Políticas

26/12/2020

Kicillof y Berni ponderan “el prestigio” de la bonaerense de la represión, el gatillo fácil y el motín

En el acto por el día de la policía bonaerense

En horas de la tarde del miércoles 23 de diciembre se desarrolló en la escuela de formación policial “Juan Vucetich”, ubicada en Berazategui, un acto conmemorativo por los 199 años de la fundación de la policía bonaerense. La jornada contó con la presencia del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni.

Kicillof ratificó, entre elogios y vitoreos, la defensa de una clara política represiva en la Provincia de Buenos Aires; así como la defensa incondicional para ello a una fuerza completamente descompuesta, que ha protagonizado en el transcurso del año cientos de casos de gatillo fácil y brutalidad policial.

El acto del gobernador pretendió sobre todo dar por zanjado el enfrentamiento con la fuerza que se habría expresado en el motín policial en el mes de septiembre. El motín culminó con la claudicación total del gobierno frente a los sublevados, pero de todas maneras Kicillof quiso reforzar la idea de que no han quedado rencores. El motín supo aprovechar a su favor el rol estratégico que el gobierno nacional y provincial le ha reservado a las fuerzas represivas en el control social. Cobraron el trabajo de militarizar los barrios populares y los lugares de trabajo en conflicto en aumentos salariales que están muy por encima de los que recibió cualquier empleado del Estado, y también en promesas de impunidad cuando se multiplicaban los reclamos por la desaparición y asesinato de Facundo Castro. También sirvió el acto para respaldar al Berni, el ministro colocado en su cargo por Cristina y Kicillof que está en una campaña bolsonarista permanente y cuya cabeza ha sido pedida por movimientos de lucha y organismos de Derechos Humanos todo el año haciendo del Fuera Berni uno de los reclamos políticos de lucha centrales del año. La orientación de Berni no es un capricho personal, es la que le dictan sus jefes políticos.

Hay un abismo entre esta orientación política y la de un movimiento popular que se ha conmovido por Facundo, por los cientos de pibes igualmente asesinados en las barriadas del conurbano, las represiones en los distintos conflictos obreros o los desalojos a base de brutalidad policial, militarización, incendio de casillas y topadoras en Guernica como en todas las recuperaciones de tierras que se sucedieron en la Provincia.

La línea de Kicillof y Berni en el acto de la bonaerense afirma un orientación clara. El reforzamiento de la represión y la militarización del conurbano bonaerense han sido pilares fundamentales que su gobierno ha tenido para responder a los crecientes reclamos populares, que se diseminaron frenéticamente durante el año en curso como una expresión genuina del agravamiento de la crisis, su impacto en las condiciones de vida de las masas de trabajadores cada vez más empobrecidos; y cuyo amedrentamiento ha sido una condición inseparable para volcar todo su capital político a la renegociación y el pago de la deuda provincial y la garantía a los negociados capitalistas en la provincia.

Peor todavía, esta política represiva se profundizará inevitablemente en el año entrante. La reciente votación del presupuesto provincial 2021 en la Legislatura, que fue aprobado con el voto cómplice entre Juntos por el Cambio y el Frente de todos (y rechazado por el Frente de Izquierda) vaticina, aparejado a la votación de la Ley Fiscal, un mayor ajuste, la acentuación de la carestía y los golpes al salario, así como también la amplificación de los fallidos esfuerzos para renegociar a cualquier costo los vencimientos de deuda externa con los bonistas y abrir camino a un nuevo sobreendeudamiento. Este cuadro será el que lleve a límites explosivos las contradicciones entre un régimen de hambre y saqueo y las necesidades populares que han motorizado en la Provincia de Buenos Aires los reclamos para los que Kicillof y Berni sólo han ofrecido los palos y las balas de la policía bonaerense.

Por tanto, la lucha contra los casos de gatillo fácil, represión y brutalidad por parte de la policía bonaerense se plantea indiscernible de la campaña de movilización contra el presupuesto de ajuste, y del verdadero plan de guerra que multiplicará contra las condiciones de vida de los trabajadores. Un plan de guerra que acentuará el hambre, la crisis habitacional, la pérdida de puestos de empleo, la flexibilización laboral, los ataques a la educación y la salud y los tarifazos. Organicemos entonces la respuesta conjunta de los trabajadores de la provincia de Buenos Aires en defensa de todos sus reclamos y reivindicaciones para articular una salida propia.