Sindicales

12/4/2021

Un plenario para armar a la vanguardia obrera

Conclusiones y tareas del IV plenario nacional de la Coordinadora Sindical Clasista

Willy Monea Ojo Obrero Fotografía

El IV plenario nacional de la Coordinadora Sindical Clasista (CSC) ha dejado múltiples mensajes y constituyó un salto político de magnitud. Tal vez era previsible por el desarrollo en febrero del congreso de Tribuna Docente que constató un salto político y organizativo entre la docencia dos meses antes, y por otros plenarios nacionales de salud, de docentes universitarios, de telefónicos, de judiciales, de la agrupación de empleadas de casas particulares, por el protagonismo del Polo Obrero en toda la etapa o por el activismo incesante del Sutna alrededor de cada reivindicación obrera, reforzando el colectivo obrero. En todo caso fueron antecedentes importantes, aunque ni de cerca los únicos, que importa proyectar al futuro de esos y de todos los frentes de desarrollo de la Coordinadora. Estos frentes son decenas y decenas, como pudo verse en el funcionamiento de las siete comisiones -170 intervenciones- y los plenarios de apertura y cierre con seis horas de debate ininterrumpido, agrupando a casi dos mil compañeras y compañeros que desbordaron literalmente (pedimos disculpas por ello) el esquema organizativo virtual. Los dirigentes participantes del Polo Obrero (420) fueron el 20% de la concurrencia, el resto, enteramente del movimiento de los trabajadores ocupados en todas sus expresiones, desde dirigentes de sindicatos recuperados hasta representantes de trabajadores precarios. Se destacaron las presencias de dirigentes y delegados de todas las fábricas del Neumático, de Buenos Aires y de Córdoba, del tumultuoso movimiento de la salud, de docentes de todos los niveles y provincias, de los estatales que chocan con el ajuste, de gráficos, de judiciales, del subte o de telefónicos, tanto como trabajadoras de casas particulares o jóvenes repartidores por mencionar algunas. 87 compañeras y compañeros se inscribieron en la comisión de jubilados, aunque muchos no pudieron participar de la comisión por el desborde en las salas virtuales dispuestas. Funcionó una comisión de 22 abogadas y abogados clasistas, tan importantes en la defensa ante las patronales y el Estado.

La primera conclusión que emerge es que no estamos ante un amontonamiento de agrupaciones, de representaciones sindicales, de organizaciones locales de ocupados, desocupados y jubilados, sino de una corriente nacional clasista en el seno del movimiento obrero. Con una personalidad definida, con una homogeneidad creciente en cuanto a su programa, a su diferenciación política en el movimiento antiburocrático, a sus tácticas de intervención y a su clara asociación a la construcción del partido de clase, el Partido Obrero. Eso nos convoca a reunir con más frecuencia la representativa Mesa Nacional electa (cuya composición reproducimos al final de esta nota) y de igual modo al propio plenario nacional que hemos desarrollado en medio de tamaño ascenso de la segunda ola del Coronavirus.

 

Las luchas

Indudablemente otro componente llamativo fue la participación de representantes directos de las luchas en curso que sumaron trece intervenciones a las ocho de los dirigentes de la CSC que a su vez representan no solo organizaciones recuperadas sino también grandes luchas del momento como la del Polo Obrero que venía de protagonizar una jornada de masas 48 hs antes. Estas luchas no son, desde luego todas las que ocurren, sería imposible. Por cual, se trata entonces de un rasgo de la situación en el movimiento obrero, aún en plena pandemia: un reguero de luchas, todas sin excepción aisladas o aún combatidas por la burocracia sindical. La prueba la dieron vivamente dos de ellas, de las más importantes, la salud de Neuquén y Vitivinícolas de Mendoza y Salta fundamentalmente, ambas mediante delegados autoconvocados que han superado a la burocracia sindical. La salud de Neuquén, de la cual habló una compañera desde el piquete, ha desconocido nada menos que la paritaria entreguista firmada por ATE, el sindicato de centroizquierda que se presentara otrora como alternativa a la burocracia sindical. La huelga, por la magnitud del movimiento y el apoyo popular, ha impuesto al gobierno una negociación con 15 representantes de las bases, varios de ellos integrantes de nuestra corriente.

La Clínica San Andrés habló a través de su delegada rodeada de trabajadores de la salud que ocupan las instalaciones hace más de dos meses y despliegan una enorme actividad de movilización ante todos los poderes del Estado asumiendo un planteo de elevado contenido, que el Estado se haga cargo de la continuidad de este centro de salud en medio de la pandemia. Otros casos como el Neumático, el Suteba Ensenada o el Nacional Bs As expresaron la lucha de los trabajadores contra la política (anti) sanitaria de las patronales y del Estado.

