Mujer
28/4/2021
Basta de hambre y femicidios
Vamos al II Congreso del Plenario de Trabajadoras
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El próximo 29 de mayo el Plenario de Trabajadoras realizará su II Congreso en un contexto sin precedentes. Nuestra agrupación tiene 22 años de historia y en 2018 comenzamos a funcionar con Congresos Nacionales para dar a una lucha que cautiva a millones en todo el mundo el marco de discusión que requiere. Somos un agrupamiento de alcance nacional con un funcionamiento democrático, dos características únicas de esta organización en nuestro país.
El avance de la segunda ola del Covid se desenvuelve mientras la pobreza se encuentra en niveles históricos. Entre las franjas más empobrecidas, el 70% son mujeres y la brecha salarial asciende al 45%. El abordaje de la pandemia muestra la esencia de un régimen social incapaz de compatibilizar la vida de las mayorías populares con el interés capitalista de la minoría empresarial. Sin dudas, somos las mujeres de la clase obrera quienes más podemos dar cuenta de ello: somos el sector más golpeado por la desocupación, la precarización laboral y la pérdida de conquistas laborales históricas. Esa pauperización de nuestras condiciones de vida es también el contexto para que ocurra un femicidio por día y para que quedemos expuestas a sufrir las consecuencias de múltiples violencias de género.
En este cuadro el conjunto del régimen político se prepara para un escenario electoral en el que no habrá más que engaños por parte de los partidos gobernantes ya que entre ellos no hay grietas sobre la cuestión de fondo: pagar las deudas usureras y descargar la crisis sobre las espaldas de lxs trabajadorxs.
El Congreso del PDT será un espacio de reivindicaciones específicas de las mujeres trabajadoras y de la juventud y un ámbito para reclamar la nacionalización de la producción de vacunas, la incautación de la producción de Sigman, y la completa intervención de la industria farmacéutica y derivados- que no paran de aumentar medicamentos e insumos para obtener mayores ganancias.
Por qué un Congreso del PDT ahora
En este contexto vale preguntarse por qué hacemos un Congreso del PDT. El movimiento de mujeres y la diversidad de género y sexual en la Argentina tienen una enorme potencia, y también una tarea política fundamental frente a los intentos del gobierno de usar la temática de la mujer para asignarse un carácter progresivo cuando en realidad sumerge día a día a las mujeres en la más absoluta miseria.
Sin la consigna de “aborto legal” que el movimiento le impuso al gobierno actual y con la cual logró arrancar una reivindicación histórica, no le queda ninguna iniciativa progresiva a quienes tienen por norte cumplir con el Club de Paris y el FMI, no con las trabajadoras de nuestro país. Una muestra cabal de esta orientación está plasmada en el cierre del salario mínimo en 7 cuotas y por debajo de los niveles de indigencia. Ese cierre es la condena a millones de trabajadoras que cobran sus ingresos de acuerdo a esos parámetros.
La política de las “mujeres gobernando” que son funcionarias en el gobierno actual, representa una línea de continuidad con el camino abierto por el gobierno de Mauricio Macri: aquellxs colocaban etiquetas de género en el presupuesto, contabilizaban la asistencia social como políticas de género y daban muchas charlas.
Nada diferente a esto impulsa el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades, un cuerpo de funcionarias con verba inflamada en las redes sociales y acciones absolutamente conservadoras como funcionarias del Estado. Ha sido esta orientación la que ha colaborado activamente con la ausencia total de respuestas frente al flagelo de la violencia, que se ha cobrado la vida de más de 103 mujeres en lo que va del año 2021. Los anuncios del Ministerio para abordar esta situación han sido casi burlas, desde el “Barbijo Rojo” del año pasado hasta el “Plan Acompañar”, que nadie conoce ni sabe cómo acceder a él.
