Educación

9/12/2024

Boleto educativo ya: el jueves 12, movilicemos a la Legislatura de CABA para conquistarlo

Solo con nuestra fuerza en la calle podemos conquistar este reclamo histórico para los estudiantes secundarios, terciarios y universitarios.

parte de la presidencia del CEVJG/secretaria general del Cefyl

Lucha por el boleto educativo.

El jueves 12 de diciembre será la última sesión del año de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y tiene dictamen para tratarse el proyecto de boleto para los estudiantes terciarios y universitarios, que se complementaría con el ya existente para la escuela primaria y secundaria. De aprobarse, contemplará cuatro viajes por día por un precio simbólico de 0,25 centavos.

La apertura de la discusión en la Legislatura es fruto del gran año de lucha en defensa de la educación y de la universidad pública, protagonizada por el movimiento estudiantil. Los tarifazos decretados por los gobiernos de Javier Milei y Jorge Macri, que implican un aumento del 600% del boleto del subte y de los colectivos en todo el año, fueron una de las principales causas de deserción y abandono de la cursada entre los estudiantes. Esto, mientras el salario mínimo está en $271.000, hay 4 millones de pobres nuevos en el país, y casi la mitad de la población trabaja de forma precarizada y destina alrededor de un 30% de sus ingresos al pago del transporte.

Una lucha histórica en el país y en la Ciudad

Desde mediados de los 50 que el acceso a un boleto universal para estudiantes y trabajadores de la educación es un reclamo del movimiento educativo. En 1975, bajo el gobierno de Isabel Perón, la Triple A persiguió fuertemente a los estudiantes que peleaban por el boleto educativo. 

En el 76, bajo la dictadura militar, el operativo de terrorismo estatal denominado ‘’la Noche de los Lápices’’ en La Plata terminó con la desaparición de 10 estudiantes y militantes secundarios que se organizaban para pelear por el boleto y solo 4 sobrevivieron. Aún hoy continúan desaparecidos.

En el año 2016. la Federación Universitaria de Buenos Aires, bajo la dirección de la UJS, jugó un rol clave para impulsar la lucha por el boleto educativo con una campaña en las facultades y el CBC. Gracias a grandes movilizaciones y cortes de calle, con los estudiantes secundarios y gremios docentes, se le pudo arrancar a Soledad Acuña, la ministra de educación de CABA del gobierno de Larreta, un boleto estudiantil para los estudiantes secundarios, que fue defendido de los ataques año a año. Asimismo, ese año se conquistó, con la lucha, el boleto gratuito para los estudiantes bonaerenses de la Provincia de Buenos Aires.

La lucha por el boleto este año: los molinetazos

Esta realidad fue problematizada desde el primer momento por los centros de estudiantes combativos y los colectivos en lucha de la cultura y las asambleas barriales, que en marzo convocaron a molinetazos en Once, Constitución y Retiro; generaron un gran impacto y simpatía popular, ya que los los boletazos afectan a millones de trabajadores.

Luego, las movilizaciones que reventaron la Plaza de Mayo y el Congreso con millones de personas en las calles de la Ciudad de Buenos Aires, en las jornadas históricas del 23 de abril y el 2 de octubre, contribuyeron a masificar el reclamo en defensa de la universidad pública, los salarios, el presupuesto, el reclamo por las becas congeladas y la pelea contra la política de desguace impulsada por Milei.

Los límites del proyecto

El proyecto dictaminado por la Comisión de Educación, que contempló los proyectos de distintos bloques, entre ellos el del Partido Obrero-Frente de Izquierda Unidad, tiene límites producto de las imposiciones del macrismo, como la exclusión de los estudiantes residentes de la Provincia de Buenos Aires. Esta discriminación es grave, no solo porque alrededor del 50% de los estudiantes que cursan en los profesorados o en las universidades provienen del conurbano, sino porque paradójicamente son los que más viajan en transporte, utilizando combinaciones de tren, subte y colectivo para poder llegar a estudiar. Fue la crítica que llevaron Ailín, presidenta del Centro de Estudiantes de Artes Visuales de la UNA, y Nico, de la presidencia del Centro de Estudiantes del Joaquín V. González, a la Comisión de Educación y Presupuesto que trató el tema en la Legislatura la semana pasada.

Asimismo, estos estudiantes no pueden usar el boleto educativo para profesorados y universidades que existe en la Provincia de Buenos Aires. De un lado y del otro de la General Paz, los gobiernos de Jorge Macri y Axel Kicillof promueven medidas para satisfacer a su electorado local y no para responder a las necesidades estudiantiles. 

