Las empresas tecnológicas están aplicando, a escala mundial, una política de despidos. Según la consultora Challenger, Gray & Christmas Inc, alrededor de 81 mil trabajadores del rubro podrían quedarse en la calle en 2023.

Amazon, la compañía del magnate norteamericano Jeff Bezos, anunció que cesanteará a casi 18.000 empleados. Se trata del plan de despidos más grande del rubro. Amazon posee una importante masa de trabajadores ejerciendo tareas bajo modalidades precarias de contratación.

Meta, el conglomerado estadounidense de empresas tecnológicas dirigido por Mark Zuckerberg, despedirá a 11.000 empleados en todo el mundo. Por su parte, la compañía de Elon Musk, Twitter, ya despidió a casi el 50% de su planta. Snap Inc, dueña de la red social Snapchat, dejó en la calle a casi 1.300 trabajadores, en agosto pasado.

A su vez, Adobe, la empresa estadounidense de software, echó a 100 trabajadores del sector de ventas. La plataforma de pedidos DoorDash recortó su plantilla en un 6%. HP, compañía líder en venta de impresoras, despedirá en los próximos tres años a aproximadamente 6.000 empleados. Coinbase, plataforma de comercio de criptomonedas, redujo su plantel laboral en un 18%. Escenarios de estas características se replican en otras empresas como Cisco, Galaxy Digital, Intel, Lyft, Kraken, Seagate, entre varias otras (Bloomberg, 5/1).

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En Argentina también está teniendo lugar este proceso. Ualá ha echado a 50 trabajadores, Tiendanube redujo su staff en un 5%, DigitalHouse despidió a 27 empleados y Etermax a 40.

Muchas empresas del sector han tenido un gran desarrollo durante la pandemia, como fruto del crecimiento del comercio electrónico; en el caso de las compañías relacionadas al mercado cripto, su auge estuvo relacionado en buena medida al boom especulativo del activo digital. Frente al reflujo de la modalidad de compra online, las empresas comenzaron a desprenderse de personal.

Las compañías están siendo golpeadas por el propio desarrollo de la crisis capitalista; la inflación y la suba de las tasas de interés se encuentran descalabrando el comercio mundial. El aumento de las tasas afecta particularmente a las empresas del sector tecnológico, ya que muchas de ellas se apoyan en el crédito para apalancar sus negocios.

Lo único que puede quebrar la política ajustadora de las patronales es la lucha de los trabajadores.

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