La cuestión del salario (paritaria Sutna, huelga docente chaqueña, provincialización del Larcade, etc) de los protocolos obreros, de las paritarias sin techo, de la lucha contra los cierres y la precarización (Terminal 5 del puerto), contra el robo a la movilidad jubilatoria, se fueron desgranando en vivo, como expresión de la clase obrera en lucha. El programa de los diez puntos propuesto y votado, cobró vida en cada intervención desde la lucha misma. Desde otro ángulo, las luchas mostraron que la construcción de la CSC se procesa en la arena de la lucha de clases, en todos los rincones del país, pero no como una mera actuación solidaria, sino como contribución a su orientación y desarrollo para llevarlas a la victoria.

Desde este lugar, el debate clarificó el sentido de nuestra participación en la construcción del Plenario del Sindicalismo Combativo, basado en un reagrupamiento de independencia de clase, unitario, para intervenir en función de la intervención de la clase obrera en la crisis. Lejos de todo campo faccional de las izquierdas, basado en la recuperación de las organizaciones obreras, como tarea estratégica del clasismo y de los socialistas en el movimiento obrero. No concebimos al clasismo como un grupo de presión, ni como una autoconstrucción autoproclamatoria, sino como una herramienta para el progreso de los trabajadores en la lucha de clases y en la lucha por una nueva dirección clasista del movimiento obrero. La “unidad de las luchas” fue usada el 24 de marzo por un grupo de izquierda (PTS) para romper la construcción de un campo común, de ellas con el sindicalismo antiburocrático, un absurdo. Lo que puede unir a las luchas es una intervención de conjunto de los trabajadores, lo cual supone reforzar el frente único para derrotar el cepo de la burocracia sindical.

Un programa

El programa de las resoluciones se coloca, justamente, en la orientación de la exigencia de ruptura de las centrales y direcciones sindicales con el gobierno ajustador, pro patronal, agente del FMI, que ante la quiebra macrista vino a rescatar a los banqueros, no a los trabajadores. Contra el pacto social de hecho que estatiza al movimiento obrero como se expresó en el pacto UIA-CGT-Gobierno, en el abandono a millones de despidos, en el robo a los jubilados parapetados en la conquista del aborto legal por parte del movimiento de la mujer, en las paritarias basadas en la inflación mentirosa inscripta en el presupuesto fondomonetarista. Por eso la consigna del Congreso de Delegados mandatados por la Bases cobra y recobra vigencia, en tanto se trata de una burocracia sindical (y piquetera con el Trío Vaticano) que desde Daer hasta Yasky y Godoy, pasando por el moyanismo, han puesto las organizaciones obreras en el campo del enemigo de clase, para lo cual carecen de todo mandato.

Desde luego, el movimiento obrero nunca fue una realidad lineal ni congelada. Diversos sectores intermedios, como Aceiteros, Rompiendo Cadenas o la llamada “cuarta pata” en el movimiento piquetero, están sufriendo las consecuencias de una política de seguidismo a un gobierno que a medida que pasa el tiempo define cada día su rumbo fondomonetarista. La tenacidad en la construcción de un campo de independencia de clase es lo que nos permitirá interesar a los activistas que van haciendo una experiencia respecto de los que alentaron expectativas en la alianza de los Fernández y Massa.

El plenario mostró que en una corriente clasista de alcance nacional se pueden reunir las energías de todos los movimientos, imprimiéndoles un contenido emancipador, de clase. Es el caso del movimiento de la mujer, uno de los grandes movimientos sociales y de lucha de la etapa. La comisión de la mujer dio nuevos pasos en la estructuración de un programa en la organizaciones obreras, de reivindicaciones especiales y las que hacen a la liberación de la doble opresión femenina mediante la cobertura social de las tareas del hogar y cuidado de los niños, de impulso a las delegadas de género, de organización contra la discriminación y el acoso, de la organización del mayor y más explotado gremio, el de las empleadas de casas particulares. Una clara línea de superación de los “cupos femeninos” en los sindicatos, a menudo al servicio de las maniobras de la burocracia. También que desde una orientación se puede impulsar un movimiento totalmente abandonado por las organizaciones sindicales como el de los jubilados, mediante la pujante construcción del PTJ que ha desenvuelto la estrategia de la autoconvocatoria de organizaciones para desenvolver el movimiento con los métodos del frente único.

