Políticas

1/11/2022

¿De cuánto es el desfasaje entre los salarios y la inflación?

El Indec publicó su indice de variacion salarial de agosto.

Archivo Prensa Obrera.

Un informe elaborado por el Indec acaba de mostrar cómo los salarios de los trabajadores argentinos continúan sin seguirle el ritmo a la inflación. Esto es un producto directo del ajuste fondomonetarista del gobierno nacional. De conjunto, los salarios aumentaron un 6,5% en agosto, medio punto por detrás del 7% de inflación mensual; y un 51% en lo que va del año, frente a un índice de precios que escaló a un 56,4% en el mismo periodo.

Los más golpeados en este cuadro son los trabajadores que ejercen tareas en los sectores público y no registrado. La variación salarial de agosto en el ámbito estatal quedó casi 3 puntos por detrás de la inflación, mientras que para el mundo del trabajo informal quedó 3,5 por debajo. En el acumulado de los primeros ochos meses de 2022, el sueldo de los trabajadores del sector público quedó 5 puntos por debajo de la inflación; y el de los trabajadores no registrados, por su parte, perdió casi 18 puntos contra la escalada inflacionaria.

Esto último ocurre cuando la Argentina viene de batir récords en la creación de trabajo informal, con 5,4 millones de asalariados en esa situación. Desde el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), se ha indicado que al compás de esto, “existe más oferta de gente que quiere trabajar de algo, “y al no haber convenios colectivos, el sueldo se mueve por la lógica del mercado, con lo que tiende a la baja”.

Por otro lado, en el sector privado se ha registrado una suba acumulada del 55%, porcentaje que se encuentra por detrás del índice de precios. La situación salarial se complejiza si los aumentos se contrastan con los de años precedentes. Agostina Myronec, economista de la consultora Ecolatina, señaló que “en el acumulado hasta agosto, respecto de 2017, que fue el último año en el que el salario real creció, el índice total de salarios actual está 20% abajo, mientras que el privado no registrado está 30% abajo. Esto es compensando en parte con el sector privado registrado y el público, que están 16% y 20% abajo, respectivamente” (La Nación, 31/10).

Esta confiscación brutal del salario es una consecuencia de la ofensiva que las patronales y su gobierno están llevando adelante contra los trabajadores. El gobierno viene cerrando las paritarias estatales a la baja e interviniendo contra los reclamos salariales en las negociaciones del sector privado, como hizo especialmente con el Sutna y luego con Camioneros. Por ejemplo, el salario mínimo fue establecido por el Ejecutivo en $51.200, cuando la canasta de indigencia se ubicó en septiembre en $56.732. Este monto, asimismo, sirve de parámetro para el sector informal. La inflación, con la que varias empresas están lucrando, pegará nuevos saltos, toda vez que el gobierno prepara nuevos aumentazos; estos embates antiobreros se combinan, a su vez, con el plan de ajuste más general que acaba de obtener media sanción en la Cámara de Diputados.

Organicémonos por la reapertura de las paritarias y para derrotar el ajuste fondomonetarista con un paro nacional y un plan de lucha.

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