Políticas
27/2/2025
Se complica la deuda en pesos y Caputo tuvo que regalar $10.000 millones para refinanciar vencimientos
Las dudas sobre una devaluación llegaron a Wall Street.
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Subió tasas y acortó plazos para revertir el bajo rollover de las subastas anteriores.
En la última licitación de febrero para refinanciar vencimientos de la deuda en pesos el gobierno logró finalmente revertir el bajo rollover de las subastas anteriores, pero al precio de subir la tasa y acortar plazos, con títulos que vencen todos antes de mitad de año. El mercado no "pone las manos en el fuego" sobre la capacidad de los critpoestafadores de mantener pisado el dólar, así que el gobierno los tentó con una jugosa zanahoria de 10.000 millones de pesos, mientras reprimía a jubilados que no llegan a fin de mes.
Caputo venía con problemas para renovar los vencimientos de los títulos del Tesoro, por la desconfianza creciente de los especuladores en un salto devaluatorio; y la crisis se agravó con el $Libra-gate. Como hace con todo, el gobierno abordó el problema con beneficios extra para tentar a los banqueros a seguir apostando a la timba financiera oficial. Ofreció Lecaps a corto plazo con tasas superiores a la inflación mensual y que más que duplican la tasa de devaluación (crawling peg), engordando las ganancias en dólares del carry trade.
El analista Salvador Vitelli calculó que, como ofreció títulos con un rendimiento bastante por encima de los que cotizan en el mercado secundario, el gobierno regaló a los bancos nada menos que 10.000 millones de pesos de un saque. Clarificando su interés de clase, concretaba esta nueva estafa mientras reprimía frente al Congreso a jubilados que en marzo apenas van a cobrar una mínima de 350.000 pesos. Es que la bicicleta financiera de Milei y Caputo se sostiene con el ajuste al pueblo.
Tanto es así que si se tomara el peso de esta deuda en pesos nada quedaría del tan preciado superávit fiscal por el que se autofelicitan en la Casa Rosada. Las mencionadas Lecaps son letras que en lugar de pagar intereses mes a mes capitalizan todo al momento del vencimiento, es decir que se gatilla todo junto al final. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso el año pasado esos intereses incrementaron más de 14 billones de pesos el stock de deuda del Tesoro, entre Lecaps y las Lefi (que les pagan a los bancos -como antes las Leliq- por dejar la plata quieta fuera de circulación, y que con la baja del crawling peg pasaron a rendir 1,4% mensual en dólares).
Pero así como el "mago de la finanzas" creó la bicicleta financiera más rentable del mundo, todos saben que tarde o temprano se sale la cadena. Por eso Caputo aflojó la billetera. Las Lecaps que se emitieron en la última licitación vencen en marzo, abril, mayo y junio, atendiendo las dudas sobre el tipo de cambio a medida que se acerquen las elecciones. En criollo, la banca conserva la liquidez para saltar del barco si ve que empieza a hundirse. En julio vencen nada menos que 31 billones de pesos.
Toda la política del gobierno es seguir alimentando la burbuja. Ahora habilitaron a los bancos a prestarle dólares a empresas que no facturan en esa moneda (es decir que no exportan), para abonar la tendencia de todos los capitalistas a meter la guita en el carry trade. Por eso después de cerrar el 2024 con una caída en la actividad económica (-1,8% según el Indec) en lo que va de este año ya se emitió deuda privada por más de 2.000 millones de dólares en Obligaciones Negociables. Así, el impacto de una devaluación va juntando cada vez más agravantes.
En el gobierno están rifando todo con tal de aguantar hasta que se destrabe el nuevo crédito del FMI, que todavía está en veremos porque -más allá de coincidir en más ajuste al pueblo y reformas antiobreras- nadie tiene claro cómo evitar que los dólares se fuguen. A Caputo no solo lo condena su pasado, sino el presente: el año pasado para sostener el esquema cambiario dilapidó más de 20.000 millones de dólares.
Ahora, solo desde la estafa presidencial el Banco Central ya remató bonos por 1.000 millones de dólares para contener la brecha con los dólares financieros. Para colmo, las consultoras registran que la liquidación de los sojeros promedia la mitad que antes de la rebaja de retenciones (El Cronista, 27/2). Y como siguen retirándose los depósitos ingresados por el blanqueo, no se percibe cómo revertir el rojo de las reservas.
Los problemas del esquema "libertario" son comentados hasta en su propia Meca. En Wall Street, el Bank of America proyectó un dólar a $1.400 para fin de año, en el caso favorable que efectivamente haya fondos frescos del FMI; Morgan Stanley midió que el índice Big Mac tiene a la Argentina como el segundo lugar más caro del mundo (solo superada por Suiza) y advirtió que "resulta difícil fomentar la inversión cuando el tipo de cambio sigue siendo un factor de riesgo"; y un informe del Citigroup sobre la vulnerabilidad a las subas de aranceles alerta sobre el atraso cambiario cuando "la inflación sigue en niveles relativamente elevados".
Solo tenemos salida si derrotamos esta estafa. De otra manera, sea con el saqueo del país para sostener la timba, sea con una devaluación que recomponga la competitividad de los capitalistas locales, la factura va a caer sobre los trabajadores con desocupación y hundimiento salarial. Abrir un rumbo alternativo depende de la clase obrera, porque requiere expropiar al capital las palancas estratégicas de la economía nacional, empezando por el repudio de la deuda externa y la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo control obrero.
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