Políticas
21/12/2023
editorial
Un 20 con Plaza y con Cacerolazo
Paro activo nacional ya. Abajo el plan motosierra, no a la democracia de infantería y al gobierno autocrático de excepción.
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Plaza de Mayo - Plaza Congreso - Cacerolazos, momentos del 20 de diciembre
No pasaron 24 horas y la pequeña gran victoria política de llegar con la primera manifestación multitudinaria a la Plaza de Mayo el 20 de diciembre contra Milei, su motosierra y el protocolo de Bullrich, ya valió tanto por sí misma como por lo que abrió. A la noche se produjo un cacerolazo masivo y a la mañana siguiente una movilización bancaria contra la privatización del Nación. El anuncio del megadecretazo fue una bomba y la conmoción popular se tradujo en masivos cacerolazos en toda la Capital que confluyeron hasta las tres de la mañana en Congreso con recambios permanentes, mientras se reproducían en el conurbano y La Plata.
El operativo propio de un estado de sitio no declarado que requisó 700 colectivos de línea, patrulló trenes por dentro pidiendo ilegalmente documentos y filmando potenciales manifestantes practicando un espionaje prohibido, que amedrentó por parlantes en las estaciones de trenes extorsionando con la pérdida de un plan social alimentario del que depende la comida de los niños que Bullrich dice proteger, el despliegue de gendarmería y policía federal en accesos en un costosísimo operativo, todo eso, fracasó en impedir una valiente manifestación que reunió el doble o el triple de los diez mil que registra la policía de la Ciudad. La victoria de llegar a la Plaza de Mayo en estas condiciones refuerza a todo el movimiento popular en un momento decisivo.
Enorme mérito del Frente de Lucha Piquetero que deliberó tempranamente con miles de delegados en Parque Lezama, antes de que Milei asuma, colocando una iniciativa y un programa contra el ajustazo que se vendría. Luego se sumaría el Plenario del Sindicalismo Combativo, tomando la crítica a la parálisis de la burocracia sindical y el reclamo de plan de lucha a las centrales y así más sindicatos y cuerpos de delegados, incluso una delegación de ATE Capital, organismos de derechos humanos y la izquierda que movilizó en todas sus expresiones. La columna sindical fue la más numerosa en mucho tiempo, con una gran movida de AGD, con buena presencia de la multicolor docente bonaerense, del Garrahan, de Cicop, de la Unión Ferroviaria Oeste y una combativa columna del Sutna cuyo planteo de paro general a la CGT tomó fuerte repercusión por lo que representa este sindicato industrial y su lucha en el movimiento obrero. El peronismo y el kirchnerismo sindical y político atacaron la iniciativa por “prematura” y desde ese lugar “funcional a Milei”. Esas posiciones y las adaptaciones dentro de la izquierda fueron refutadas y derrotadas en gran medida en distintos ámbitos. Pero las centrales dieron la espalda a la jornada.
El protagonismo de Eduardo Belliboni y el Polo Obrero, así como los ataques recibidos, blancos preferidos de todo tipo de calumnias del gobierno, de la burguesía y de muchos de sus medios, es indicativo de que para el régimen de Milei y su gabinete de cooptación nacional, el movimiento piquetero, vanguardia de la lucha obrera en los últimos años, es un enemigo central, de allí que el Presidente monitoreó en persona el operativo represivo agravado en la Diagonal Sur.
Chiquito Belliboni fue la voz de una jornada nacional que se extendió desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, con puntos muy altos en Córdoba con 20.000 personas, donde también resaltó la columna de Uepc Capital de más de medio millar de docentes o Rosario con buenas columnas sindicales y de Amsafé, ATE y CTA Autónoma, junto al Polo Obrero y la izquierda. De la garganta poderosa de Belliboni salieron la denuncia del verdadero carácter antiobrero del plan motosierra y el reclamo de paro nacional activo urgente a las centrales sindicales que cruzaron sus brazos mientras el movimiento piquetero, una vez más, se colocaba en la primera línea de lucha.
Democracia de infantería, gobierno autocrático de excepción
Si el protocolo antimanifestación preanunciaba una democracia de infantería, con el decretazo que reforma 300 leyes y hasta el Código Civil y Comercial -que está por encima de las leyes-, sin pasar por el Congreso, Milei empieza a configurar una alteración de fondo del régimen político. Es un gobierno de excepción con métodos de dictadura. Su autor intelectual, Sturzenegger, ironizó sobre la velocidad a la que los caceroleros leyeron sus 80 páginas. Pero no hace falta, amplios sectores populares advirtieron su alcance, el de un golpe institucional capaz de arrasar de un plumazo con los más elementales derechos sociales y democráticos.
