Políticas

13/11/2025

Editorial

Los desafíos de la situación política

Para el gobierno un plan de guerra contra los trabajadores, para nosotros la derrota del gobierno.

El “periplo” del Congreso para ir a fondo contra los trabajadores.

Milei ha definido con toda claridad que el resultado electoral favorable que obtuvo el pasado 26 de octubre debe servir para ir a fondo contra los trabajadores, y está ordenando el “relanzamiento” de su gobierno en función de este objetivo. Pretende además que esta cruzada -que la clase capitalista y sus partidos acompaña prácticamente sin fisuras- postergue los enfrentamientos y crisis que provoca su política económica entre los propios capitalistas.

Para esto, vía las reuniones con gobernadores, abogados y sindicalistas está armando el paquete de leyes que debieran salir del Congreso, entre diciembre y abril aproximadamente, que empiezan con el Presupuesto y siguen con las reformas laboral, tributaria y del Código Penal.

En todos ellos se delinea un verdadero plan de guerra contra los trabajadores. El “periplo” en el Congreso comenzará con el tratamiento del Presupuesto 2026 que busca profundizar el ajuste criminal. Luego vendrá la reforma laboral con el objetivo de imponer un régimen esclavista llevándose puestos derechos elementales como la jornada de ocho horas, la indemnización, los convenios colectivos por rama y nacionales, la ultraactividad -que asegura que por la simple negativa de las patronales a aceptar los acuerdos caigan los convenios sin más-, los “pisos” que fijen las condiciones mínimas que deben regir en la relación entre los trabajadores y la patronal, entre otros. Son todos derechos que se consiguieron con la lucha, y que luego a través de leyes se buscó, más que garantizarlos, regimentarlos.

El periplo sigue con la reforma tributaria que buscará rebajar impuestos a los capitalistas y profundizar las cargas sobre consumidores, que pretenderá aliviar el mal llamado “costo laboral” eliminando o disminuyendo los aportes patronales -no los de los trabajadores- para la salud (obras sociales y Pami) y para las jubilaciones. Con la reforma del Código Penal se busca reforzar una regimentación del derecho de protesta, movilización, etc. y aumentar las penas sobre delitos menores –por robar un celular Bullrich pide ¡12 años de cárcel!- buscando armar un estado policial en las barriadas y calles del país con más poder a los aparatos de seguridad relacionados con el narcotráfico, la trata, los desarmaderos y el juego clandestino.

¿“Paz cambiaria”? El pacto secreto de Bessent-Caputo

El gobierno debe afrontar varios frentes de tormenta en su propósito, uno es la situación económica. El triunfo electoral del gobierno -fruto de la intervención del imperialismo y directamente de Trump- no ha modificado la profunda crisis que apenas 15 días antes lo colocaba no solo perdiendo por paliza las elecciones sino que planteaba un interrogante sobre su continuidad: la fuga de capitales no ha mermado, la caída del consumo continúa y a pesar de ello la inflación sigue subiendo (2,3% en octubre), la producción sigue en caída y las importaciones –sobre todo chinas- propiciadas para contener la inflación y los efectos de la devaluación de los últimos meses inundan el mercado local en rubros vitales como es el de autos, textiles, etc.

Tampoco se ha despejado el fantasma del default, porque hoy el gobierno no tiene las reservas que garanticen el cumplimiento de los compromisos: las netas son negativas en 12.000 millones dólares y el swap norteamericano es un misterio del cual no se sabe el monto, los plazos, las condiciones, ni los intereses. El propio ministro se refugió en una cláusula de confidencialidad para negar información, o sea, el pueblo argentino deberá hacerse cargo de un cheque en blanco que nunca firmó, solo por esto Caputo y Milei deberían ir en cana, sin embargo ningún partido de la oposición acusa recibo. Recientemente, en la reunión de Fiel, Toto Caputo dijo que la compra de reservas no era una prioridad. ¿Entonces de dónde va a sacar los dólares? De un mayor endeudamiento, para eso estaría el peculiar swap con Estados Unidos; el presidente del JP Morgan -que maneja el Ministerio de Economía, el Banco Central y la Cancillería argentinas- ha dicho que por ahora no habrá préstamo de U$S 20.000, que “Argentina no lo necesita”.

