Políticas

14/10/2021

¿Por qué la izquierda ganó el debate de candidatos a diputados de CABA?

Con su actuación, Myriam Bregman denunció claramente los puntos que unen a Santoro, Vidal y Milei; los candidatos del FMI y el ajuste.

En la noche de este miércoles 13 se realizó, en el programa A dos voces de TN, el debate entre candidatos a diputados nacionales por la Ciudad. Participaron Myriam Bregman por el Frente de Izquierda – Unidad, Leandro Santoro por el Frente de Todos, María Eugenia Vidal por Vamos Juntos y Javier Milei por Avanza la Libertad. Sus intervenciones dejaron elementos interesantes para el análisis y algunas conclusiones. La pregunta en todos los debates es siempre quién ganó, y explicaremos por qué, desde nuestro punto de vista, lo ganó Myriam Bregman.

En la presentación general, Bregman señaló que Alberto Fernández incumplió su promesa de sacar al país del desastre dejado por el macrismo y llamó a votar al Frente de Izquierda – Unidad, que se radicó en las Paso como tercera fuerza nacional. Este llamado es para reforzar la lucha por los intereses de los trabajadores y del movimiento de mujeres y diversidades.

Santoro habló de generalidades sobre “sus convicciones”, evitando referirse a la situación del país. Vidal aprovechó para confrontar con el gobierno nacional, y buscó presentarse como la fuerza que puede “ponerle un freno”. Milei hizo gala de su pose de “enojado” con la casta política, cosa que repetiría hasta el final en una presentación sin demasiadas luces.

En el primer bloque, cuya temática era “calidad institucional, seguridad y justicia”, Santoro eligió hablar de seguridad apuntando contra los robos; lo que marcó una vez más su estrategia de derechizar su discurso para ganar votos. Vidal contestó con su cantinela anticorrupción, cuando los “Pandora Papers” revelan a Juntos como un conglomerado de evasores de impuestos y fugadores de divisas. Milei ensayó una insólita teoría del Estado que ya prefiguraba una presentación papelonesca.

Pero Bregman, por su parte, denunció los pactos entre el kirchnerismo y el macrismo para vender tierras públicas, traspasar la policía y votar jueces (Santoro mintió descaradamente al negarlo). También le contestó a Milei, señalando que su denuncia a la casta política oculta deliberadamente a los dueños del poder: los empresarios que dominan el país, fugan capitales y son responsables de las permanentes crisis. Antes las interrupciones permanentes del “liberal” bufonesco, Bregman denunció las bravuconadas fascistoides que emprende contra la izquierda en sus actos.

Luego vino el bloque de “economía, educación y trabajo”, donde Vidal hizo eje en el aumento de la pobreza y el endeudamiento, como desentendiéndose de las responsabilidades que le caben por ambos, y habló de “proyectos legislativos” que no detalló; pero que son nada más ni nada menos que las reformas laborales y jubilatorias. Santoro le contestó hablando del endeudamiento macrista, pero sin poder defender la gestión de su gobierno. Se trató de un intento de polarización entre ajustadores y endeudadores, que tienen razón cuando hablan del otro y mienten cuando hablan de sí mismos.

Junto con Milei, Santoro y Vidal atribuyen la necesidad de endeudamiento al déficit fiscal. En realidad es más bien al revés; hay déficit porque hay un endeudamiento externo que es un mecanismo de saqueo permanente de la economía nacional y fue utilizado para financiar la fuga de capitales. Bregman planteó, por su parte, que el modelo de Milei lo aplica Bolsonaro, el mismo que está llevando a Brasil a una catástrofe social sin precedentes. Y que en la Argentina el lastre de la economía no son los salarios, sino el enorme endeudamiento y el pacto con el FMI.

En el bloque de “política sanitaria”, Milei quedó expuesto como un negacionista anticuarentena y antivacunas. Bregman denunció que el origen de las pandemias es ante todo la depredación capitalista, y que el gobierno nacional al que pertenece Santoro votó un presupuesto de ajuste en salud cuando sabía que se venía una segunda ola de contagios. Y reclamó el pase a la carrera profesional para enfermería, que el gobierno de Larreta (y Vidal) niegan.

En el debate en general, y en el tramo del mano a mano, Santoro y Vidal buscaron una polarización pero quedaron en evidencia. La discusión giró en torno a quién empobreció más, quién endeudó más, y quién tuvo la peor “performance” frente a la pandemia. Para adelante escondieron sus propuestas, porque finalmente se trata de variantes que buscan una reactivación capitalista sobre la base de subsidios a las patronales y de una reforma laboral aparejada de rebajas salariales y jubilatorias. Es parte del rumbo económico que marca el FMI para un acuerdo que votarán todos juntos en el Congreso. Santoro, de hecho, llamó a Vidal a apoyar el acuerdo en la Cámara baja.

La participación de Milei en el debate fue un verdadero fiasco. Repitiendo que el problema del país es la “casta política” hasta el cansancio, fue desnudado en varias oportunidades como parte de un armado reaccionario y represor. Bregman lo acorraló por su colaboración con el genocida Bussi y por su negación al derecho al aborto incluso para niñas violadas, para las cuales pide una pena de homicidio agravado por el vínculo. Sus limitaciones explican su rechazo a debatir con Gabriel Solano todas las veces que se lo hemos propuesto. Es por eso que este sábado Solano refutará sus mentiras en una actividad pública en Parque Rivadavia.

Bregman logró poner de manifiesto el rumbo ajustador del gobierno y los acuerdos de fondo que existen entre Santoro, Vidal y Milei respecto de cuestiones cruciales, como el acuerdo con el FMI y los ataques a los trabajadores con la reforma laboral. Combatió con firmeza al facho Milei, al que se adaptan los discursos del Frente de Todos y Vamos Juntos y defendió una agenda de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Quizá hubiera sido interesante un mayor despliegue de más aspectos del programa del Frente de Izquierda – Unidad para una salida de los trabajadores frente a la crisis, como la necesidad de nacionalizar la banca, el comercio exterior, un plan de viviendas, o la defensa de las jubilaciones. Pero la dinámica de este tipo de debates muchas veces dificulta esa tarea. Con su performance, Bregman ganó claramente el debate y significó un punto de apoyo para la campaña.