Políticas
6/10/2022
Editorial
El 29, llenemos la Plaza de Mayo
Fuera los políticos capitalistas, por un movimiento popular con banderas socialistas.
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Romina Del Plá en Plaza de Mayo.
Los actos que realizará el Partido Obrero –en el Frente de Izquierda- el 29 de octubre en Plaza de Mayo y a lo largo del país van a desarrollar, desde la participación y el impulso a las luchas obreras y populares más importantes del período, un programa de salida a la crisis nacional a la que nos han llevado todos los partidos patronales que gobernaron el país.
Desde la izquierda salimos a presentar una alternativa frente a un gobierno que, en todas sus alas, está asimilándose rápidamente a los planteos e incluso los métodos del macrismo. Esto porque ambos asumen a fondo la agenda reaccionaria, antipopular y de entrega nacional de la burguesía.
Por si faltaba un episodio para mostrarlo, el desalojo a las comunidades mapuches de Villa Mascardi, coordinado en conjunto por Aníbal y Alberto Fernández desde la Casa Rosada, enterró todas las “mesas de diálogo” previas en el altar de los intereses del desarrollo inmobiliario privado que tienen los lobbies del turismo en la zona. Es la política de Patricia Bullrich y Arabela Carreras, llevada adelante sobre la misma familia de Rafael Nahuel, quien fuera asesinado por Prefectura bajo el macrismo. Al kirchnerismo no se le escuchó una palabra de repudio.
Antes, el gobierno nacional jugó fuerte desde los ministerios de Trabajo y de Economía para quebrar la gran lucha del Sutna, que pudo sobreponerse a todas estas presiones y a la intransigencia patronal con una huelga general con bloqueos de fábricas, imponiendo con la fuerza del movimiento obrero un triunfo importantísimo, votado en asamblea general, que consagró un aumento que le ganará a la inflación. El conflicto del Sutna mostró que los políticos del oficialismo y la oposición no dudan en apoyar a las multinacionales y los conglomerados nacionales, como Fate, contra los trabajadores. Son los políticos capitalistas que han llevado a que en el país haya un 37% de pobreza y casi un 9% de indigencia a fuerza de defender los intereses de las patronales y el Fondo Monetario.
En el medio, también para defender los intereses capitalistas, pero esta vez los de la minería y el agronegocio, el gobierno enterró de un plumazo en el Congreso el dictamen de la Ley de Humedales, esta vez haciendo caso al consejo de Ricardo López Murphy, un “halcón” liberal que celebra la política y el presupuesto de ajuste de Massa y el FMI.
En el terreno educativo, las tomas de colegios vienen enfrentando fuertemente las pasantías gratuitas y el ataque a la educación de Larreta, que respondió con persecución a docentes y estudiantes. Pero la enorme huelga docente de Santa Fe respondió también con una movilización masiva a descuentos de entre 30 y 70 mil pesos de parte del gobierno de Perotti, del Frente de Todos. Y en la provincia de Buenos Aires ninguna demagogia de Kicillof con las tomas de la capital puede tapar el derrumbe educativo que denunciaron las también masivas huelgas convocadas por los Suteba combativos, contra el oficialista Baradel. El ataque a la educación une a ambos lados de la grieta.
Contra este ataque de fondo contra el pueblo, el acto del Partido Obrero va a levantar la voz con un programa de defensa de los trabajadores, contra el pacto con el Fondo Monetario, por el no pago de la deuda y en apoyo a todas las luchas en curso, por un paro nacional y plan de lucha que la CGT y la CTA se niegan a convocar.
Es el programa que defenderá además la delegación de miles de compañeras del Plenario de Trabajadoras que van a concurrir masivamente al Encuentro de San Luis para poner en pie al movimiento de mujeres contra la cooptación e integración al Estado del feminismo oficialista.
Un acto de lucha, internacionalista y socialista
El protagonismo del Partido Obrero en todas las luchas que se vienen desenvolviendo es destacado por propios y extraños. Nuestro acto va a ser protagonizado por quienes vienen desarrollando estas luchas.
Este protagonismo se explica a la luz de nuestra estrategia política: para el Partido Obrero una salida a la crisis nacional no puede desarrollarse sin una lucha a fondo contra los gobiernos del ajuste, sin quebrar el corset de la burocracia sindical, sin organización en los barrios y lugares de trabajo, sin asambleas que deliberen y voten un plan de acción por las reivindicaciones. Una perspectiva socialista no puede forjarse por fuera de estas grandes confrontaciones sociales. La izquierda atada al electoralismo vincula el desarrollo del socialismo simplemente a una acción de propaganda electoral, una campaña electoral que lanzó con un año y medio de anticipación. Nuestra consigna congresal (“por un movimiento popular bajo banderas socialistas”) le plantea, a todo el movimiento popular que enfrenta el ajuste, la necesidad de darle la espalda al peronismo que pacta con el Fondo Monetario, para desarrollar una alternativa política sobre nuevas bases.
Como muchas veces ha ocurrido, para atacarnos nos atribuyen la capacidad de digitar las luchas en función de objetivos políticos: un ataque macartista que tuvo un punto destacado en la lucha del Sutna. Pero no es el Sutna el que tiene que explicar por qué defiende los salarios, con métodos que fueron votados en cientos de asambleas obreras totalmente genuinas, encabezadas por una dirección clasista. Es la burocracia la que tiene que rendir cuentas frente a toda la clase obrera de por qué pacta salarios que se mantienen bajo la canasta de pobreza e indigencia, por qué acepta un salario mínimo de 57.000 pesos a noviembre, en el altar del apoyo a un gobierno atado al Fondo Monetario.
Lo mismo ocurre con el movimiento piquetero combativo, que acampó tres días en la 9 de Julio frente al Ministerio de Desarrollo Social. Mientras se producía el acampe se anunciaba el aumento de la tasa de indigencia, un dato que los Grabois o Pérsico vieron anunciar sin mover un dedo para no cuestionar al gobierno de Massa y sus pactos con el Fondo.
El desarrollo de un movimiento popular con banderas socialistas responde a una necesidad adicional: sin un desarrollo de la izquierda, el descontento con el gobierno nacional lo capitaliza la extrema derecha. Una derecha que es la expresión más consecuente de los políticos capitalistas que hundieron al país. Pero que se presenta como antisistema, apalancada en la denuncia de un nacionalismo trucho que en nombre de la justicia social y la independencia económica justifica todos los curros de la obra pública mientras se juega a aplastar los reclamos obreros y entrega el país al imperialismo.
Contra estos liberales, el acto del Partido Obrero va a desarrollar un punto de vista internacionalista. Es que mientras los Milei nos venden que con la dolarización se terminan los problemas del país, el mundo “dolarizado” y liberal se encamina cada vez más resueltamente a la catástrofe. Por eso vamos a denunciar la guerra imperialista por el reparto de Ucrania y toda Europa, azuzada por los Biden y los “demócratas” de la Unión Europea, por un lado, y por Putin y el régimen restauracionista, por el otro; y a levantar una tribuna contra la catástrofe social, ambiental y laboral del capitalismo en todo el mundo.
El 29, llenemos la Plaza de Mayo.
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