Políticas
11/9/2024
Las acusaciones delirantes de Bullrich y la política de intimidar al pueblo
La ministra acusa falsamente a ciudadanos de intentar cometer delitos.
Seguir
Patricia Bullrich.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, montó un operativo represivo e intimidatorio, que incluyó la realización de razzias policiales en colectivos, para desincentivar la puesta en marcha de la movilización que tuvo lugar este miércoles contra el veto presidencial al aumento de los haberes jubilatorios. Justificó su política diciendo que la manifestación tenía como propósito alterar el orden público. No es la primera vez que Bullrich acusa falsamente a ciudadanos de intentar cometer delitos; es una práctica que lleva adelante como parte del intento de su gobierno de imponer el plan motosierra por la fuerza.
La ministra suele lanzar acusaciones que luego son desmentidas porque no se encuentra ningún elemento de la realidad que las sustente. Hace poco aseguró que el atentado contra el presidente de la Sociedad Rural fue orquestado por “grupos extremistas veganos y anarquistas”; su policía terminó por detener a un hombre de 40 años, que resultó ser simpatizante del gobierno, consumidor de carne e inocente. Buscó incriminar al Polo Obrero en actividades de lavado de dinero y otro tipo de corruptelas y fue refutada por los militantes de esa organización a través de una campaña política de envergadura; denunció de sediciosas a más de treinta personas que se movilizaron contra la Ley Bases el pasado 12 de junio, sin poder probar más tarde que los manifestantes actuaban para cumplir con un plan terrorista-golpista; y se ufanó de haber detenido a ciudadanos de origen sirio y libanés que supuestamente llegaron al país para cometer un atentado, a los que la Justicia liberó por falta de pruebas: uno era profesor de ping pong y otro un peluquero.
La ministra tampoco pudo demostrar en abril el arribo de terroristas iraníes a Bolivia y Chile. Su denuncia trucha solo generó rispideces entre los gobiernos. Fue una provocación funcional al imperialismo norteamericano y al sionismo, en momentos en los que Irán y el Estado de Israel se repartían misilazos en Medio Oriente. Hace unos años, desde su lugar como ministra del gobierno de Mauricio Macri, divulgó que en Argentina operaban células terroristas mapuches financiadas por las Farc colombianas, organizaciones kurdas y el grupo separatista vasco ETA. Bullrich parece llegar al cenit de la imaginación a la hora de idear campañas antimapuches con el objetivo de expulsarlos de sus tierras para que sean acaparadas por magnates como Benetton y Lewis.
El gobierno nacional quiere que reine en todo momento un clima de persecución e intimidación. A las denuncias falsas, que como se ha visto se utilizaron en varias oportunidades como instrumentos para perseguir luchadores populares, se suman el protocolo antiprotestas, los fondos extraordinarios para reforzar el aparato de espionaje, la creación de una brigada policial para reprimir cortes de ruta y bloqueos en las fábricas, la estructuración de un régimen de ciberpatrullaje para perseguir opositores en las redes sociales, entre otras políticas de este tipo. El gobierno libertario está luchando fuertemente por estar en lo más alto del ranking de regímenes despóticos, represivos y antiobreros.
Con esta batería de medidas busca atemorizar a la población para que no salga a luchar contra el plan motosierra, cuya implementación está llevando poco a poco a la Argentina a una bancarrota en todos los planos. Hay que salir a las calles para derrotar al régimen antiobrero y policiaco.