Políticas

16/6/2022

Interna oficial.

Máximo Kirchner y una “cumbre” del PJ contragolpe y sin definiciones

La "unidad" del peronismo bonaerense, en medio del ajuste.

La crisis ahonda la interna en el Frente de Todos.

Máximo Kirchner convocó al consejo partidario del PJ bonaerense acicateado por la interna en el Frente de Todos y por el lanzamiento público de Kicillof a la gobernación para 2023.

Lo hizo con la finalidad de reforzar su “jefatura” partidaria, cuestionada por el aparato pejotista después de las derrotas de las Paso y las elecciones generales del año pasado. Incluso, según los trascendidos periodísticos Máximo habría advertido sobre la posibilidad de que el Frente de Todos pierda en 2023, aclarando que lo que importa es “cómo se pierde”; mientras que Teresa García, que preside el bloque oficialista en el Senado provincial, afirmó que a la gente “le está yendo muy mal”. El mismo martes que se reunía el consejo del PJ bonaerense se conocieron los datos del 5,1% de la inflación en mayo. La profunda crisis social es el telón de fondo de la crisis del peronismo.

Kicillof lanzó su candidatura a la reelección sentado sobre este polvorín social, y asociado a las burocracias sindicales de Suteba, ATE y las dos CTAs que se han coaligado en su apoyo y boicotean todas las luchas de los trabajadores. Pero como lo definió su asesor Carlos Bianco, el gobierno de Kicillof va camino a convertirse en un “pato rengo”, cuando está sujeto a los acuerdos y pactos con Juntos por el Cambio para gobernar y sacar las leyes en la Legislatura. En las paredes de la ciudad de La Plata, las pintadas “Axel Gobernador” fueron tapadas por las de “Cristina Conducción”, en una ostensible demarcación de doble filo con el mandatario bonaerense y a la vez con Alberto Fernández.

La presencia de miembros del gabinete presidencial traslada la puja interna al gobierno nacional. Máximo colocó en los primeros puestos de la cúpula del PJ de la provincia a ministros exintendentes hasta ahora considerados “albertistas”, en particular a Gabriel Katopodis y a Juan Zavaleta, de Infraestructura y Desarrollo Social respectivamente. También fue de la partida Jorge Ferraresi. A ellos se sumó Victoria Tolosa Paz, que quiere lanzarse como candidata a la intendencia platense.

Sin embargo, esta demostración de fuerzas tiene que pasar todavía por el filtro del la rosca en el Congreso del PJ bonaerense, y por lo tanto por el tamiz de los intendentes del aparato pejotista, donde no podrán eludir mayores definiciones electorales y de candidatos hacia el 2023, agravando la guerra de aparatos. La inmensa mayoría de los “barones” del conurbano postergaron su presencia en el cónclave para evaluar cómo jugarán las cartas, fuera del intendente matancero Fernando Espinoza -amenazado por una interna del Evita en su distrito-, de la cuestionada intendenta de Quilmes Mayra Mendoza, y de una minoría de jefes comunales alineados con el kirchnerismo.

Un ejemplo de lo escabroso del terreno es la situación de Zavaleta, quien como ministro tiene que lidiar con el masivo plan de lucha de la Unidad Piquetera, a lo que se le agrega el copamiento de La Cámpora en su distrito de Hurlingham, donde ubicó a Damián Scelzi como jefe comunal en ejercicio. En la previa a la “cumbre” del PJ en La Plata, Máximo participó de un acto en Hurligham junto a Scelzi, marginando a Zavaleta. Otro caso es el de Martín Insaurralde, que también fue a la convocatoria de Kirchner, pero sus aspiraciones a la gobernación hace de sus acuerdos con el kirchnerismo una alianza inestable y sujeta a quién sea el candidato en 2023; el jefe de gabinete de la provincia se vale en la disputa de sus lazos con la “liga de intendentes” y sus vínculos con Massa.

Por otro lado, no es casual que el hijo de la vicepresidenta anunciara en el cónclave el lanzamiento de una campaña de afiliación al peronismo, después de las declaraciones del “Chino” Navarro -del Movimiento Evita y funcionario de Alberto Fernández- afirmando que la mitad de los afiliados al PJ provincial y nacional son truchos. Esta disputa escaló con la sumatoria de La Cámpora y su dirigente el “Cuervo” Larroque a la campaña derechista por la eliminación de los planes sociales, para minar los recursos y bases de sustentación del Evita, amasados a fuerza de su integración al Ministerio de Desarrollo Social.

De fondo, lo más importante es que el engorde de las filas kirchneristas viene preñado de contradicciones y crisis. El “acercamiento” de los ministros de Alberto pega a Máximo y a Cristina al gobierno en picada, y debilita su impostada pose opositora desde adentro del oficialismo. El pacto leonino con el FMI hace su trabajo de zapa socavando a todo el gobierno.

Para el Partido Obrero esta crisis política que tiene como eje al peronismo gobernante es un enorme desafío, que se discutirá en el XXVIII Congreso del PO para desarrollar una gran agitación política en toda la provincia de Buenos Aires por un salida de los trabajadores y para organizar las luchas contra el hambre y el ajuste de los gobiernos nacional y provincial del Frente de Todos.

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