Políticas

15/5/2025

editorial

Las batallas de Milei y las nuestras

El 18 en CABA con el FIT-U.

Milei en el acto de cierre de CABA

El acto de cierre de La Libertad Avanza en la campaña por las elecciones legislativas del próximo domingo 18 en CABA –con Milei y todo el gabinete nacional como protagonistas- tuvo una escasa concurrencia, estuvo dominado por punteros (de la provincia de Buenos Aires) con denuncias de concurrencia paga, robos y un caos de tránsito, recogiendo las experiencias más vergonzosas de los partidos “de la casta” que vienen gobernando este país desde hace 40 años. Más allá de eso, mostró que el desembarco del gobierno en la ciudad con Milei a la cabeza (“Adorni es Milei”) no ha quebrado la “apatía” del electorado, cosa que tampoco han hecho sus opositores.

La elección porteña no parece ser la excepción a las cinco elecciones previas en las provincias que adelantaron las elecciones locales. En todas el dato sobresaliente ha sido la abstención, es decir, la manifestación de que siendo un acto obligatorio no “obliga” en los hechos. Sucedió en Santa Fe el 13 de abril y se repitió el domingo 11 en Chaco, Salta, Jujuy y San Luis. El nivel más “alto” de concurrencia fue en Jujuy con el ¡63%!, el más bajo en el Chaco con ¡52%!

La abstención puede ser una expresión de desilusión o rechazo al gobierno de Milei y al conjunto de las fuerzas gobernantes, o sea al régimen político de conjunto, que se manifiesta de esta forma. Es prematuro aún saber si es el preludio de un ascenso popular, como sucedió con la abstención del 2001, o si en cambio es la manifestación de una apatía resultado de los límites de los procesos de luchas. Hasta ahora esta abstención no se orienta en una salida que termine con la política de los capitalistas, es decir, una salida socialista

En las elecciones previas los oficialismos provinciales -los mismos que aplican la política de Milei en sus provincias y en el Congreso-, con una caída de votos absolutos y relativos, lograron revalidar sus dominios de las legislaturas y concejos y se afirmaron como los representantes de los intereses capitalistas que dominan esas provincias. El triunfo de La Libertad Avanza en Rosario para constituyentes o en las capitales de Salta y Jujuy –también con pérdida de votos respecto a las elecciones de octubre de 2023 (ver aquí)- no han quebrado el dominio de los oficialismos locales –para eso desdoblaron las elecciones.

El problema no es menor, porque Milei pretende que el proceso electoral de este año lo afirme como líder de la transformación política que la clase capitalista y el imperialismo reclaman, un cambio de régimen que se centre en la liquidación de las conquistas de las masas trabajadores, de sus organizaciones y de su participación en la renta nacional que ella crea, y en un emblocamiento profundo con el imperialismo norteamericano y sobre todo con Trump. Milei pretende que el resultado electoral consagre una suerte de bonapartismo de derecha con él como centro.

La “batalla” de CABA a la cual Milei le ha dado centralidad ha sido colocada como una prueba decisiva para su propósito de borrar al PRO del escenario político, derrotarlo en su principal bastión –quedarse con el control de los negocios millonarios de la Capital Federal- y erigirse como el único capaz de derrotar al peronismo en la provincia de Buenos Ares. Demasiado para un acto que juntó un poco más de 3.000 personas y que ocupó la plana de todos los medios por las denuncias de incumplimiento en los pagos, por el robo de celulares, por las peleas internas o por las protestas porque el protocolo de Bullrich ahí no funcionó.

A Milei, ¿le da el cuero?

El problema sigue planteado en las dudas que expresó en voz alta el representante del JP Morgan en la Argentina, cuando llamó a esperar a octubre para ver si Milei reúne las condiciones políticas para ir a fondo y hacer las “reformas en serio”: reventar los convenios colectivos, las indemnizaciones, aumentar la edad para jubilarse, privatizar el sistema previsional, sostener una jubilación de indigencia y modificar el sistema tributario para que el peso recaiga sobre los consumidores (trabajadores) y alivie a la clase capitalista. Para que quede claro que ese es su norte, Sturzenegger reclamó la “zonificación” de los acuerdos salariales, un vía para destruir los convenios colectivos y bajar salarios de acuerdo a las “realidades regionales y la productividad”; la Comisión Nacional de Valores abrió una “consulta pública” entre sus afiliados para avanzar en la implementación de los fondos de cese laborales que está en la ley Bases y que abre un negocio para la timba financiera y la eliminación de las indemnizaciones. Si a esto sumamos la eliminación de la moratoria para las jubilados, la propuesta de “dividir” el IVA, etc. el camino está abierto para las reformas estructurales para lo que Caputo pidió el voto.

El tema es si Milei tiene la capacidad para ello, algo que está en dudas por varias razones. Una es la situación económica, el gobierno necesita evitar un “sobresalto” inflacionario y una devaluación incontrolable, para eso se endeuda, abre la importación en prácticamente todos los rubros –incluidos alimentos-, así y todo, con una caída del consumo, la inflación llegó al 2,8%, es decir alta y lo sería mucho más si se contabilizaran por ejemplo alquileres. Pero esta política es insostenible, agrava la falta de dólares –las importaciones requieren cada vez más- , no se compran reservas por temor a llevar el dólar al nivel superior de la banda –y con eso aumenta la desconfianza en la capacidad de pago del país-y el gobierno teme que todas las contradicciones de su política estallen antes de octubre y terminen sepultando las pretensiones de convertirse en un régimen personalista y autoritario.

