Políticas
29/6/2024
editorial
Las tareas y conclusiones del XXIX Congreso del Partido Obrero
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Congreso del Partido Obrero. Foto: Federico Imas @ojoobrerofotografía
El XXIX Congreso del Partido Obrero, que sesionó del 20 al 23 de junio, debatió y adoptó con sus resoluciones un plan de acción para impulsar la intervención de los trabajadores bajo sus propios intereses y objetivos.
El congreso, con la participación de centenares de delegados de todo el país, se concentró en debatir la situación internacional, la ofensiva capitalista de Milei en el marco de la crisis que atraviesa la Argentina y los ataques a las libertades públicas, a las organizaciones de lucha y en particular a nuestro partido y al Polo Obrero.
La intervención en la lucha de clases, la presencia de nuestro partido en las luchas tanto apoyándolas como siendo organizadores, su compromiso con el triunfo de las mismas, fue debatida y planificada en las nutridas comisiones del “movimiento obrero”, del “movimiento piquetero” y de la “juventud”. Las tareas de construcción, desarrollo y defensa de nuestro Partido, en el medio de los ataques que estamos recibiendo por parte del gobierno de Milei y del Estado todo, fueron abordadas en las comisiones de organización, de Prensa Obrera y Comunicación, y con resoluciones particulares sobre la formación política en el programa del socialismo revolucionario.
¡Abajo los gobiernos del hambre y la guerra!
El debate de la comisión internacional del Congreso del PO contó con la presencia de invitados de corrientes políticas de Italia, Grecia, Turquía, Perú, Chile, Estados Unidos, Brasil, Cuba, que aunque vienen de otras tradiciones políticas hemos venido confluyendo en una comprensión común sobre un aspecto central de la situación internacional: la guerra. Cuando una parte de la izquierda mundial se ha colocado en el campo de la Otan, con el argumento agitado por el imperialismo de “defender la democracia” y/o la “autodeterminación de Ucrania”, y otra en el alineamiento junto a la oligarquía restauracionista comandada por Putin, las corrientes que intervinieron en la comisión internacional del congreso sostienen la necesidad de una política independiente contra las dos facciones enfrentadas y por la unidad de los trabajadores contra la guerra y por la derrota de los gobiernos de ambos bandos.
La situación internacional está dominada por la expresión más criminal de la crisis sistémica del capitalismo que son las guerras y el aumento exponencial de la miseria. La guerra es la expresión de que la bancarrota capitalista ha llegado a un nivel en que ya no puede procesarse sólo en términos económicos (quiebras, aranceles, etc.), políticos y diplomáticos, y que por eso crece el gasto en armamento y la tendencia a una tercera guerra mundial. En Ucrania la Otan está comandando una guerra con consecuencias atroces para el pueblo ucraniano cuya deriva es la regionalización del conflicto involucrando al conjunto de la Europa en una carnicería para llevar hasta el final el proceso de restauración capitalista y colonización en sus términos por parte del imperialismo en los ex Estados obreros, enfrentando al gobierno de Putin y los oligarcas rusos que intentan conducir ese mismo proceso en sus propios términos.
El sionismo con la colaboración directa del imperialismo yanqui está llevando adelante un genocidio contra el pueblo palestino en su afán de provocar una limpieza étnica para terminar de apoderarse del territorio histórico de Palestina sobre la base de la expulsión de su pueblo.
Las corrientes políticas que nos acompañaron en el Congreso y realizaron una Conferencia Internacional, en los días posteriores, son todas ellas fuerzas actuantes en la lucha de clase lo cual nos permitió avanzar en acciones comunes, algunas de las cuales ya hicimos en el pasado, y que tuvieron su expresión en el acto internacional que hicimos el pasado miércoles 27.
La tarea central: construir partidos de combate que luchen por el gobierno de los trabajadores y una internacional revolucionaria, que para el PO es la Cuarta Internacional.
¡Preparar la huelga general para derrotar al gobierno de Milei! Por una salida obrera y socialista
La “comisión de la situación política” del Congreso del análisis de la situación política nacional concluyó en que “la consigna que mejor condensa una orientación estratégica para la etapa es ‘Preparemos la huelga general para derrotar a Milei’ y, en segundo lugar, ‘abajo la motosierra de los gobernadores’. Estas consignas ofrecen una orientación general a la vanguardia obrera y juvenil, planteando que deben ser los trabajadores quienes deben desplazar a Milei y no maniobras parlamentarias o palaciegas” (de la resolución política votada por el congreso)
La preparación de la huelga general requiere de “una intensa agitación política y del reagrupamiento del activismo combativo y antiburocrático, y de la organización de ese activismo en sus lugares de trabajo, de estudio y en las barriadas, a través de nuestras agrupaciones y en el propio partido, para luchar contra los despidos, por los salarios, contra el hambre y por todas las reivindicaciones urgentes de los trabajadores y la juventud. Las reivindicaciones inmediatas siguen ocupando un lugar fundamental en la lucha por la preparación de la huelga general” (ídem).
