Políticas
14/8/2025
Renunció el militar que Milei había designado como vaciador del Servicio Meteorológico Nacional
El desmantelamiento, la militarización y desprofesionalización del organismo científico tiene serias consecuencias sociales.

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El SMN es fundamental para la prevención ante eventos climáticos, la aeronavegación y hasta la producción.
Al cabo de unos meses en el cargo, renunció el director del Servicio Meteorológico Nacional, el militar retirado Antonio José Mauad. Nombrado en enero, su paso por el organismo confirma que la designación de milicos, sin cumplir siquiera el requisito legal de contar con formación en meteorología y ciencias de la atmósfera, responde a la política de vaciamiento del gobierno de Milei. Esto fue denunciado por trabajadores, académicos y profesionales del área, que advirtieron sobre los riesgos de desmantelar un ente científico clave para la prevención de desastres sociales derivados de fenómenos climáticos y la seguridad aeronáutica.
La incorporación de personal militar en reemplazo de científicos especializados busca una reducción de costos mediante un retroceso en la profesionalización del organismo. Dentro de esta intención de militarización es que promueven la fusión con el Instituto Geográfico Nacional y el Servicio de Hidrografía Naval, con los cuales no tiene nada en común.
El vaciamiento del SMN se refleja en el fuerte ajuste presupuestario: en dos años el financiamiento cayó más del 50%, afectando proyectos de ampliación de radares, mantenimiento de estaciones meteorológicas y cobertura del territorio nacional. En 2024 se produjeron más de 100 desvinculaciones, entre despidos y jubilaciones forzadas. Tras la renuncia de Mauad, completamente incompetente para la dirección, los trabajadores del SMN vuelven a quedar en el limbo.
Incluso, durante su gestión el gobierno promovió una política de censura, prohibiendo que los informes y publicaciones mencionen “cambio climático” y “calentamiento global”, conceptos que incluso fueron eliminados de la página web oficial.
Esto tiene consecuencias directas para la población, como vimos en la trágica inundación de Bahía Blanca, entre varias otras que dejaron miles de evacuados, desaparecidos y víctimas fatales, evidenciando no solo las consecuencias de ajustar en obra pública y entregar el suelo a la especulación inmobiliaria y los agronegocios, sino también el desinterés del gobierno en prevenir estos desenlaces. Contra las infames acusaciones de Bullrich, los trabajadores del SMN probaron que emitieron alertas con suficiente antelación antes estos eventos, pero la falta de inversión en prevención y contingencia por el ajuste de los gobiernos nacional, provinciales y locales agravan la ausencia de respuestas.
La política del gobierno no solo desmantela la ciencia pública, sino que también busca favorecer intereses privados y recortar derechos laborales. Apoyemos la pelea de los trabajadores por un presupuesto adecuado, la defensa de los puestos de trabajo, contra la pauperización de las condiciones laborales y un abordaje científico integral para afrontar los efectos del cambio climático.

