Larreta termina el año a puro tarifazo. Aprovechando que el foco de atención estaba puesto en la aprobación del aborto legal, dispuso aumentos por encima de la inflación para cuatro rubros a la vez, algunos de ellos con gran impacto en el bolsillo de los trabajadores.

El tarifazo en el subte es el más escandaloso. Viene de un aumento de la tarifa en noviembre de 19 a 21 pesos acumulando hasta ahí una suba del 180% en 3 años. Y ahora tendrá un nuevo ajuste de un 43%, más alto que la inflación de 2020. Pero no es solo eso sino que le renueva por 12 años más la concesión al corrupto grupo Roggio, corresponsable junto con Macri y Larreta de la contaminación con asbesto y de un pésimo servicio.

El estacionamiento medido aumentará un 100%. Previamente este año se votó en la Legislatura la extensión de los parquímetros a casi la totalidad de la Ciudad y una tarifa nocturna. El taxi aumenta un 44% y la Verificación Técnica Vehicular (VTV), que es obligatoria, un 45% alcanzando los $2.665.

Estamos ante una confiscación gigantesca sobre la población de los que viven o trabajan en la Ciudad. Como denunció el legislador (MC) Gabriel Solano: “a través de tarifazos y ajuste Larreta descarga sobre los trabajadores y vecinos de la Ciudad el recorte de la coparticipación federal impuesta por Alberto Fernández. Estamos ante un ajuste encadenado en cual el gobierno nacional ajusta en la Ciudad y el gobierno porteño lo traslada íntegramente a trabajadores y vecinos”.

Mientras a nivel nacional se les quita a los jubilados la movilidad por inflación y se liberan las tarifas para buscar un nuevo pacto con el FMI, en la Ciudad el ajuste tiene un contenido similar. Larreta actualiza los impuestos y tarifas según la inflación, pero no los gastos. Recientemente un fallo escandaloso del Tribunal Superior de Justicia negó el derecho a exigir una vacante en la escuela pública avalando la política de ajuste de las vacantes y el recorte del presupuesto en infraestructura escolar.

En materia salarial Larreta dispuso un aumento del 23% para municipales y enfermeras (15 puntos menos que la inflación esperada) y mantiene congelados los salarios del resto de los trabajadores de la salud que se encuentran desarrollando un plan de lucha por una recomposición salarial del 100%. Exigen un salario básico similar al que vienen de conquistar con una huelga por tiempo indeterminado los aceiteros.

La lucha contra el ajuste de Larreta requiere de la movilización popular. Para ello partimos del apoyo de la lucha de trabajadores de la salud por el salario. Son quienes han estado en la primera línea de combate a la pandemia y se aprestan a enfrentar una segunda ola de Covid-19. Por otra parte extendiendo la campaña por el juicio político a los jueces del TSJ que fallaron contra el derecho a las vacantes.

Las organizaciones sindicales alineadas con el gobierno nacional están paralizadas. Más allá de declaraciones en los medios, no han jugado ningún rol en las luchas contra Larreta en la Ciudad. La razón es sencilla, su vergonzoso apoyo al ajuste a los jubilados y el recorte a los salarios estatales nacionales dispuestos por Alberto Fernández los inhabilita para desarrollar la movilización contra Larreta. Es por eso que la defensa del bolsillo de los trabajadores exige las más absoluta independencia política de los gobiernos ajustadores.

Para pelear contra el ajuste planteamos medidas de fondo. No al pago de la deuda externa nacional y de la Ciudad. Por una reforma impositiva que grave progresivamente a los bancos, especuladores inmobiliarios y grandes capitalistas como propusimos desde el PO-FIT en la Legislatura. Abajo los tarifazos e impuestazos. Ningún ajuste en educación, salud y vivienda. Recomposición salarial inmediata. Ningún despido, pase a planta de los 20.000 precarizados.

https://prensaobrera.com/sindicales/instituto-de-vivienda-de-la-ciudad-larreta-despide-a-30-trabajadorxs-esenciales-para-la-reurbanizacion-de-las-villas/