La resolución alerta sobre la necesidad de desnudar a los trabajadores sobre el papel del peronismo en la actual crisis que con el argumento de una lucha por el gobierno deja pasar, y ejecuta en sus provincias, el ataque a los trabajadores que hoy comanda Milei: “la lucha por ‘derrotar a Milei’ establece una clara divisoria de aguas con la estrategia del peronismo, que le rehúye como a la peste a la posibilidad de una intervención obrera independiente de alcance histórico y defiende la vía institucional burguesa. Pero la línea estratégica del peronismo (‘preparar las elecciones 2025 y 2027’) conduce al movimiento obrero y popular a una derrota histórica, equivale a que Milei logre imponer todo su plan de guerra contra los trabajadores. Se trata de un punto de polémica clave con la vanguardia obrera y juvenil que aún mantiene expectativas en el kirchnerismo”.
La resolución política del XXIX Congreso plantea una “salida obrera y socialista” a la crisis nacional: “Un programa de salida a la crisis significa oponer a la catástrofe social una salida político-económica de la clase obrera: el gobierno de trabajadores. Ante el cuadro de desorganización económica generalizada planteamos la ruptura con el FMI, el cese del pago de la deuda, la nacionalización del sistema bancario y el comercio exterior, y el control obrero general de la economía, para destinar el ahorro nacional a un plan de reactivación económica. Ante la carestía generalizada planteamos el salario el aumento general de emergencia de salarios y jubilaciones, llevándolos al costo de la canasta familiar, y su indexación automática por inflación. Ante los cierres y despidos masivos, planteamos la ocupación de las fábricas por sus trabajadores, su expropiación sin pago ni indemnización y el reparto de las horas de trabajo disponible sin reducción salarial. Ante la desocupación masiva planteamos el seguro universal al parado. Ante el progreso de la depredación ambiental capitalista planteamos la nacionalización de los recursos y bienes comunes, bajo control obrero, y el derecho a veto de las comunidades afectadas por emprendimientos contaminantes. La agitación sistemática de Milei contra el comunismo, con independencia de las gigantescas distorsiones que introduce adrede, establece al socialismo como el enemigo estratégico de su gobierno y su doctrina económica y política. Es necesario explotar ese lugar de ‘oposición estratégica’ reivindicando abiertamente nuestra condición socialista y el contenido social y político de la salida que pregonamos”.
La comisión definió una serie de tareas y resoluciones en función de la consigna central votada por el Congreso entre ellas se destaca “la salida de un Carta Abierta del XXIX Congreso del Partido Obrero, que condense las caracterizaciones, conclusiones y tareas volcadas en el presente documento. La Carta será la base de un plan de propaganda, a través de charlas con los voceros nacionales y distritales en locales y universidades”, “la realización de plenarios políticos-sindicales zonales, que permitan reagrupar al activismo sindical y la militancia partidaria de los frentes barriales y juveniles, como un instrumento de reclutamiento y que permitan impulsar iniciativas de agitación política general y de penetración y organización en cada gremio y frente” y realizar en la primera quincena de setiembre un plenario nacional de la Coordinadora Sindical Clasista.
También la comisión definió impulsar: “una movilización para el 9 de julio en Tucumán rechazando el Pacto de Mayo que impulsa el gobierno, bajo la consigna ‘Abajo el pacto antiobrero y antinacional’”.
¡Derrotemos la represión y la persecución contra las organizaciones populares con la movilización independiente de los trabajadores!
Milei pretende prohibir desde el derecho de huelga a cualquier expresión activa de protesta, lo cual equivale a la ilegalización de la oposición social y política. Esta intención quedó expresada de entrada con el protocolo antipiquetes de Bullrich, pero luego con la represión directa a movilizaciones, marchas, etc. y que en el caso del 12 de junio llevó a una verdadera cacería de activistas y una pretensión de agravar la condición de los detenidos cuando el fiscal Stornelli los acusa de sedición y terrorismo, elevando sustancialmente la gravedad de la denuncia y las eventuales penas y sentando un precedente peligrosísimo para todo el movimiento popular.
La persecución contra el movimiento piquetero y el PO merece un análisis particular. El ensañamiento contra el movimiento piquetero apunta a desarticular a la fracción de la clase obrera más empobrecida, que ha jugado un papel de vanguardia en la lucha de clases durante todo el último período. La clase capitalista tiene claro que “el movimiento piquetero encarna una de las principales herencias que la rebelión popular de 2001 legó a las actuales generaciones de trabajadores”.
Cuando el gobierno ataca el Partido Obrero busca condenar al partido más resuelto y consecuente en el impulso de la acción directa de los trabajadores ocupados y desocupados contra el capital, su Estado y sus gobiernos. Nuestro partido se encuentra bajo el mayor ataque orquestado por el Estado capitalista que haya sufrido en su historia. “Con este ataque, pretenden equiparar al PO con los partidos del régimen, todos ellos envueltos en la corruptela legal o ilegal, encarcelar a nuestros dirigentes y, si fuera posible, ilegalizarnos”.
Sobre esta caracterización el Congreso votó un plan de acción: 1) editar una declaración del Partido que condense nuestra comprensión de la situación en este terreno y los desafíos que enfrentamos los trabajadores. Impulsar una audiencia pública en el Congreso Nacional por la liberación de los detenidos del 12 de junio y un Plenario antirrepresivo nacional de frente único; 2) instrumentar la puesta en marcha, en forma inmediata, de la Campaña Financiera. En ella se juega, en gran medida, la consistencia y la supervivencia del PO contra los ataques del Estado.
Con esta comprensión y las tareas que de ellas se desprenden el Partido Obrero encara su intervención en la lucha de clases con el objetivo de abrir el camino a una salida obrera y socialista, al gobierno de los trabajadores.