El panorama como se ve es por lo menos confuso lo único claro es que se armando una terrible hipoteca. ¿Cómo se explica entonces que haya caído el riesgo país a 600 puntos, y que haya una “paz cambiaria” que el gobierno propagandiza como la confirmación de los problemas que tuvo respondían enteramente al “riesgo kuka”? El gobierno volvió a armar un carry trade y el anuncio de la decisión de recomprar deuda ha hecho subir los bonos -mayor deuda-, es decir, más que un “paz cambiaria” tenemos un festival de un grupo de especuladores.

El rescate del Tesoro norteamericano al gobierno le permitió ganar la elección y zafar de una devaluación, pero a la par se ha redoblado una presión de capital financiero para que esa devaluación termine ejecutándose. En primer lugar, porque con el nivel actual de reservas no está asegurado el pago de la deuda. Por otra lado, una devaluación va a abaratar todo lo que es el copamiento de determinados sectores que el gobierno quiere vender al capital extranjero porque los dólares que vengan van a representar más pesos, o sea una devaluación abarata los activos argentinos. Pimco, uno de los principales grupos en el manejo de inversiones, puso como condición para derivar inversiones a la Argentina que se libere el mercado de cambio; en la reunión de Fiel intervinieron en el mismo sentido Dujovne, López Murphy y Cavallo; este último puntualizó que “aunque estén Trump y Bessent detrás, acumular reservas es ineludible”. También el FMI ha recordado que el acuerdo Argentina establecía que tenía que sumar más de U$S 10.000 millones de dólares a diciembre y hoy no los tiene. A esto se suman los reclamos de exportadores por una devaluación directa y los industriales que no se han convertido en importadores y se ven desplazados de un mercado cada vez más deprimido.

El gobierno, por el momento, se resiste a devaluar porque quiere evitar tener que enfrentar las consecuencias, como un repunte inflacionario, una crisis con los sindicatos por los salarios y que pueda entorpecer los acuerdos para que pasen las reformas. No se puede descartar que, si el gobierno se aferra a no devaluar, en un momento determinado el capital financiero busque imponérselo, sea por un ultimátum del Tesoro yanqui que no quiera ayudar ante una nueva corrida o porque no pone más guita, lo concreto es que puede haber una crisis si no devalúa. Para más, el emblocamiento de Milei con el gobierno de Trump ata a la Argentina a los intereses geopolíticos del imperialismo y a la propia situación de Trump en particular, que acaba de perder las elecciones en Nueva York a manos de Mamdani y en todas las diferentes elecciones que se hicieron ese día en diversos Estados, en un cuadro de una fuerte caída de su popularidad y de una economía que lejos de crecer amenaza con una gran crisis. Esto coloca a Argentina como peón para hacer de América Latina un patio trasero dominado integralmente por el imperialismo norteamericano, desplazando a China, desenvolviendo un despliegue militar inusitado en el Caribe.

Como el Garrahan

El gobierno se ha lanzado a este plan de guerra con la economía en crisis y las elecciones no la han dado tampoco el respaldo para avanzar, más que indicar apoyo para esta cruzada antiobrera reveló la total complicidad de la oposición patronal y del peronismo en particular de sostener a Milei, han sido los responsables del triunfo de La Libertad Avanza. El gobierno cree que los votos para las reformas antiobreras los tiene porque los gobernadores han dado el aval, algunos en forma explícita y otros esperando hacerlo. Por otro lado la burocracia sindical en términos generales está dispuesta a la negociación. A las voces de CFK, Hagman y Grabois reconociendo que una “reforma es necesaria”, se sumó Emilio Pérsico planteando que no hay que perder tiempo contra la reforma porque solo afecta al 25% de los trabajadores que son los registrados y que lo que hay que hacer es preocuparse por el resto. La canallada de Pérsico consiste no solo en dejar al “25%” liberado a la voracidad patronal, sino que además miente porque la reforma laboral afecta también a los no registrados que nunca accederán a los derechos que tienen hoy los registrados.

