Políticas

5/3/2021

Formosa

Insfrán decreta una cuarentena de hambre y la impone a balazos

Anunció vuelta a fase 1 del aislamiento social sin medida alguna para paliar el hambre, y reprimió a manifestantes.

El gobernador formoseño Gildo Insfrán decretó nuevamente una vuelta a la fase 1 de aislamiento social obligatorio, tras el registro creciente de casos de Covid-19 en la provincia. La crisis social que atraviesa la provincia genera sin embargo un fuerte malestar ante las nuevas restricciones, ya que no hay medida alguna para paliar sus consecuencias sobre las familias. Por ese motivo se desarrollaron movilizaciones en rechazo a la nueva etapa de cuarentena, las cuales fueron reprimidas con gases y balas de gomas, dejando un saldo de varios heridos.

El jueves 4 el gobierno de Formosa comunicó oficialmente el establecimiento de restricciones totales a la circulación, prohibiendo la actividad en comercios no esenciales y dando de baja todos los permisos -el personal esencial deberá volver a tramitarlo. La medida desató el repudio popular, no solo de sectores anticuarentena sino de un amplio espectro de la población que manifiesta su hartazgo por el empobrecimiento generalizado y el abandono estatal. Es lo que se expresó en las movilizaciones del viernes 5, que fueron brutalmente reprimidas por la policía, que atacó a balazos e hirió a decenas de personas, entre ellas mujeres y niños.

“Lo que se expresa en las calles son los reclamos populares contra este régimen hambreador de Insfrán, ante los bajos salarios, el crecimiento de la desocupación y la carencia de vivienda“, aseguró Fabián Servín, dirigente provincial del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, quien se hizo presente junto a otros compañeros en la concentración que posteriormente denunció la represión.

La improvisación oficial es total, ya que pocos días antes el gobernador celebraba con bombos y platillos el regreso a clases, cuando ni las escuelas están en condiciones ni la situación social ni la desidia estatal colaboran a que se garanticen medidas esenciales de cuidado. Se jactaba además de atravesar una situación sanitaria ejemplar a nivel nacional.

Como durante toda la pandemia, las nuevas restricciones responden a un abordaje netamente represivo, mientras se perpetúa el vaciamiento de la salud. Semanas atrás Insfrán ocupó los titulares de los medios de comunicación por la denuncias sobre los atropellos cometidos con el aislamiento forzoso de personas en centros sin condición alguna, hacinando a sanos y enfermos, y hasta encarcelando a dos concejalas opositoras que manifestaron públicamente esta situación. La cuestión se zanjó con una pantomima de recorrida del secretario de Derechos Humanos del gobierno nacional Horacio Pietragalla, quien hizo oídos sordos a las denuncias, lo que operó como un espaldarazo de Alberto Fernández para capear la crisis política.

Esta política represiva la sufren en particular los pueblos originarios de la provincias, que sufrieron el embate de las fuerzas de seguridad a sus protestas y decenas de detenciones. Además, durante 2020 el gobernador había acumulado a decenas de formoseños varados en las fronteras de la provincia que no podían regresar a sus hogares; cuestión que suscitó un fallo de la Corte Suprema. El cansancio popular tiene justificativos.

Desde el Partido Obrero de Formosa llaman a una nueva movilización para denunciar la represión y todo el régimen de hambre y miseria del gobierno de Gildo Insfrán.

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