Políticas
9/7/2020
El impacto de la falsa fase 1 en los distritos del Conurbano bonaerense
Los datos hablan por si solos.
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La medida anunciada por el gobierno, de retrotraer la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) a su fase inicial, pero cediendo el terreno avanzado por las patronales durante los últimos meses, manifiesta su impotencia en las estadísticas que actualiza regularmente el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
Las estadísticas de la provincia arrojan un crecimiento de los casos, llegando actualmente a 46.450 casos de Covid-19 confirmados y 22.623 recuperados, con 832 fallecidos, lo que arroja un índice de letalidad de 1,79%.
Un aspecto que se replica en todos los distritos es la baja cantidad de testeos: en toda la provincia se han realizado tan solo unos 190 mil testeos. Mientras que por las condiciones de vida y de hábitat que imperan en la provincia, con más de 1.000 villas solo en el Conurbano bonaerense, la tasa de propagación comunitaria del virus roza el 60%, del total de los casos.
Tal es lo que ocurre en los distritos de San Fernando, Tigre, Lomas de Zamora y La Matanza, donde la circulación comunitaria esta por encima de 60%, llegando en algunos caso a más del 70%. Se trata de una propagación focalizada en las barriadas obreras, villas y barrios carenciados, donde no se garantizan siquiera los servicios esenciales y el hacinamiento en las viviendas es moneda corriente.
Por su parte, en los distritos de Lujan, San Miguel, Vicente López, Lanús y Malvinas Argentinas, los contagios entre los trabajadores de la salud se manifiestan por encima de la media provincial. Se trata de lugares donde el colapso sanitario y el deterioro y vaciamiento de la salud pública viene reproduciendo los contagios a falta de medidas preventivas e insumos para combatir el virus. Es lo que ocurre en Florencio Varela, distrito que pelea el podio en la saturación de camas UTI (Unidad de Terapia Intensiva).
Distritos como San Fernando tuvieron una disparada de casos llegando a aumentarse en un 85% los contagios en tan solo siete días. Se trata de un crecimiento exponencial que pone en jaque la defectuosa capacidad sanitaria instalada. Algo similar ocurre en el partido de José C. Paz, donde en la misma cantidad de días el salto fue de un 60% más en los contagios.
Otro dato que se refleja es que, en mayor medida, los contagios crecen entre la población económicamente activa –entre 20 y 60 años de edad-, lo que da cuenta de que la cuarentena a la medida de las patronales está afectando particularmente a la clase trabajadora. Es lo que ocurre en el distrito de Tigre, con gran parte de las empresas e industrias funcionando y lo que arrojan los datos de San Isidro, donde el contagio por contacto directo se encuentra por encima de la media, con picos entre los 20 y 50 años.
Esta radiografía de la situación en algunos distritos del Conurbano bonaerense, junto a la disparada en los contagios de los últimos días, es una clara manifestación de que la cuarentena, en manos del Estado y las patronales, pone en riesgo la salud y la vida de las y los trabajadores. Necesitamos un control obrero y popular de la cuarentena y la centralización de todo el sistema de salud para enfrentar esta crisis.
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