A pesar del espíritu colaborador -con los capitalistas- de la oposición, la burocracia sindical y la de las organizaciones sociales para el gobierno el gran desafío es que la clase obrera quedé neutralizada, es decir, que no intervenga en un problema que la tiene como principal afectada. Por eso sin necesidad de esperar a diciembre el gobierno ha comenzado una guerra contra los trabajadores del Garrahan, que busca sea una lección para toda la clase obrera. Después de anunciar un aumento salarial significativo (61% sobre el básico) que se acerca a lo reclamado por los trabajadores y que fue el resultado de 6 meses de una lucha ejemplar y con un apoyo popular propio de las grandes epopeyas del pueblo argentino, el gobierno decidió iniciar sumarios en masa contra los trabajadores y pedidos de desafueros contra delegados de la Junta Interna de ATE y de APyT. Es claro que busca “vengarse” de la victoria de la lucha atacando al activismo para poder desmantelar al Garrahan que sigue siendo su propósito. Con los mismos métodos que se obtuvieron el triunfo salarial y la ley de emergencia pediátrica (que aún no está aplicándose) los trabajadores del Garrahan acompañados por la movilización popular se preparan para frustrar ese objetivo de Milei y producirle una nueva derrota.

Ahora serán los diputados y senadores que responden a los intereses capitalistas los que pretendan fijar las reglas de la relación entre trabajadores y patrones, cuando estas debieran ser fijadas por la deliberación de los trabajadores en sus asambleas, plenarios o congresos, y su confrontación con las pretensiones de las patronales. Los trabajadores no podemos dejar en manos del Congreso, ni de los vericuetos de la Justicia, ni someter a la política de parálisis de la burocracia sindical el futuro de nuestras condiciones de trabajo, que no son otra cosa que nuestras condiciones de vida. Nuestro futuro depende de las fuerzas que pongamos en movimiento para derrotar al gobierno. Por empezar el 20 de diciembre ya hay una convocatoria de la mesa del plenario del sindicalismo combativo, el movimiento piquetero y los jubilados para movilizarse en el aniversario del Argentinazo con centro en el rechazo a la reforma laboral, es una de las resoluciones que votó el plenario piquetero del 6 de noviembre pasado en Parque Lezama.

El Partido Obrero va a poner todas sus fuerzas en esta tarea, apelaremos a la agitación y a la propaganda para alertar sobre lo que está en discusión, para combatir los argumentos que pretenden culpar a los trabajadores de la falta de trabajo cuando lo que domina es el costo capitalista y no el costo obrero, para que en los trabajadores y sobre todo en el activismo se haga carne que la clase capitalista quiere de esta manera someternos a un régimen de esclavitud para mejorar sus propios beneficios. Al servicio de esta tarea estarán nuestros diputados y voceros, nuestras agrupaciones en los gremios, barrios, etc. Impulsaremos la movilización popular y el frente único con este propósito.

Esta batalla se gana en las calles y con los métodos de la clase trabajadoras, es la enseñanza de la lucha del Garrahan. El Frente de Izquierda tiene que concentrarse en estos objetivos.

Ni asambleas, ni delegados, ni negociación colectiva: la reforma laboral contra la organización de los trabajadores
El gobierno pretende limitar la representación gremial, la dleiberación y el derecho a la organización en el lugar de trabajo. -
prensaobrera.com
Las lecciones del triunfo de Mamdani
Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E41. -
prensaobrera.com