Frente a unas 15.000 personas, Javier Milei cerró su campaña presidencial este miércoles 18 de octubre en el estadio Movistar Arena. Desde el atril, el autodenominado libertario llamó a “poner freno a los empobrecedores de siempre” y a dejar atrás el modelo que “está llevando a que Argentina se convierta en la villa miseria más grande del mundo”.

Junto al líder de La Libertad Avanza, en el escenario, estuvieron presentes su compañera de fórmula, la fanática de Videla, Victoria Villarruel; el candidato a jefe de gobierno porteño, Ramiro Marra; y la candidata a gobernadora bonaerense, Carolina Píparo. El dirigente gastronómico Luis Barrionuevo, uno de los militantes más importantes de Milei, movilizó a una parte de la base del gremio.

Milei se esforzó en mostrarse como la única alternativa a los gobiernos de las últimas décadas, que han llevado al país a un desastre económico y social casi sin precedentes. Y arremetió contra la “maldita casta” y los “políticos corruptos”.

Pero Milei no podría terminar nunca con el empobrecimiento de los trabajadores. Su programa de gobierno, por el contrario, sólo beneficiaría a los sectores que se han enriquecido sobre la base de la degradación social de la clase obrera: el gran capital, los fondos buitre, el imperialismo, etcétera.

Es que la aplicación de las reformas estructurales (laboral, jubilatoria) que propone aumentaría la tasa de beneficio capitalista. Y esta sube si los salarios disminuyen. Milei quiere terminar con el derecho a la indemnización, con el aguinaldo y con los convenios colectivos de trabajo en general. Que quiera ser el próximo Menem (o Thatcher) muestra el carácter reaccionario de su orientación.

Asimismo, una dolarización, otro de los planteos de Milei, solo acrecentaría las ganancias de los fondos de inversión que lucran parasitando el valor creado por los trabajadores en el proceso productivo. En Ecuador, por ejemplo, la liquidación del sucre terminó por destruir su industria; y la pobreza envuelve a un tercio de la población.

Milei miente al decir que terminaría con la “casta” y con la corrupción. Sus listas están repletas de peronistas, kirchneristas, macristas y radicales. Son conocidos los vínculos que algunos de los elementos que integran las boletas de Milei tuvieron o tienen con Martín Insaurralde, el exministro de Kicillof que dilapidó 11 millones de pesos para pasear un día en yate por España.

Y ni hablar que una dolarización generaría condiciones más propicias para el avance de negocios turbios como el narcotráfico, del cual se benefician los capitalistas y sus políticos, y cuyos fondos son lavados a través de la banca y los casinos.

La Argentina, bajo la dirección de la clase capitalista (para la cual tributan tanto Milei como Massa y Bullrich), irá inevitablemente hacia un colapso social y económico en toda la línea. Para terminar con el empobrecimiento, los trabajadores debemos luchar por un aumento de salarios que los equipare al costo de vida, por un aumento de las jubilaciones y por terminar con el desempleo. Tenemos que luchar por el poder.

Un voto al Frente de Izquierda Unidad refuerza la pelea por esta perspectiva.

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