Ambiente

20/9/2022

Nueve provincias bajo fuego

Todos los gobiernos son responsables de los incendios.

Incendios.

Varias provincias del país se encuentran bajo el fuego de los incendios. Estamos ante una situación crítica, en la que la población se está viendo fuertemente perjudicada tanto por los problemas de salud que esto acarrea como por la destrucción del ambiente.

La situación de los incendios en la irrespirable Rosario es dramática. En medio de esto, miles de personas se han movilizado este sábado en el Puente Rosario-Victoria para reclamar por la aprobación de la cajoneada ley de humedales y cientos de activistas ambientalistas han continuado acampando desde ese día en el puente. Las quemas en el Delta para un puñado de grupos empresariales son intencionales y los recursos para apagar los fuegos escasean.

Entre Ríos es otro de los epicentros de los incendios. Allí las llamas se esparcieron en Cola del Negro, Azul, Naranja, Corrido y El Talar. Los incendios han venido provocando desastres en el ecosistema del río Paraná. Detrás de ellos están los negocios inmobiliarios y ganaderos. Esto se suma a la contaminación de la actividad agrícola, que afecta a los humedales del Paraná.

En Córdoba hubo un incendio forestal que comenzó en las sierras grandes de Panaholma y que trepó hacia la Cuesta de Cura Brochero, en el departamento de San Alberto. La provincia ya se había teñido de humo con anterioridad. Los incendios están relacionados al agronegocio y a la especulación inmobiliaria, dos actividades que promueve Juan Schiaretti y muchas veces son intencionales.

La Brigada de Incendios Forestales de Catamarca, por su parte, “contabilizó durante los primeros 8 meses de este año 133 incendios con un total de 20.940 hectáreas de monte, arbustal y pastizales quemadas” (Página 12, 19/9. La provincia tiene, por las características de su clima, un índice de peligrosidad extremo. Por fuera de los fenómenos naturales, en Catamarca la quema se suele utilizar para cambiar la pastura (uso ganadero) y la apertura de tierra para el pastoreo.

En Corrientes se desarrolla un proceso similar, este viernes se produjo un incendio de pastizales en el barrio Cremonte. En la provincia gobernada por Gustavo Valdés, incendios gravísimos ya tuvieron lugar a principios de año. El carácter intencional de los incendios es un componente distintivo, y está al servicio de la explotación ganadera, la quema de basuras y otras actividades. La sequía también aporta a este cuadro.

Por otro lado, los incendios en San Juan no dan tregua. Estos avanzan por ejemplo en Valle Fértil y ya han dejado 5 mil hectáreas afectadas. La provincia, en la cual se viene avanzando en el extractivismo minero, estuvo teniendo una crisis hídrica muy importante. El modelo “productivo” del gobernador Uñac es un combo explosivo de contaminación y desastre ambiental.

En Jujuy el cuadro también es catastrófico. Los brigadistas se encuentran tratando de contener el incendio en el Parque Nacional Calilegua, donde hasta el momento se quemaron 520 hectáreas. En Salta, los departamentos de Orán y San Martín son las principales víctimas del fuego, aunque también este ha llegado a General José de San Martín, Aguaray, Santa Victoria y Guachipa.

Entre los incendios de Salta y Jujuy, son casi 9 mil las hectáreas afectadas. Los grupos económicos, bajo la mirada cómplice del gobernador salteño Gustavo Sáenz y del jujeño Gerardo Morales, avanzan en quemas intencionales para extender sus negocios a costa de los bosques nativos, o en desmontes.

Por otro lado, en la Villa de Merlo, al norte de la provincia de San Luis, un incendio forestal se reactivó por la mañana del viernes, en un exbasurero municipal.

Todos los gobiernos son responsables de esta situación, tanto los provinciales como el Ejecutivo nacional. El gobierno del Frente de Todos ha ajustado incluso las partidas para el manejo del fuego. Los brigadistas y los bomberos no dan abasto y están sometidos a situaciones extremas y a la precarización laboral.

La destrucción del ambiente es una derivación de la política capitalista de saqueo de los recursos y de la utilización de métodos ultracontaminantes para ello.

Que se vuelquen todos los recursos necesarios para apagar el fuego. Fuera Cabandié, basta de quemas y ley de humedales ya.