en el primer trimestre de 2025, un aumento del 64% respecto al mismo periodo del año anterior. Bezos impide la sindicalización de los trabajadores, los somete a sistemas de vigilancia ultraopresivos, paga salarios miserables en ciertas áreas y mantiene a parte de su plantilla tercerizada (en Amazon Flex y Amazon Delivery). Sus almacenes registran tasas de lesiones que duplican el promedio del sector, y los pilotos de Amazon Air han denunciado percibir salarios bajos y padecer sobrecarga laboral. Amazon tiene su sede europea en Luxemburgo, un paraíso fiscal, y ha sido señalada como la multinacional con la "peor conducta fiscal" (su tasa impositiva real sería del 1,1%). Por eso, en las protestas resonó con fuerza el reclamo "paga más impuestos".

Bezos también es dueño de The Washington Post y otros medios de comunicación. Desde allí, en su momento, apoyó candidaturas demócratas como las de Clinton y Biden, pero en 2024 no respaldó a ningún presidenciable. Sin embargo, se ha acercado a Trump (invitado a la boda); ordenó que el Post no avalara la postulación de Harris; declaró sentirse "muy optimista" con la segunda administración republicana; asistió a la ceremonia de investidura de Trump y, un mes después, impidió la publicación de un artículo crítico contra su gobierno. No obstante, ha tenido roces con el presidente por la política de aranceles, que generó rechazo en sectores de la burguesía estadounidense. La Casa Blanca acusó a Amazon de intentar desglosar en los precios de sus productos la parte correspondiente a los aranceles.

También es propietario de Blue Origin, empresa aeroespacial que compite con SpaceX de Elon Musk. Su director ejecutivo mantuvo conversaciones con Susie Wiles, jefa de gabinete de Trump, para desplazar a SpaceX, contratista de la Nasa y del Departamento de Defensa. Bezos ha colaborado con la maquinaria militar estadounidense, suspendiendo los servicios de Amazon en Rusia durante la guerra en Ucrania. Además, invierte en startups de robótica e inteligencia artificial. Es uno de los mayores vividores del trabajo ajeno del planeta, junto a Musk, Zuckerberg (Meta), Larry Ellison (Oracle) y otros CEOs e inversionistas que, en última instancia, controlan los hilos de la economía mundial, y, por ende, de la política.

Según un informe de Oxfam Intermón, el 1% más rico del mundo posee más riqueza que el 95% de la población global. Por otro lado, el 1% de las personas concentra el 45% de la riqueza total. Mientras tanto, casi la mitad de la humanidad vive bajo el umbral de pobreza. La situación empeorará por la agudización de la crisis capitalista y la ofensiva de los gobiernos y sus burguesías contra las masas trabajadoras. Cada vez es más fuerte la tendencia a imponer reformas laborales y previsionales reaccionarias para elevar la tasa de ganancia capitalista, que está en declive.

Al mismo tiempo, el mundo avanza hacia una tercera guerra mundial, como lo muestran los conflictos en Medio Oriente (la masacre sionista en Gaza y Cisjordania, y la agresión estadounidense-israelí a Irán) y Europa (la guerra entre la Otan-Ucrania y Rusia). La guerra es otro instrumento del capital para recomponer su tasa de beneficio, ya que implica la eliminación de rivales y fuerzas productivas.

Los trabajadores debemos derribar este régimen y construir una nueva sociedad.

La derrota de la agresión sionista imperialista debe ser también una causa de los trabajadores argentinos
Fuera Netanyahu, Trump y Milei. -
prensaobrera.com