En marzo comenzarán a regir aumentos en los combustibles, las tarifas de luz, las prepagas y las cuotas de los colegios. El gobierno de Milei avanza en una agenda política y económica que tiene como principales beneficiarias a las patronales. En este contexto de inflación creciente, para los trabajadores, la lucha por la recomposición de los salarios toma una importancia más que relevante.

Combustibles

El Ejecutivo irá hacia la segunda suba de impuestos al combustible líquido y al dióxido de carbono. Esto incide en el precio final de las naftas y del gasoil, que aumentarán un 4,4% y casi un 3% respectivamente. Así, en CABA, la nafta súper pasaría a costar $777 y la premium $958.

El gobierno ya había implementado un aumento de las naftas del 6% a principios de febrero y en mayo tiene planeado ir hacia una nueva suba. Con todo, los aumentos podrían ser mayores si el gobierno avanza en una política de “crawling peg” (minidevaluaciones). Es que el precio del gas está dolarizado.

Estamos ante una política de beneficio a las petroleras, que están arrimando los precios del mercado interno a los del mercado internacional. Y también ante la demostración de que Milei es un mentiroso, puesto que viene subiendo impuestos perjudicando a los trabajadores, a quienes les prometió no meterles la mano en los bolsillos.

“Los impuestos son un robo”, decía Milei en campaña. Terminó convirtiéndose en otro ladrón al servicio de los capitalistas.

Luz

Las facturas de luz llegarán a los hogares con aumentos de hasta un 150%. Se trata de regalo para Edesur y Edenor, empresas capitalistas vaciadoras del sistema eléctrico.

Los usuarios de ingresos bajos pasarán a pagar más de $7.000, tomando en consideración un consumo de 380 KV/h por mes. Y los de ingresos medios casi $8.000, aunque si superan los 400 KW/h mensuales la factura se dispararía a $34.000. Golpazo contra la clase obrera y contra la clase media.

Además, el gobierno dio luz verde a que haya tarifazos permanentes a partir de mayo, con la actualización mensual del componente de distribución. Y viene de poner más condiciones para acceder a una tarifa subsidiada; quienes hayan comprado dólares o cualquier moneda extranjera en los últimos 3 meses, quienes hayan viajado más de una vez al exterior en los últimos cinco años y quienes paguen telefonía celular por el equivalente a más de un 25% del salario mínimo (cada vez más destruido) dejarán de percibirla.

También quedarían por fuera de los subsidios quienes cuenten con una cobertura de medicina prepaga que no esté vinculada a un trabajo en relación de dependencia. Esto afecta a los miles y miles de trabajadores que no están registrados como asalariados (cuentapropistas, autónomos).

Por otra parte, para los trabajadores que utilizan estufas eléctricas, que son muchos, estas subas ponen en jaque su calefacción para la temporada de invierno, máxime si se tiene en cuenta que el precio de las garrafas viene en ascenso.

Prepagas

Las prepagas aumentarán aproximadamente un 23%. Será el tercer aumento en lo que va del año. Grupos capitalistas como Galeno, Medifé y Swiss Medical son los grandes ganadores de la política capitalista del elenco libertario. A su vez, hospitales de colectividad (Alemán, Británico, Italiano) anunciaron aumentos de hasta el 21% en sus planes.

El DNU que puso en marcha el gobierno nacional contiene beneficios para las prepagas. Milei avanza por este camino en el marco de una crisis de las obras sociales y de un ajuste del gobierno contra las mismas y contra los hospitales. Ya viene de cerrar la asistencia de medicamentos a personas con cáncer y enfermedades crónicas.

El gobierno pretende ir hacia la privatización de las obras sociales y de la salud toda para satisfacer las pretensiones de los capitalistas de la medicina privada.

En un cuadro de agudizamiento brutal de la pobreza, ¿cómo podrá un trabajador costearse tratamientos y medicamentos para atender sus problemas de salud? Estamos ante un gobierno criminal.

Colegios privados

El incremento de las cuotas de los colegios privados subvencionados podría superar el 30%. En este marco, los establecimientos educativos porteños aumentarán un 40% frente a la cuota de diciembre y los bonaerenses un 50%. 1,3 millones de niños y adolescentes asisten a estos establecimientos en el conurbano bonaerense, mientras que en CABA lo hacen alrededor de 300 mil alumnos.

Las cuotas de jardín y primaria en Buenos Aires podrían oscilar entre los 17.200 y los 91.700 pesos, mientras que en CABA entre los 19.000 y los 87.900 pesos. Esto, en un cuadro donde el 60% de la población es pobre y el salario promedio está en caída libre.

Muchísimas familias se verán imposibilitadas de afrontar las cuotas y obligadas a pasar a sus hijos a los establecimientos públicos, que están en una situación de colapso. Milei agrava este cuadro recortando su presupuesto, condenando a los docentes a la miseria salarial y a un sector importantísimo de pibes y pibas al hambre. Los paliativos insignificantes que ha lanzado no alteran para nada esta tendencia general.

La pelea por los salarios y contra los aumentazos

Milei avanza en aumentazos y en recortes de subsidios para arrimarse a las metas fiscales que exige el FMI.

En este cuadro, la inflación de febrero podría superar el 15%, consolidando aproximadamente un 70% si se suman los índices de diciembre y enero. Estamos ante mazazo contra los salarios, puesto que la mayoría de las paritarias no se arriman ni un poco a ese porcentaje. Solo el Sutna, el sindicato del neumático, tiene su paritaria indexada al ritmo de la inflación.

Los trabajadores tenemos el desafío de organizarnos en los lugares de trabajo por la reapertura de paritarias y por un aumento de los salarios que esté a tono con la inflación y con la canasta básica familiar, estimada en enero en más de $600.000.

El movimiento obrero tiene enormes desafíos por delante. Los conflictos se vienen recalentando, como lo demostraron los paros en Sanidad, en Ferroviarios, en la docencia y en ATE. Camioneros salió a reclamar una reapertura de paritarias. Hay que generalizarlos y darles un norte estratégico: un plan de lucha por todos los reclamos de la clase obrera.

La CGT no tiene como objetivo ir hacia una perspectiva de este tipo. Por eso es clave ir hacia una asamblea nacional de ocupados y desocupados, de las asambleas barriales y de todos los sectores que quieran salir a plantarse contra el gobierno antiobrero y reaccionario.