Entre enero y agosto, el abono telefónico subió un 1.800%, casi el doble de lo que creció la inflación. Pero según el pliego de privatización de ENTel, el abono y los pulsos deberán aumentar todavía un 80% más, algo que el gobierno dispondría de un momento a otro. De esta manera la tarifa telefónica registrará el record de un 3.400% en tan sólo 9 meses, más de tres veces la tasa de inflación.

Pero, “hombres previsores”, los próximos adjudicatarios de ENTel estiman que esa tarifa telefónica vale “siempre y cuando el dólar se mantenga en los niveles actuales”. La tarifa telefónica ha quedado “dolarizada” en 2,5 centavos, por lo que cada movimiento en el dólar empujará hacia arriba la factura telefónica. En el régimen de la desindexación menemista la tarifa del teléfono ha sido doblemente indexada, por inflación y por cotización del dólar.

Todo este terrible desfalco del bolsillo de los usuarios no le impidió, sin embargo, a la Alsogaray aumentar en 1.052 millones de dólares el endeudamiento de ENTel. El crecimiento del pasivo de ENTel se debe fundamentalmente a un ajuste usurario y fraudulento de deuda con Siemens y Pecom-Nec, dos empresas contratistas, porque como reconoció la Alsogaray la deuda de ENTel “se indexa en forma geométrica” (Clarín, 13/9). Con lo que tenemos la triple indexación: por dólar, por inflación y la geométrica, es decir, según la evolución de la tasa de interés.

De este modo el 1.800% de aumento en la tarifa no le sirvió a ENTel para mejorar su posición financiera. Ahora está peor que antes Esta deuda “geométrica” no va a ser “privatizada” sino que será absorbida por el Estado, para que la Telefónica y Bell se queden con ENTel pero “sin su pasivo”.

Claro que el “curro” tampoco termina aquí, ya que el gobierno comenzó a cancelar su deuda con Siemens y Pecom-Nec. Para esto autorizó el pago de 40 millones de dólares en Bonex 89 a cotización del mercado (0,50 centavos), lo que a valor nominal significa una entrega de Bonos por el doble —80 millones de dólares.