Así mismo, tanto la iglesia católica como la evangélica son la rueda de un auxilio –sobre todo en los barrios- de un gobierno ajustador. Esto empalma con distintas situaciones de avance clerical en América Latina. A cambio de apoyo político y control social, los gobiernos le ceden enormes recursos materiales, beneficios económicos y privilegios que las iglesias utilizan para desarrollar sus acciones oscurantistas, que incluyen la protección de los curas abusadores y el freno a la educación sexual y los derechos de las mujeres y la diversidad. El crecimiento de las posiciones ideológicas más reaccionarias con relación a las mujeres y sus derechos se estimula con esta integración al Estado de las iglesias que fomenta el gobierno. Ni en materia de ajuste ni de refuerzo reaccionario de las iglesias el gobierno se distingue mucho del macrismo.
Este Congreso es para organizar la lucha independiente contra Estado e iglesias, a partir de la deliberación y la elaboración de un programa de lucha que sirva al conjunto de los y las trabajadoras.
El Polo Obrero y las trabajadoras de la primera línea, protagonistas del Congreso
El gran desarrollo de la lucha del movimiento piquetero y las tareas que se desprenden de ello, serán un eje que atravesará el Congreso. No hay Congreso de mujeres si las más explotadas, las más estigmatizadas y empobrecidas no participan de él.
La mayoría de esta enorme vanguardia obrera que es el movimiento de desocupados, son mujeres. Han sido quienes pusieron el cuerpo en el peor momento de la pandemia para paliar el hambre desde los comedores de los barrios más humildes del país, y lo siguen siendo ahora. Es en esa cotidianeidad de los barrios donde nos enfrentamos a punteros, a iglesias, a las fuerzas represivas y a distintas expresiones de las más crudas violencias; y son esas experiencias las que queremos compartir con miles de mujeres de todo el país. Otro sector importante serán las trabajadoras de la salud, quienes hoy encuentran en la lucha de lxs autoconvocadxs de Neuquén una gran expresión. Colaborar con el triunfo de esa lucha será parte de la campaña de nuestro II Congreso.
Lo mismo ocurre con las docentes, quienes hoy también se encuentran expuestas como carne de cañón, en un debate presencialidad vs virtualidad que lo esconde es el carácter vaciador de la educación pública de todos los gobiernos. un lugar destacado del congreso lo ocuparán a las trabajadoras de casas particulares, un gremio que expresa como ninguno el lugar de subordinación y explotación que este régimen tiene destinado para nosotras y en el que sólo nuestra organización de mujeres ha abierto un camino de organización sindical que enfrenta la discriminación. Y entre los sectores más explotados serán parte de nuestro congreso mujeres vitivinícolas, que se encuentran en lucha por sus ingresos, cosechadoras del Citrus que también están reclamando aumento a una industria que no ha dejado de exportar y ganar millones sobre la base de la superexplotación de las y los cosecheros. Por su parte, la lucha de la juventud contra el oscurantismo y por la educación sexual integral que luego de 15 años de aprobada la ley no se aplica, será parte central de nuestro congreso.
Una campaña en marcha
Con todas estas tareas nos proponemos desenvolver una gran agitación alrededor del II Congreso del PDT con reuniones abiertas, charlas y cursos virtuales.
Realizaremos asambleas impulsando la participación de todas las compañeras para discutir propuestas e iniciativas para cada provincia y distrito y para designar delegadas de todo el país. El funcionamiento será en comisiones que se reunirán en días previos al 29, para abordar temáticas de interés como educación sexual integral y separación de la iglesia del Estado, trabajo precario en general, trabajadoras de casas particulares, femicidios y violencias y mujeres y sindicatos. El propio 29 se informará sobre las resoluciones de las comisiones y se realizarán intervenciones de referentes a nivel nacional.
Este Congreso pretende aportar a esa tarea de desarrollar una corriente socialista dentro del movimiento de mujeres y la diversidad, que pueda dotar de herramientas al conjunto de la vanguardia obrera para poner fin a la violencia contra las mujeres, desnudando el interés del régimen en perpetuarla.
¡Vamos con todo por un gran Congreso de las mujeres trabajadoras y estudiantes de todo el país!