Políticas

17/11/2020

17 de noviembre: ¿dónde está la militancia?

¿Qué tienen que ver las caravanas de hoy con aquellas jornadas de 1972?

Este 17 de noviembre se celebra el día de “la militancia”, en recuerdo del retorno, en 1972, de Perón a la Argentina. La fecha será recordada con caravanas por parte de la militancia peronista. El eje de la convocatoria de las caravanas es la defensa del “aporte solidario” a las grandes fortunas. El mismo día, el mismo gobierno, estará dando el voto definitivo a un presupuesto a la medida de las necesidades de ajuste impuestas por el Fondo Monetario Internacional.

Las consecuencias del pacto con el Fondo están lejos de ser simbólicas. En el último mes el gobierno anunció el nuevo índice jubilatorio, que recortará la recomposición de haberes de los jubilados al separarlos de la inflación, anunció que no se pagará el IFE 4 (no se avanzó en incluirlo en el texto del impuesto a las grandes fortunas), desalojó Guernica, anunció la vuelta de los tarifazos desde enero y recortó la asistencia para el pago de salarios del programa ATP.

El nuevo impuesto no cambia ninguna de estas políticas anunciadas. Los fondos recaudados se integran al presupuesto de ajuste, que es una masa integral de ingresos y gastos. Un 40 por ciento de las partidas del nuevo impuesto irán a subsidiar a las petroleras y al capital (bajo el eufemismo de las “Pymes”, muchas de ellas, tercerizadas de grandes empresas).

El gobierno avanza en el impuesto a las grandes fortunas porque si va a confiscar a los jubilados y a los trabajadores con paritarias de miseria (7% en el Estado) o hay que avanzar en tarifazos y recortar asistencia social, necesita sostener que todos hacen un “esfuerzo”. El proyecto, en sentido literal, viene a encubrir el trago amargo del pacto con el Fondo. Pero lo que se recaudará de la gran burguesía no compensa lo que gana la banca en un mes de especulación con bonos, ni los subsidios a las petroleras que el gobierno aplica generosamente mediante el Plan Gas. Por eso, la izquierda se abstendrá en la votación.

El esfuerzo lo hace, de nuevo la “columna vertebral” (el movimiento obrero), mientras la “conducción política” está puesta en función de las necesidades de la burguesía nacional y no de los trabajadores. Las “caravanas” de hoy no van a denunciar nada de esto.

¿Qué tienen que ver las caravanas de este 17 de noviembre con aquel 17 de noviembre del ’72?

En 1972, Perón volvió en un pacto con Lanusse para buscar una salida de “institucionalización” de la dictadura. Esta salida se plasmó en el Gran Acuerdo Nacional. La crisis entre Perón y Lanusse, que impidió al primero ser candidato, fue un elemento secundario dentro de este marco de acuerdos. La institucionalización de la dictadura fue una forma de encauzar el proceso político para contener la irrupción de alcance revolucionario que había emergido con el Cordobazo y todos los “azos”, mendozazo, correntinazo, rosariazo, etc.

Perón se apoyó hasta el ‘73 en la “juventud maravillosa” para contener la militancia emergida de ese proceso y canalizarla tras el apoyo al peronismo. Al volver, echó de la Plaza a esta misma juventud y gobernó apoyado en la burocracia sindical y en López Rega, el armador las patotas de la triple A que comenzaron, en democracia, la represión que culminó con la dictadura de Videla. La JP se autoengañó con la teoría “del cerco” creyendo que Perón estaba mal influido por su entorno.

Este 17 de noviembre tiene sus coincidencias con aquel. Así como el Perón del ’72 vino a terminar con el Cordobazo reinstaurando el orden institucional “democrático”, la llamada “resistencia con aguante” de la etapa del macrismo canalizó la oposición a Macri en un armado electoral con los gobernadores y la burocracia sindical, encabezado por Alberto Fernández. Un armado político en función de las necesidades de la burguesía de los “miserables” (como Paolo Rocca) a los que se critica por TV pero que dictan la política en reuniones reservadas en despachos oficiales. Encauzó el proceso que tuvo su punto más alto en la lucha contra la reforma previsional de Macri, en favor de un Gobierno que ahora está aplicando una reforma previsional todavía peor que la del “gato”. Prometió que entre los jubilados y los bancos elegiría los jubilados, pero durante su gobierno los bancos vienen ganando por afano.

La diferencia entre aquellos jóvenes del ’73 y La Cámpora es que mientras aquella juventud, con todos los límites del caso, chocó contra la orientación derechista de Perón, La Cámpora acompaña los pactos de Fernández con el Fondo y promueve (CFK) la “unidad nacional” con la banca, los vaciadores y Magnetto. Esta tropa obsecuente agacha la cabeza con el Fondo y se calla frente a Berni, avala con su silencio la condena de Solá a Maduro por violaciones a los derechos humanos y el silencio del gobierno frente a la masacre policial que promueve Trump.

Pero todo lo que se calla contra el gobierno lo destila contra la izquierda. Son, en suma, funcionarios con o sin cartera de un gobierno del Fondo Monetario.

La militancia está del otro lado. Es la que estuvo en Guernica con las familias sin techo, la que acompaña las luchas obreras y populares, la que estuvo en la Plaza por Justicia por Facundo y Fuera Berni.

La militancia es la que copó el sábado la Plaza de Mayo en el acto del Partido Obrero.