Es un decretazo que remonta al movimiento obrero al siglo XIX. Anula el derecho de huelga para infinidad de actividades, justifica el despido de huelguistas, habilita la esclavitud preasalariada de trabajadores de Pymes de hasta cinco empleados, generaliza la precarización monotributista, rebaja las indemnizaciones, permite terminar con ellas por convenio, eleva el período de prueba a ocho meses, lesiona la ultraactividad de los convenios, habilita privatizar todo, hasta las obras sociales -equiparadas a las prepagas- o los clubes de fútbol, ofrece los recursos mineros sin límite alguno, entrega los inquilinos a la voracidad del mercado sin viviendas ni créditos, termina con toda limitación a la entrega de tierras o recursos mineros. Milei invocó las fuerzas del cielo, lo que es seguro es que los enajena con la política de cielos abiertos, para el negocio de los monopolios de la actividad. Es el proyecto de una Argentina colonial, de esclavitud laboral, represiva y empobrecida para imponer una tasa de beneficio extrema al capital que la vuelva atractiva. Por ahora, es todo al revés. El “messi” Caputo no arrimó un dólar y sólo tenemos un panorama de agravamiento inflacionario y nuevas devaluaciones en el horizonte.
https://prensaobrera.com/sindicales/enfrentemos-la-reforma-laboral-antiobrera-y-por-decreto-de-milei
En algún momento de la carrera del facholibertario a la presidencia, amenazó con un régimen plebiscitario, si el Congreso lo obstaculizaba. Ahora ni eso, claro, un plebiscito después del Rodrigazo híperinflacionario que sufrimos podría perderlo. A Milei y la burguesía que lo apoyó les ha parecido más expeditivo este mega DNU a todo o nada. Pero como lo anticipó este 20 de diciembre, este baile recién empieza.
Paro activo nacional, fuera Bullrich, abajo el DNU
La Nación da por hecho que altos sectores de la burocracia sindical conocieron el DNU antes de su salida. Y apunta que el capítulo laboral tiene mucho de los elementos de la reforma laboral de más de cien artículos que la CGT había pactado con Macri antes de las jornadas de diciembre de 2017, en oportunidad del robo a los jubilados. Después de la manifestación de masas reprimida y el cacerolazo posterior de aquel 18 de diciembre, archivaron el proyecto que ahora vuelve con el DNU. La crisis con la CGT vendría por las obras sociales y por la caída de las “contribuciones especiales” que alimentan las cajas de la burocracia.
Pero el verdadero punto está en la explosividad que el conjunto de las medidas tienen en diversos estratos de la clase media y de la clase obrera. Salarios, jubilaciones y planes sociales están siendo demolidos. Esto tenderá a agravarse porque según se presume en el paquete de leyes de las extraordinarias se incluiría la vuelta del impuesto al salario y las reformas al sistema previsional como el cambio de la movilidad jubilatoria y a no dudarlo el ataque a los regímenes especiales.
La audaz jugada autocrática cancela de un plumazo el sistema parlamentario. Milei y su equipo de aventureros está poniendo una bomba al sistema político y los partidos con los que la burguesía viene gobernando. Se elimina el natural juego de recambio para honrar los contratos y las deudas como ha venido ocurriendo con todos los gobiernos, agentes del FMI y el capital financiero. Un poder de tipo bonapartista se pone por encima de todo reclamo o institución para habilitar la más libre explotación obrera y de los recursos estratégicos del país. Esto abrirá choques y arbitrariedades mayúsculas como la derogación del régimen de promoción industrial y sus subsidios, excepto para la familia de Caputo en Tierra del Fuego. La derogación del Compre Nacional perjudicará a sectores, lo mismo que la importación indiscriminada.
Las bombas de Milei, el Rodrigazo hiperinflacionario, la entrega de todos los recursos al imperialismo y sus monopolios, el mega DNU que anula el Congreso, las leyes que se vienen y la política de represión abren una etapa de crisis política y social. Una alianza todavía más amplia que la de piquetes y cacerolas puede empezar a madurar. Nosotros promovemos la intervención de la clase obrera en la crisis, la más amplia movilización popular, que pueda explotar los choques y crisis interiores del bloque de poder. La interpelación a Bullrich presentada por Romina Del Plá tiene que ser un punto de partida para exigir que se vaya. Todo nuestro accionar político debe poner proa a la irrupción popular. Desde ese lugar, el paro activo nacional es el punto de partida de un plan de lucha contra el plan de guerra de Milei, que tiene que basarse en asambleas de lugares de trabajo, de gremios, de barrios, para unificar al movimiento popular y que millones de argentinos movilizados derrotemos al gobierno antiobrero.
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https://prensaobrera.com/politicas/por-que-el-megadecreto-de-milei-es-inconstitucional