Políticas

19/7/2024

El presidente de la Amia usó el 30 aniversario del atentado para defender el genocidio sionista

El infame discurso de Amos Linetzky.

Linetzky en el acto realizado en Pasteur 633.

En un acto que se realizó en el marco del 30 aniversario del atentado a la Amia, el presidente de la entidad, Amos Linetzky, dio un discurso en el que atacó duramente a organizaciones feministas, de derechos humanos y políticas que cuestionan y combaten la política terrorista, colonialista y genocida del Estado de Israel, que ya asesinó a casi 40.000 palestinos en la Franja de Gaza. Desde el atril, entre otras cosas, acusó a sus integrantes de antisemitas. Milei, el pequeño déspota que gobierna Argentina, reivindica a la dictadura terrorista y antisemita de Videla y busca garantizar la impunidad de los responsables del ataque contra la mutual israelí, estuvo presente mientras Linetzky daba cátedra sobre cómo calumniar en pos de defender el exterminio de un pueblo. Sin embargo, no recibió ninguna crítica por parte de la Amia, que seguramente esté muy satisfecha con la política prosionista y proyanqui que desenvuelve.

Linetzky aprovechó su lugar como orador para montar una tribuna de propaganda a favor de la ofensiva genocida que Israel está desenvolviendo en la Franja de Gaza. Y, en sintonía con el gobierno de Milei, para lanzar ataques contra los movimientos de lucha que rechazan la política sionista. El oficialismo libertario viene de incluir a Hamas en la lista de organizaciones terroristas con la mira puesta en profundizar la criminalización de la protesta y tener más herramientas para perseguir y encarcelar a quienes se manifiesten a favor de la causa palestina. Esto, en momentos en los que crece en varios países el repudio a los crímenes del Estado israelí, como se vio en las movilizaciones y tomas de establecimientos educativos que tuvieron lugar en Estados Unidos, en algunos países de Europa y en el mundo árabe.

“No fueron suficientes las decenas de mujeres mutiladas y vejadas frente a las cámaras, para que las agrupaciones feministas extiendan su sororidad cuando se trata de mujeres judías. Quizá la consigna de que el cuerpo de la mujer no debe ser un campo de batalla, o las tan nombradas ‘Te creo hermana‘ o ‘Ni una menos, tengan una letra chica que no leímos y dice salvo que seas judía”, dijo Linetzky. Quizás no se enteró que ni siquiera el presidente norteamericano Biden pudo corroborar la veracidad de esas imágenes. Es que se trató de una campaña de fake news internacional divulgada por el sionismo. Además, “Ni una menos” es una consigna de repudio a los crímenes de género, o sea, al asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres. En el conflicto de Gaza no hay nada de eso. Por lo tanto lo de Linetzky es una banalización de la lucha del movimiento de mujeres.

Además, la mayor parte de las casi 40.000 personas que asesinó Israel son mujeres. Si uno razonara como Linetzky se podría preguntarle a la Amia por qué no se pronuncia contra este asesinato en masa de mujeres. Claro que no lo haría nunca. Con todo, a las palestinas no las asesinan por ser mujeres, sino por ser palestinas. Si a Linetzky le preocuparan los derechos de las mujeres debería ser consecuente y reclamarle a Netanyahu que vuelva a poner en pie los dispositivos de atención a víctimas de violencia machista que desmanteló hace no mucho tiempo. Por otra parte, el gobierno sionista aplica, en el terreno de los derechos de las mujeres, el apartheid opresor contra la población árabe que vive en Israel: “Entre enero de 2020 y agosto de 2022, la policía no llegó a resolver el 58% de los 40 femicidios cometidos contra mujeres palestinas durante ese periodo, mientras que sí se resolvieron los 29 femicidios de mujeres israelíes judías cometidos entre las mismas fechas” (datos de Amnistía Internacional).

También apuntó sus cañones contra el movimiento de lucha por los derechos humanos. “¿Qué están esperando? ¿Por qué no reclaman junto a nosotros? Acaso… ¿Hay desaparecidos o secuestrados por quienes no vale la pena reclamar?”, se preguntó Linetzky. ¿Recordará, Linetzky, que la Amia y la Daia le dieron la espalda a las familias de la comunidad judía que reclamaban la aparición con vida de sus familiares bajo la dictadura? Además, oculta que las organizaciones en la actualidad reclaman que se concrete el intercambio de rehenes (“todos por todos”) y un alto al fuego. Y el gobierno de Netanyahu se opone a eso. El problema principal, sin embargo, estriba en que el sionismo está desenvolviendo una política de limpieza étnica. En esa línea se inscriben el genocidio en curso y también todos los crímenes de guerra que el Estado de Israel viene llevando adelante hace décadas contra la población palestina. Actualmente se encuentra bombardeando escuelas, hospitales y centros de refugiados y torturando prisioneros; sus militares abusan sexualmente de palestinas en las cárceles; asesina voluntarios de ONGs y periodistas, utiliza fósforo blanco (arma prohibida) en su ofensiva sobre Gaza; armó bandas de colonos fascistas que asesinan palestinos cisjordanos o los expulsan de sus propiedades, entre otras barbaridades.

Linetzky habló de la barbarie nazi y sus campos de concentración. El Estado de Israel desarrolla una política de tipo hitlerista: limpieza étnica, apartheid, genocidio, puesta en pie de campos de concentración para disciplinar y asesinar palestinos, etc. El sionismo quiere ir hacia la “solución final”, o sea, hacia el exterminio de la población palestina para hacerse de sus territorios. Si tanto le preocupara el fascismo a Linetzky hubiese repudiado al gobierno de Netanyahu por mantener relaciones con el Batallón Azov, un grupo de militares neonazis que combate codo a codo con el Ejército ucraniano para guerrear contra las tropas rusas de Putin. O hubiese criticado a Milei por colocar a un nazi al frente de la procuraduría del Tesoro o por encabezar un gobierno que reivindica a la dictadura terrorista y antisemita de Videla. Le recordamos a Linetzky, de paso, que el sionismo argentino fue cómplice de Videla, de Pinochet e incluso del régimen racista sudafricano.

Recurriendo a la infamia y a la trillada política de poner un signo igual entre antisemitismo y antisionismo, Linetzky justificó el asesinato en masa de un pueblo por parte de Estado de características teocráticas, opresor y colonialista, que además es un peón del imperialismo norteamericano en Medio Oriente. El Estado de Israel es, asimismo, funcional al expansionismo guerrerista de Estados Unidos en un contexto de aumento de la beligerancia mundial. O sea es cómplice del mayor y más reaccionario terrorismo conocido por la humanidad, el que practica el imperialismo. Ni siquiera se preocupó por reclamar un esclarecimiento real del atentado a la Amia. Es que eso implica pedir que se avance en la investigación de la conexión local; y la mutual ha sido un escollo para eso (por ejemplo, junto a la Daia apoyó al juez Galeano).

La lucha por la verdad y la justicia en el caso Amia está en manos de las organizaciones obreras, de derechos humanos y de todo el movimiento popular.

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