LGBTI

5/11/2020

Marcha del Orgullo: entre la pandemia y la crisis

Este sábado 7 a las 13h todes a Plaza de Mayo por nuestros reclamos.

Agrupación LGBTI 1969

El próximo sábado 7 de noviembre volvemos a las calles una vez más en la Marcha del Orgullo. En la del 2019, se montó un clima de festejo por el ascenso del gobierno de Alberto Fernández, quien hace unos días junto al Ministro de Seguridad, Sergio Berni, y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, montaron un operativo represivo y de cacería en Guernica desalojando miles de familias que se encontraban luchando por la vivienda en medio de la crisis habitacional. Hoy Guernica no es sólo el escenario de la situación política actual, sino que también es el punto de quiebre del gobierno nacional de su careta progresista.

Si bien Alberto Fernández durante su campaña electoral se mostró muy comprometido a escuchar los reclamos del movimiento de mujeres y del movimiento LGBT+, al día de hoy todas esas promesas continúan siendo devaluadas por el Ministerio de las Mujeres Géneros y Diversidad, como el aborto legal seguro y gratuito o el cupo laboral travesti trans, que continúa sin reglamentarse e implementarse en todos los distritos a pesar de haber conquistado normas provinciales en el transcurso de la lucha por el Cupo Laboral Travesti Trans. Cabe destacar que el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad no ha ofrecido más que extorciones, respuestas insuficientes y precarizadoras a las mujeres y diversidades sexuales y de género en situación de emergencia.

 

Estas promesas de campaña electoral (entre otras) y la propuesta de les candidates LGBT+ en las listas del Frente de Todos -estrategia que utilizaron para cooptar al movimiento LGBT+ tapando con arcoíris lo blanco y amarillo de sus candidatos clericales-, no fueron más que papel mojado para todo un movimiento repleto de necesidades urgentes.

El Gobierno Nacional utiliza la pandemia como excusa para continuar aplicando el ajuste y paralizando todo reclamo que choque directamente con las iglesias para no “dividir al pueblo argentino”. Pero la supuesta división entre los argentinos que hace mención Alberto Fernández es la alianza de las Iglesias con el Estado y los bloques patronales que defienden sus intereses y que, en este contexto de crisis, lo que menos puede pasarle al gobierno es perder el apoyo de las mismas, porque los gobiernos capitalistas mediante la contención social en los barrios vulnerables es cuando más necesitan la presencia de las Iglesias y las fuerzas represivas en los barrios para que el pueblo no salga a las calles.

El pago de la deuda externa a costa de les trabajadores, la pandemia y el pacto social con les empresaries, las Iglesias y la burocracia sindical, llegan para profundizar esa crisis ya existente y ponen sobre la mesa todas las problemáticas arrastradas de gobierno en gobierno, como el vaciamiento en la salud pública, el congelamiento de los salarios y los despidos, el problema habitacional y el aumento de femicidios y crímenes de odio, entre otras problemáticas. Esto se ve reflejado en el presupuesto 2021 aprobado con votos de todos los colores políticos en diputados, intentando presentar un presupuesto con perspectiva de género sin plantear ningún tipo de aumento.

En la cuarentena, se ha demostrado como la campaña del gobierno nacional “quedate en casa” es opción para unos pocos y no necesariamente para el colectivo LGBT+ -uno de los sectores más golpeados ante la crisis. La mayoría de las personas trans y travestis se encuentran en la desocupación y sin trabajo genuino, siendo luego violentades, detenides y expulsades en tomas de tierras cuando luchan por la vivienda a falta de respuestas por parte del Estado como pasó en Guernica.

Cuando el capitalismo rosa no alcanza

A pesar de que se muestre a Buenos Aires como la ciudad gay-friendly de Larreta para alimentar el turismo y Alberto Fernández se muestre como el presidente “aliado” que creó un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, continúan envalentonando a las fuerzas represivas y reforzando sus alianzas eclesiásticas que invisibilizan, patologizan y violentan sistemáticamente nuestras identidades y sexualidades. Estos responsables políticos son los mismos que dejan la ESI en manos de las Iglesias mientras que el Estado invierte $0 en la misma.

Un año después de su asunción, tampoco tenemos nada que celebrar. Hoy, la Ley de Identidad de Género, una ley que el kirchnerismo pregonó como propia aunque fue victoria de una lucha, continúa desfinanciada desde finales del macrismo junto al recorte en la salud pública y no se aplica de manera correspondiente en todos los espacios, así como tampoco se cumple de manera registral, negando el derecho a la identidad a todas las personas que estén por fuera del espectro binario.

Desde la llegada del FMI al país, la degradación de las condiciones de vida de la población LGBT+ se ha agudizado y más aún para la población migrante, donde ocurre un crimen de odio cada tres días (de los casos que llegan a denunciar) en el país más avanzado en legislación LGBT+ de América Latina, que condena a la población travesti trans a la marginalidad y la prostitución como único medio de subsistencia.

Si bien se han lanzado ciertos programas de “ayuda” para las mujeres y las diversidades sexuales y de género, como el plan Acompañar ($17.000), Potenciar Trabajo ($8.500) o el IFE ($10.000 el cual no se seguirá cobrando), estas medidas no fueron suficientes, ya que son planes menores a la canasta básica de lo que necesita hoy una familia para vivir.

Mientras tanto, las personas inscriptas al Potenciar Trabajo aún se encuentran esperando una “propuesta laboral” precarizadora de $8.500 y convocatorias laborales reales del cupo laboral travesti trans recientemente decretado. Diariamente queda demostrado que la utilización del lenguaje inclusivo por parte del gobierno nacional no es más que una máscara del ajuste para todes.

Frente a la cooptación y paralización, vamos a Plaza de Mayo

A pesar de la situación de emergencia en la que se encuentra el colectivo LGBT+ y la urgencia de organización contra el Estado y los gobiernos ajustadores, la Coordinadora de la Marcha del Orgullo, dirigida por la FALGBT y compuesta por demás organizaciones aliadas al Estado, han optado no movilizar. Si bien se trata de presentar un discurso de “cuidados”, esto tiene un trasfondo político y es el de utilizar la cuarentena para vaciar la Marcha del Orgullo.

No es casual que las organizaciones adeptas al Estado no reclamen al poder político el conjunto de reivindicaciones por las que viene luchando la marea verde cuando el responsable es el gobierno que defienden. Esto ya se vió en el movimiento de mujeres en pandemia y demás iniciativas por el aborto legal seguro y gratuito, donde todos los espacios de organización fueron completamente vaciados a través de la cooptación estatal sin ningún tipo de iniciativa de lucha.

Ante la cooptación por parte del Estado y la paralización debemos dotar a la Marcha del Orgullo de un carácter clasista y de lucha contra los gobiernos ajustadores. Como en Stonewall, retomemos el camino de organización y acción directa contra el Estado en las filas de la independencia política.

Desde la Agrupación LGBTI 1969 y el Frente de Izquierda Unidad llamamos a todo el activismo a concentrar en Plaza de Mayo el día sábado 7 a las 13h con distanciamiento social y los recaudos necesarios, para realizar una radio abierta y hacer escuchar todos nuestros reclamos.