Salud
17/11/2022
La falta de medicamentos y el choque entre farmacéuticas y laboratorios
Por remarcaciones, las farmacias amenazan con no cubrir atención del Pami ni pagar los acuerdos paritarios.
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Un esquema inviable.
La decisión de los laboratorios de disminuir los descuentos que mediante las droguerías les ofrecen a las farmacias ha detonado una crisis. Organizaciones patronales como la Asociación de Propietarios de Farmacias de la República Argentina (Asofar), la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (Facaf) o la Federación Farmacéutica (Fefara), frente a esto, salieron a pedir la intervención del Estado.
Las empresas fabricantes de medicamentos venden sus mercancías a las farmacias con descuentos que van desde el 12 al 18%. Esto se modificaría a partir del 1 de diciembre, y los descuentos descenderían al 7%. Por su parte, las patronales farmacéuticas han dicho que esta medida provocaría una reducción de sus márgenes de ganancia, por lo que “no podrían” afrontar el acuerdo paritario del gremio y el abastecimiento de medicamentos a Pami.
A esto se le añade que el viernes caduca el acuerdo que el gobierno firmó hace unos meses con los popes de la industria farmacéutica, con el cual se estipuló que los precios de los medicamentos no aumentaran por encima de la inflación. Con esta medida se ocultó el gigantesco negocio que han estado realizando las empresas farmacéuticas, ya que se “congelaron” los precios luego de que estas hayan estado subiéndolos desde antes.
Estos acuerdos forman parte del plan supuestamente antiinflacionario del gobierno, que ha venido fracasando estrepitosamente. Así lo prueba el Indec, cuyo último informe mostró que uno de los rubros que más aumentó fue salud, fundamentalmente por el aumento de las prepagas, habilitado por el Ejecutivo nacional.
A principios de este año, un artículo de Clarín (25/3) señaló que la facturación de la industria farmacéutica argentina creció 18 puntos por encima de la inflación en 2021, como producto, tanto de la suba del precio de los medicamentos, como del mayor volumen de ventas. En algunas regiones del país, los precios superaron por casi 6 puntos al índice inflacionario general. El sector farmacéutico, a su vez, había facturado un 69,2% más que en 2020.
Estamos ante un esquema inviable, donde todos los eslabones del sector pujan y compiten por obtener una mayor tajada del negocio. La cadena de producción y comercialización de medicamentos, por ejemplo, ha sido acaparada por un pequeño puñado de laboratorios, entre los cuales se encuentran Richmond, Roemmers (la segunda empresa líder en fabricación de medicamentos en América Latina), Elea, Bagó y Fabra.
Desde el Partido Obrero rechazamos estos negocios privados y reclamamos que se respeten los acuerdos salariales acordados por la paritaria (y un aumento equivalente al costo de vida, como el que conquistaron los residentes y concurrentes de CABA), la nacionalización del sistema de salud y su gratuidad para todos los trabajadores, y la producción pública de medicamentos bajo control de obreros y científicos. Los laboratorios, las farmacias y todos los privados deben abrir sus libros contables y demostrar ante los trabajadores qué es lo que han hecho con todo el dinero que han obtenido, y la magnitud de sus ganancias, que son el fruto del lucro con la salud de la población.
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