Políticas
24/10/2025
JP Morgan en la Casa Rosada
Tras entregar el gobierno a Bessent y Trump, Milei recibe al "número uno de Wall Street".

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El CEO del JP Morgan reunió a la gran burguesía argentina en el Teatro Colón.
No suele ser tan evidente el interés económico detrás de un gobierno. En el caso de Milei, quedó más claro que nunca que convirtieron a la Casa Rosada en una sucursal de los bancos y fondos de inversión de Wall Street. Ahora que designaron a Pablo Quirno como canciller, quedó alineado el Ministerio de Relaciones Exteriores con Economía y el Banco Central: todo en manos de empleados del JP Morgan, el mayor banco de los Estados Unidos. Al menos en esto sí hay “transparencia”, son un gobierno buitre.
Parece más que una casualidad que Quirno fuera quien una semana atrás anunció que a través del JP Morgan el gobierno iniciaba un programa de recompra de títulos de deuda, en el marco de las intervenciones del Tesoro norteamericano y las tratativas con Trump por el swap para evitar el hundimiento de la cotización de los bonos argentinos. O que al mismo tiempo que todo esto sucede se desarrolle en Buenos Aires un encuentro de alto nivel encabezado por el CEO global de ese mismo banco, Jamie Dimon.
Dimon es considerado "el número uno de Wall Street". Sus declaraciones también apuntaron a incentivar las colocaciones en bonos argentinos, afirmando que su valor está en un piso porque "gran parte del riesgo ya se encuentra incorporado en los precios", es decir que el mercado ya cotizó una derrota electoral de Milei el domingo 26. También bajó la vara para que esté a la altura de las posibilidades La Libertad Avanza, afirmando que un buen resultado sería que recorte algo la diferencia de 14 puntos por la que perdió en los comicios bonaerenses.
La burguesía argentina se arrodilló a sus pies. No solo lo recibe Milei, después de una reunión reservada con Caputo. Por el encuentro realizado en el Teatro Colón desfilaron Mauricio Macri y los mayores capitalistas del país, como Eduardo Elztain de IRSA, Marcelo Mindlin de Pampa Energía, Eduardo Escasany del Galicia, Alejandro Bulgheroni de Pan American Energy, además de los funcionarios y también exempleados de ese banco, el vice de Economía José Luis Daza y el vice del Banco Central Vladimir Werning.
El capo de JP Morgan no es un novato en Argentina. De hecho estuvo en la Casa Rosada en 2018 reunido con el entonces presidente Macri, que tenía al mismo elenco manejando a la política económica (Luis Caputo, Santiago Bausilli, Quirno, entre otros exempleados de esa entidad). Tal vez por eso haya cobrado protagonismo en el actual salvavidas de la administración de Trump, destinado a que los que embolsaron ganancias superlativas puedan saltar del barco sin sufrir las pérdidas por el desmadre. Debe tener presente lo que les pasó a fondos como Pimco y Templeton en 2019, cuando tras lucrar con la bicicleta financiera quedaron "atrapados" porque Macri perdió las elecciones, vino una corrida fulminante, la devaluación y terminaron reponiendo el cepo y defaulteando.
Pero hay más. El banco es uno de los grandes capitales que se volcó a respaldar el MAGA de Trump y la guerra comercial contra China. Como reseña Jairo Straccia, en un hecho inédito el JP Morgan viene de comunicar oficialmente un plan a diez años para financiar empresas yanquis en sectores considerados críticos: "Ha quedado dolorosamente claro que Estados Unidos se ha vuelto demasiado dependiente de fuentes poco fiables de minerales, productos y manufacturas esenciales para nuestra seguridad nacional", fueron las palabras de Jamie Dimon al anunciar la inauguración de un departamento sobre riesgos geopolíticos.
Casualmente, vino a su evento en la Argentina acompañado de Tony Blair, el exprimer ministro británico propuesto por Trump para administrar un protectorado en Gaza (es jefe del consejo del JP Morgan), y de Condoleezza Rice, que fue secretaria de Estado en la administración de Bush. Vale destacar que el gobierno yanqui viene de comprar acciones en las mayores empresas de tecnología, energía y minería; presionó hasta con la marina para desplazar a una firma de Hong Kong de los puertos del Canal de Panamá y dejarlo en manos de BlackRock; y se asoció con los grandes jugadores en IA, al punto que el proyecto Stargate de Open AI fue anunciado desde la Casa Blanca. Nítido retrato del imperialismo como etapa monopolista del capitalismo.
El encuentro del CEO de JP Morgan con Milei es otro episodio de la cesión de la política económica a manos del capital financiero norteamericano, si recordamos que Scott Bessent, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, es un viejo agente de grandes fondos de inversión. Es además un experto en apostar contra la moneda de otros países. En estos días es es cuestionado en su país por destinar fondos millonarios para el rescate de los tenedores de bonos argentinos, empezando por su amigo Rob Citrone, quien lo acompañó cuando vino al país en abril y acumula ganancias inigualadas por especular con títulos de deuda criolla.
En aquella oportunidad, según Carlos Pagni, Citrone "llegó con Leonardo Scatturice, es decir, en el mismo avión de las valijas y prácticamente la misma tripulación, incluida Laura Belén Arrieta, quien transportaba las valijas" que eludieron el control de la Aduana, en un caso que abrió sospechas de contrabando, incluso vinculado a inteligencia. Scaturice tiene varios contratos millonarios con el Estado argentino. La subordinación a la gran banca es otra terminal de los lazos con el lavado de activos en gran escala, proveniente de negocios oscuros.
Para que estos buitres no destripen al pueblo argentino hay que enfrentar al gobierno de Milei. Es una tarea que solo pueden llevar adelante los trabajadores. Los gobernadores van a recibir a los enviados yanquis para recalibrar los negocios mineros y petroleros, mientras el peronismo se plegó con todos sus voceros a los reclamos patronales por la reforma laboral antiobrera, además de la presión de sojeros e industriales por una devaluación en regla. Son intereses antagónicos a los de quienes vivimos de nuestro salario.
Es a los trabajadores a quienes se va a facturar el desmadre que se viene tras las elecciones. Los grandes capitalistas están cubiertos a costa nuestra: si el peso se hunde la semana próxima el Estado va a pagar billonadas por el vencimiento de 5.000 millones de dólares entre contratos a futuro y bonos dólar linked. En sus últimas licitaciones, Quirno vendió a los especuladores nuevos bonos que ofrecen un 10% arriba del tipo de cambio. La consultora GMA estima que en los últimos ocho meses hubo un desarme de posiciones en pesos superior a los 17.400 millones de dólares. Otras formas cobertura son también pagadas por el pueblo, como la decisión de las molineras de suspender la venta de harina a las panaderías para poder trasladar a precios la eventual devaluación.
Una gran votación del Frente de Izquierda sería un impulso a la preparación de las grandes luchas que se vienen, para echar a los buitres de la Rosada.