Si no incluye a trabajadores de la educación, no es boleto educativo

A su vez, quedan afuera del boleto los trabajadores docentes y nodocentes, que son quienes fueron más atacados por el ajuste en sus salarios; perdieron entre 25 y 30 puntos del poder adquisitivo. En las universidades, incluso, hay más de 10.000 docentes ‘’ad-honorem’’ que no cobran un salario.

Por su parte, los docentes de los profesorados y de los niveles medio, primario e inicial deben afrontar un cambio en su régimen laboral con la reforma Buenos Aires Aprende impulsada por el gobierno de Jorge Macri en la Ciudad. En las escuelas piloto de la reforma en educación media se están reduciendo los cargos docentes. A la vez, la combinación entre la reducción del salario (que viene perdiendo mes a mes frente a la inflación), los ceses, la inestabilidad laboral y el hecho de continuar sin boleto educativo en un marco en el que los docentes van a varias escuelas por día es un cóctel explosivo que atenta contra la educación y las condiciones de vida de los trabajadores de la educación.

Esta decisión excluyente es un ataque a los trabajadores de la educación, que es contrario al reclamo histórico de un boleto educativo universal para quienes estudian y trabajan en las escuelas, facultades e institutos.

Los K y Franja Morada: una campaña artificial

La lucha por el boleto es un reclamo histórico del movimiento estudiantil, que las organizaciones del radicalismo (Nuevo Espacio-Franja Morada) y del peronismo-kirchnerismo (La Cámpora, La Mella, JUP) habían abandonado o lo usaban para levantar slogans vacíos sin desarrollar una campaña a fondo para luchar por su conquista. 

Que se esté debatiendo ahora en la Legislatura se debe a la enorme lucha del movimiento estudiantil de este año, que buscó ser clausurada por estos mismos espacios. La Fuba, conducida por Nuevo Espacio/Franja Morada, la CET y la CEB (dirigidas en su mayoría por el kirchnerismo, o sea, La Mella y La Cámpora), es ajena a la lucha por sus vinculaciones con el peronismo y el radicalismo, que tienen como estrategia negociar con Milei y prepararse para las elecciones de 2025.

Estas corrientes políticas ven el problema de la deserción educativa, que se profundizó este año, y eligen solo poner sobre la mesa el debate del boleto, como si el abandono de la cursada fuera solo causado por los tarifazos en el transporte. Donde gobiernan son responsables del recorte del presupuesto educativo, de las becas de estudio y de los bajos salarios de los trabajadores de la educación. En donde son oposición eligen negociar con el gobierno de turno las condiciones del presupuesto a la baja, para aparentar que luchan (pero la orientación de fondo es la misma). La educación paga los platos rotos de la crisis.

Además, en un contexto donde la legitimidad del Poder Legislativo está puesta en duda por la postración frente a los vetos de Milei -a la Ley de Financiamiento Universitaria y al aumento a los jubilados- y las coimas a los diputados (véase el caso de Kueider en el Senado o la votación vergonzosa por la exclusión de Enfermería como carrera profesional que garantizó el bloque de la UCR y el PRO en la Legislatura), quieren darle una lavada de cara a este poder para que el pueblo vuelva a confiar en el Congreso y la Legislatura.

Buscan que el pueblo deposite toda su expectativa en la rosca puertas adentro del parlamento, algo que ya nos llevó al fracaso en la Ley de Financiamiento Universitario. La orientación es mostrar una salida electoral a los problemas actuales y sacar a la gente de las calles. Orientación que llevaron adelante en marzo, cuando no participaron de los molinetazos y los boicotearon en los lugares donde dirigen los centros de estudiantes. A su vez, en octubre y noviembre, en el momento más álgido de la lucha en todo el país por la universidad, fueron parte de un operativo junto a las autoridades universitarias para boicotear las tomas y evitar el desarrollo de la lucha a un nivel general.

Por eso, para realmente enfrentar la deserción y el ajuste contra la educación de Macri y Milei, necesitamos más centros de estudiantes, coordinadoras y federaciones independientes de las autoridades y el gobierno, que no estén de los dos lados del mostrador: no se puede recortar el presupuesto educativo y a la vez “defender” la educación pública.

La lucha es ahora 

Más que nunca es clave que el movimiento estudiantil protagonice una gran movilización a la Legislatura el 12 para conquistar el boleto estudiantil. Llevemos el reclamo contra las restricciones, y por la inclusión de todos, para que nadie quede afuera. 

Sin duda su aprobación sería una reparación histórica para aquellos jóvenes desaparecidos en la Noche de los Lápices el 16 de septiembre del 76 por la dictadura militar, que soñaban con tener el boleto, y para quienes hoy ponen el cuerpo para defender la educación pública. 

El 12, la cita de honor es en la calle. Hay que estar. Vamos con toda.

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