Un sector de la burguesía reclama –aún tímidamente- por las dificultades para producir, para invertir, para exportar, por la sobrevaluación del peso y el encarecimiento del costo argentino. El gobierno responde pisando acuerdos salariales -¡comercio!- que se ajusten por inflación, incentiva la superexplotación, recorta la asistencia a discapacitados, indigentes, gastos en salud, educación, obras públicas, etc. Es decir, descarga sobre las espaldas de los trabajadores el peso de la crisis.

Hay fuga de inversores, una forma de protegerse; hay cierre de empresas o achique de personal. Las dudas dominan el escenario económico y político; Milei no asegura llegar a buen puerto, ¿será esta preocupación lo que llevó a los principales medios de comunicación a desmentir la lectura triunfalista de Milei por el triunfo en las capitales norteñas?, ¿será esto lo que llevó a la preocupación que manifestaron algunos analistas por el encarnizamiento contra Macri, el cual sería una pieza en un gobierno de coalición de ser necesario a pesar de Milei? Incluso está fresca en la cabeza de los capitalistas que en 2017 Macri ganó las intermedias por paliza y tuvo que guardarse el "reformismo permanente" por la rebelión de diciembre.

La situación política y económica está dominada por la precariedad, no por la estabilidad que el gobierno pregona.

El derrumbe electoral del peronismo

Un capítulo fundamental en la situación política es el derrumbe electoral del peronismo. Sucedió en las elecciones santafesinas, y se profundizó en las del Chaco, con Capitanich a la cabeza que fue ampliamente derrotado, ni que decir con los Rodríguez Saá en San Luis que fueron dueños de la provincia durante décadas. El derrumbe electoral del PJ en Salta y Jujuy adquiere una relevancia especial porque allí intervino Cristina Fernández de Kirchner como presidenta del PJ, y terminó en una mayor dispersión, en más divisiones. La crisis del peronismo -que viene de lejos- es la expresión de su papel en el gobierno y también su sostenimiento de la esencia de la política mileísta, es decir, la confirmación que es una fuerza dominada por las necesidades capitalistas, tanto en su estructuración política como en los sindicatos a través de la burocracia sindical. Un triunfo de Santoro el domingo en CABA no cambiaría esta crisis del peronismo, porque él declara su intención de armar una fuerza política provincial, al igual que en Córdoba, en Salta, en Santa Fe y también hacia donde va la “canción nueva” de Kicillof, o sea fuerzas que responden a los intereses capitalistas dominantes en el lugar.

La tarea estratégica de la izquierda

En las cinco elecciones que hubo hasta el momento no se evidenció un giro a la izquierda, lo cual está vinculado a una acción aún tímida en la lucha de clases; la tarea de la izquierda de delimitarse del peronismo está más que vigente, no se trata de “empatizar” con la desilusión, sino de darle forma organizada y con un programa de clase a la superación del peronismo. Un aspecto fundamental pasa por impulsar la lucha de los trabajadores, enfrentar la política de la burocracia sindical, responsable de dejar pasar los atropellos del gobierno que las patronales aplauden. Este el proceso que se está dando en un sector cada vez más creciente la clase trabajadora. Sucede con la recuperación de los sindicatos docentes a manos de las listas antiburocráticas que es un fenómeno que se verifica en Santa Cruz, Córdoba, Neuquén, Jujuy, en los Sutebas. Es lo que sucede con el Lista Granate Blanca en Foetra. Con los sindicatos combativos como el Sutna que está en lucha por el salario y contra los despidos, con los docentes universitarios que van al paro nacional el 19 y 20. Es lo que está presente en la rebelión de la UTA que se extiende como una mancha de aceite en un gremio donde la burocracia ha vivido sobre el carnereaje y como factor de presión de los intereses patronales. Es lo que domina la persistencia de la lucha de los jubilados. Es la acción del movimiento piquetero –y en particular del Polo Obrero- que enfrenta al gobierno a pesar de la persecución y represión. Es la perseverancia de la ocupación obrera de Morvillo que ya lleva más de 70 días en defensa de los puestos de trabajo. Solo para destacar lo más reciente.

Impulsar, organizar el voto al Frente de Izquierda este 18 en CABA tiene un carácter estratégico, porque es el fortalecimiento de una salida de los trabajadores a una crisis que es de los capitalistas, porque es colocar la agenda de los intereses populares en el primer lugar, porque es un impulso decisivo a la independencia política de los trabajadores, porque es poner en pie una referencia socialista frente a los partidos responsables del derrumbe nacional. Eso es lo que encarna la lista que encabeza Vanina Biasi.

Vanina Biasi: la chance de armar una oposición real a los Milei y los Macri
El final de la campaña en CABA y las claves políticas para impulsar una alternativa. -
prensaobrera.com