Universidad
8/10/2024
Patadas, poroteos y facultades tomadas
La radicalización de la lucha estudiantil marca el camino.
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Asamblea en Filosofía y Letras de la UBA.
La jornada del lunes 7 dejó como dato, ya no de las universidades o de la juventud sino de toda la situación política, la vuelta de una vieja conocida de las luchas: la toma de facultades. Filosofía y Letras, Psicología y Veterinaria de la UBA, Movimiento de la UNA, el Nacional Buenos Aires y el Pellegrini, votaron esa modalidad de lucha frente al veto de Javier Milei. Mientras estas líneas se escriben van tomando forma las asambleas de Exactas, Sociales y Houssay UBA, y Visuales y Audio de la UNA. También se tomó la Universidad de San Luis y hay vigilias proyectadas para la Universidad Nacional de la Patagonia Austral y en La Plata. A su vez hay instancias de debate de asambleas en Córdoba, Rosario y el resto del país.
La vuelta de este método a la escena luego de un año intenso de pelea, que incluyó dos marchas federales y jornadas de luchas, clases públicas, paros, ruidazos, cortes, actos y demás, no solamente aporta a la pelea universitaria en sí misma sino que muestra una bocanada de aire fresco que la juventud estudiantil aporta al movimiento popular.
Poroteo y pataleo
El veto de Milei, que deberá pasar su primera prueba parlamentaria este miércoles, fue el último de los episodios de ataque a la universidad pública por parte del gobierno, luego de dejar sin partida presupuestaria a las facultades y consagrar una pérdida salarial de entre 40 y 60% para los trabajadores de los establecimientos (docentes y no docentes).
La toma, como respuesta, dejó dos mensajes claros: la necesidad de pelear hasta las últimas consecuencias contra el gobierno y su política antiobrera y antiuniversitaria, y la desconfianza en que simplemente un debate parlamentario pueda saldar la problemática. Pruebas no faltan: Milei compró diputados, asado de por medio.
Esa expectativa institucional que muestran las fuerzas tradicionales de la burguesía es, por un lado, otra cara de la misma moneda de pactos con Milei en el Congreso y fuera de él (tanto el radicalismo como el peronismo aportaron votos a la Ley Bases y firmas al Pacto de Mayo); los “poroteos” no son otra cosa que idas y vueltas de prebendas y negociaciones contra el pueblo.
Por otro lado expresa un desapego a la lucha, que no es otra cosa que el intento por sofocarla para que cualquier descontento con Milei solo se canalice en el campo electoral, y reducirla a la presión de las autoridades de las que los dos partidos tradicionales son parte.
Eso lleva a que la Franja Morada no solo no desarrolle las tomas ni ningún plan de lucha real a partir de sus federaciones (FUA, Fuba, etc.) e incluso trabaje, por debajo, contra este tipo de iniciativas. El hecho de que no hayan podido movilizar una base derechista contra estos métodos de lucha (en Psico UBA se limitaron a informar el carácter “simbólico” de la toma, limitando su carácter de lucha) habla de un clima estudiantil de fervor.
Pero esta modalidad no se limita al ala radical: también La Cámpora, que no convocó ninguna iniciativa en Fadu y se negó en primera instancia a cualquier plan de lucha radicalizado, vio que su estrategia se evaporaba. En Movimiento y Folklore de la UNA, La Cámpora trabajó junto a las gestiones para boicotear nuestra medida de lucha.
Hace unas semanas Máximo Kirchner dijo que el veto a los jubilados era una competencia presidencial y que no había que patalear. Vaya respuesta del movimiento estudiantil. Más que patalear, se propone sacar a Milei a patadas.
De dónde venimos y hacia dónde vamos
Nuestra corriente, la UJS, fue a las elecciones universitarias con un planteo claro: necesitábamos una segunda marcha universitaria y centros de estudiantes que se propongan derrotar el plan de Milei. Eso sirvió de preparación política no solo para lograr la instancia del 2/10 sino también para presentar una consigna clave de la etapa: “si hay veto, hay toma”.
Una vez decidida la acción del gobierno ese planteo tomó otra forma. Permitió plantear que exista una asamblea en Filo y Letras el día después de la marcha universitaria, por propuesta de la UJS, que ya puso la toma en agenda. La iniciativa de acampe en Veterinaria, centro conducido por EVET-UJS, fue el segundo paso. Esas victorias inspiraron una situación de lucha que llega con ocupaciones de facultades a la votación en el Congreso.
Esta línea no fue magia. Resultó de dos perspectivas llevadas adelante a la vez: la independencia política de no esperar ni confiar en autoridades o parlamentarios cómplices de Milei, por un lado, y la importancia de dedicar la energía militante para desarrollar el movimiento de lucha y buscar que se desarrolle una vanguardia con planteos de pelea contra el gobierno nacional. La perspectiva de derrotar el plan Milei, además, surge de un pronóstico: es motosierra o pueblo.
Abrir el debate sobre estas conclusiones es una tarea de peso pensando en lo que viene. Si en la sesión de este miércoles no hubiera quórum o el veto quedara volteado en primera instancia, la necesidad de continuar el plan de lucha la semana que viene está a la orden del día. Si esto no pasara y Milei ganara el round, corresponde considerar dos cuestiones. La necesidad de liberar, desde las fuerzas presentadas, una rebelión popular en defensa de la universidad, y el debate con el activismo y la vanguardia de que para derrotar al gobierno hay que formar una juventud de combate.
Es este último planteo el que vale: a Milei se lo derrota con la movilización popular. Los estudiantes podemos dar un gran golpe, que significará una ayuda a los trabajadores de conjunto. Pero que nada termina en un solo día es algo que estos días han demostrado con creces.