 

Las campañas

El plenario recorrió todos los temas de la construcción revolucionaria en los sindicatos. En ese amplio espinel, las campañas de lucha votadas son claves. Porque son las que permiten tenernos en primera línea como una constante contribución al movimiento autónomo de los explotados. A no dudarlo, la campaña por la intervención del laboratorio que produce millones de vacunas en la Argentina para proceder a envasarlas con la capacidad instalada nacional y proceder a la vacunación masiva es de urgente actualidad. Al igual que los protocolos obreros y la lucha para imponerlos, como el planteo que hicimos desde la primera hora de la pandemia: la centralización del sistema de salud. Urgente, cuando se agotan las camas críticas como resultado del desmantelamiento de las ampliaciones de las terapias intensivas por “falta de rentabilidad” por parte del capital privado de la medicina. Lo mismo respecto de la aplicación del semáforo epidemiológico que indica en la mayoría de los distritos del país que hay que suspender las clases y que el Estado garantice conectividad y herramientas a docentes y alumnos para la virtualidad. La suspensión de actividades productivas cuando sea necesario, con garantía salarial y de estabilidad laboral por parte del Estado.

Tampoco fue ajena al debate la cuestión electoral. La CSC impulsará las candidaturas obreras y piqueteras y a su turno el apoyo de la vanguardia obrera al FIT Unidad, el campo político de independencia de clase del que disponemos en la arena electoral ante los bloques continuistas que han gobernado en las últimas décadas.

Las resoluciones abarcan el apoyo movilizador a todas las luchas empezando por el lunes 12 de abril a la Casa de Neuquén en apoyo a la huelga de salud, el 15 con las compañeras de casas particulares y así de corrido. Luego, dos acciones de conjunto fundamentales en las próximas semanas: la movilización conjunta de ocupados y desocupados ante la reunión del Consejo del Salario Mínimo (que plantearemos en el PSC) y el acto del 1ª de Mayo convocado por el FIT Unidad, donde el movimiento piquetero y las luchas obreras deben ser importantes protagonistas.

Enorme tarea para la Mesa Nacional electa que ha tenido un plenario fuertemente tonificador para encararlas. Realmente, ha sido un plenario para armar a la vanguardia obrera.

Mesa Nacional de la Coordinadora Sindical Clasista, votada en el Plenario Nacional del 10 de abril de 2021

Romina Del Plá, Sec Gral Suteba Matanza; Alejandro Crespo, Sec Gral Sutna; Ileana Celotto, Sec Gral AGD-UBA; Miguel Bravetti, Naranja Gráfica; Daniel Sierra, Congresal Suteba-Tribuna Docente; Christian Paletti, Ejecutivo por minoría AGTSyP; Pablo Eibuszyc, Delegado Foetra y congresal Fatel; Federico Navarro, Delegado UOM Aluar; Miguel Díaz, Delegado UOM Siderca; Luciano Cáceres, Sec Hacienda Amsafe Rosario; Miguel Del Plá, Sec Gral CTA Sta Cruz; Daniel Rapanelli, Sec Gral Suteba Ensenada; Raquel Blas, Sec Gral CTA Mendoza; Antonio Roselló, Sec Organización Conadu Histórica; José Meniño, Sec Ejecutivo Sutna San Fernando; Alejandro Roqueiro, Delegado departamental UEPC Córdoba; Patricia Jure, Vocal por minoría ATEN Capital; Gabriela Meglio, Sec Adj Amsafe Rosario; Gabriela de la Rosa, Mesa Nacional Polo Obrero; Julio Cortés, Actuemos; Luis Mauregui, Músicos Organizados; Nora Biaggio, Plenario de Trabajadores Jubilados; Alfonso de Villalobos, CD entrante Sipreba; Juan Diez, delegado gral Sociales Apuba; Amanda Martín, Sec gremial Ademys; Daniel Luna, ATE INTI; Churi Uro, delegada gral ATE Educación; Jorge Hospital, lista gris Agrupación Mariano Ferreyra, Unión Ferroviaria; Facundo Miño, Secretario Gremial CI Penal, congresal UEJN; Lucas Vicenzi, CI Banco Supervielle, La Bancaria; Rocío Rodríguez, Asamblea de Residentes CABA; Alejandro Lipcovich, delegado ATE Garrahan; Sebastián Rodríguez, CI Morvillo Gráficos; María del Carmen Díaz, Agrupación de Trabajadoras de Casas Particulares; Juan Escolar, Vocal-Comisión directiva del seamara y delegado Portuarios; María Demattei, delegada AOT Textilana; Eduardo Belliboni, Mesa Nacional Polo Obrero; Néstor Pitrola, dirigente Naranja Gráfica y Coordinadora Sindical Clasista.