Políticas

15/7/2022

La CGT convoca a una movilización… para agosto y sin paro

Contra “los formadores de precios” y en apoyo al gobierno del ajuste.

Héctor Daer, Alberto Fernández y Carlos Acuña.

Finalmente, después de meses de desestimar cualquier tipo de iniciativa para defender los salarios mientras la inflación los viene pulverizando, la CGT convocó a una movilización, la cual tendrá lugar recién el 17 de agosto. La central le ha venido dando la espalda a los procesos de lucha en curso y su reciente decisión tiene que ver con la presión que en ella se encuentra ejerciendo el malestar que impera en las bases obreras de los sindicatos, lo que también tuvo expresión en las tensiones que hay al interior de la cúpula cegetista.

Sin embargo, la central descartó llamar a un paro en defensa del salario y por la conquista de todas las reivindicaciones del movimiento obrero, como le reclamaron las organizaciones piqueteras en su propia sede el mes pasado, la cuales vienen protagonizando verdaderas movilizaciones de masas en todo el país. La convocatoria tendrá un marcado contenido progubernamental y su objetivo es descomprimir la tensión social. La idea de que su desarrollo tenga origen en Plaza de Mayo ha sido abandonada; en cambio, partirá desde el Obelisco y finalizará en el Congreso. El hecho de que la CGT no movilice hacia el centro del poder político se explica por su apoyo al gobierno ajustador de Alberto Fernández.

Además, la convocatoria será contra “los formadores de precios”, un planteo que encubre deliberadamente el rol que posee el Ejecutivo en la formación de los mismos, lo que realiza mediante el manejo de resortes económicos muy importantes. Pablo Moyano, quien posa como el ala “más dura” de la central, fue más allá y ha pedido, en la misma línea de encubrimiento al gobierno, una protesta frente a las sedes de las centrales empresarias, una propuesta que no prosperó. En realidad deberían, por un lado, reclamarle a las patronales de cada gremio aumentos salariales y no condicionar estos a si suben o no los precios, y, por el otro, dejar de firmar paritarias a la baja.

Por otra parte, la medida de fuerza no tendrá acto ni oradores, lo que apunta a vaciarla de contenido y responde al temor que anida en la burocracia sindical de que se reproduzcan otra vez los acontecimientos de marzo de 2017, donde la dirección cegetista tuvo que huir de una movilización ante el reclamo de las bases obreras movilizadas de que se le ponga fecha a un paro. Fuentes periodísticas han señalado que, aunque nadie lo reconoce, la central “teme que haya incidentes si participan exponentes radicalizados e incluso quieren evitar que la izquierda y los piqueteros duros reclamen a la CGT en la calle un paro general contra el gobierno” (Infobae, 14/7).

Las distintas expresiones de lucha que se están llevando a cabo actualmente, como la pelea del Sutna por salario, la huelga de los docentes riojanos, los paros y las movilizaciones de los choferes de la línea 60, o el copamiento de las calles que viene realizando el movimiento piquetero, pusieron sobre la mesa la necesidad de ir hacia un verdadero paro activo nacional, con plan de lucha. Un proceso así reforzaría todas las luchas y podría llevarlas a la victoria, provocándole un golpe al ajuste del gobierno y de las patronales. El Partido Obrero defiende con todo esta perspectiva.