Políticas
27/5/2025
Pluriempleo, sobreocupación y jubilados que hacen changas: la verdad de la Argentina "libertaria"
Lo que esconden los índices oficiales de pobreza que celebró Milei.

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Cada vez más sobrecarga laboral para llegar a fin de mes.
El gobierno que sumió a diez millones de personas en la pobreza en solo meses festejó después, de manera desmedida, que el índice cayera en el segundo semestre del 2024. Sin embargo, y dejando de lado que la medición subestima rubros esenciales, ese descenso no obedeció a una mejora en los salarios y en las jubilaciones sino a la sobrecarga laboral a la que debieron someterse los trabajadores para llegar a fin de mes.
Así lo refleja un informe elaborado por el Instituto de Investigación Gino Germani, en base a datos de la EPH-Indec. Si bien el índice de pobreza pasó del 52,9% en el primer semestre del 2024 (fruto del golpe devaluatorio inaugural de la gestión de Milei) al 38,1% en el segundo semestre, quienes volvieron a cubrir la canasta básica con sus ingresos lo hicieron como resultado del pluriempleo, la sobreocupación y el regreso al mercado laboral en el caso de los jubilados.
Para poder sobrevivir, el 12,2% de los trabajadores (1,6 millones) tiene más de un empleo. A su vez, uno de cada tres ocupados se ve obligado a trabajar más de 45 horas semanales, volviendo letra muerta la conquista centenaria de la jornada laboral de 8 horas. Uno de cada cinco jubilados, por su parte, no tiene derecho al retiro, más debe seguir trabajando ante los haberes previsionales de miseria.
Como vemos, aquellos que lograron salir de la pobreza en el período mencionado lo hicieron en desmedro de su calidad de vida, sacrificando merecido tiempo de ocio y recreación y soportando jornadas de trabajo extenuantes. No hubo recuperación alguna de salarios y jubilaciones, puesto que reinaron las paritarias a la baja y una reforma en el cálculo de la movilidad jubilatoria que consagra las pérdidas.
Además, casi un 38% de los hogares tuvo que recurrir a sus ahorros para cubrir necesidades básicas. Finalmente, buena parte de los "dólares en el colchón" de los pequeños ahorristas a los que refiere Caputo ya fueron gastados en la odisea de llenar la olla y pagar las cuentas en un escenario de derrumbe de los ingresos populares.
No solo los salarios de la ocupación principal (sin contar horas extras) siguieron evolucionando por detrás de la inflación, sino que además, en el primer año de gobierno de Milei se deterioró la calidad de los puestos de trabajo. El informe describe que, durante el 2024, "se destruyeron 258 mil empleos asalariados (de los cuales 252 mil eran formales) y se crearon 226 mil cuentapropistas", cuyos ingresos son 40% inferiores que el de los asalariados. Sin ir más lejos, la pobreza llega al 45,4% en ese sector.
En definitiva, el cepo salarial y los despidos que incentiva la política del oficialismo están imponiendo una reforma laboral y previsional en los hechos, extendiendo la jornada de trabajo, elevando la edad jubilatoria y reemplazando empleos bajo convenio por cuentapropismo, donde no existe el derecho a licencias, aguinaldo, vacaciones pagas, ART, etc.
Así las cosas, detrás de la reducción del porcentaje de pobres, de la que tanto se jactó Milei, encontramos mayor superexplotación laboral. Es necesario organizar desde las bases la huelga general para derrotar esta ofensiva antiobrera, apoyándonos en las experiencias de lucha como la del Sutna, que logró reincorporaciones y defender el salario real; la de los metalúrgicos de Tierra del Fuego contra los despidos; y la de la docencia de Catamarca que hizo retroceder el decreto antieducativo del gobernador Jalil. El gobierno y los capitalistas vienen por todo, los trabajadores tenemos que ponernos de pie para enfrentarlos, superando los límites que imponen las direcciones entreguistas de los sindicatos y la CGT.

