Ambiente

28/10/2020|1608

La “responsabilidad ambiental” de Cabandié

Vamos al segundo plenario nacional abierto impulsado por Tribuna Ambiental, el viernes 30 a las 18:00 por Zoom.

El pasado sábado 24 de octubre, fijado como el Día Internacional contra el Cambio Climático, resonó en las redes y grupos de Whatsapp de activistas ambientales un tuit publicado por el ministro Juan Cabandié con un video en que se insta a “reflexionar y accionar” frente a las distintas catástrofes que recorren el mundo: sequías, incendios, olas de calor, huracanes e inundaciones. Con eje en la “responsabilidad ambiental”, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable dijo que “la lucha contra el cambio climático” es una prioridad para el gobierno de Alberto Fernández.

Sin embargo, el día anterior ese gobierno había sido el blanco de una nueva manifestación contra la tentativa de concretar el acuerdo porcino con China. Simultáneamente, se difundía una carta firmada por más de 700 científicos exigiendo que se dé marcha atrás en la aprobación del trigo transgénico HB4. Podemos agregar, además, que hace poco fue presentada con el aval de 30.000 chubutenses la Iniciativa Popular contra la nueva ofensiva megaminera en la provincia -apoyada en la baja de retenciones decretada por el gobierno nacional.

La misma semana se habían confirmado graves consecuencias en el PH del agua en Córdoba como resultado de los incendios de más de 300.000 hectáreas de monte nativo, el gobierno de Salta flexibilizó los controles y estudios de impacto ambiental para las empresas, mientras que en Neuquén fue duramente reprimida y judicializada la lucha en defensa del río Nahueve contra el negociado de la microcentral.

El contraste entre el relato oficialista y la realidad es brutal, y se profundiza al calor de la crisis económica. La supuesta salida que fogonean Alberto Fernández y los gobernadores es una reprimarización económica que sirva como vía para recaudar dólares y hacer frente al repago de la deuda. Las graves consecuencias ambientales de esta política, así como la reacción popular que despierta en algunos casos (Mendozazo contra la “ley cianuro”) abre debates que llegaron para quedarse en la escena política.

La centralidad del acuerdo porcino con China

Es muy extendido el repudio a las negociaciones que encabeza el canciller Felipe Solá sobre el memorándum de entendimiento con China para instalar factorías de granjas industriales de cerdos. No solo el activismo ambiental, sino científicos, artistas, profesionales de la salud, abogados y tantos otros se han manifestado en rechazo. No obstante, el gobierno sigue firme en la convicción de sellar el acuerdo en el mes entrante.

Las consecuencias ambientales, sociales y sanitarias serían variadas, y ya fueron explayadas en estas páginas. Pero también estas potenciales fábricas de pandemias son, a su vez, un mayor incentivo para el avance del agronegocio. La producción de alimentos para estos animales requerirá expandir la frontera agrícola, redoblando la embestida contra los bosques nativos y humedales, y las comunidades originarias y campesinas que los habitan.

Los pooles de siembra y los pulpos exportadores fueron recientemente beneficiados con la baja de las retenciones y la aprobación del trigo HB4, mientras mantienen encanutada la cosecha en silobolsas para apostar a una mayor devaluación. Como mencionamos, las divisas provenientes de la exportación de la carne porcina no servirán para atacar los problemas urgentes de los trabajadores ni de las poblaciones locales donde se instalarán estas granjas, sino que su destino será el pago de la deuda externa fraudulenta a los bonistas y el FMI.

Por eso, la negativa a la firma de este acuerdo apunta contra el corazón de la orientación económica que persiguen Alberto Fernández y Martín Guzmán. Derrotar esta iniciativa haría retroceder a los depredadores del ambiente y también a los funcionarios políticos que se someten a estos a cambio de regalías. Resulta central partir de esta concepción para comprender que no se puede estar de ambos lados del mostrador. Lo de Cabandié es una impostura.

 

 

La juventud y las luchas del movimiento ambiental

Frente a este panorama, el movimiento ambiental está interviniendo en la escena política. Con distintos grados de convocatoria, las movilizaciones ambientales se hicieron presente durante toda la pandemia y en todo el país, retomando el proceso de luchas abierto el año pasado con las huelgas internacionales por el clima y la rebelión mendocina.

Dentro del movimiento, la presencia juvenil es destacable, lo cual es comprensible. En la última década, las catástrofes ambientales crecieron con vertiginosa velocidad y los análisis sobre el cambio climático así lo demuestran. La proyección de estos fenómenos a mediano plazo marca cifras alarmantes sobre el impacto en los diversos ecosistemas y del planeta mismo, incluido el riesgo de las formas de vida tal cual las conocemos hoy. Amplios sectores de la juventud ven con sus propios ojos las consecuencias del desarrollo capitalista, la miseria y la destrucción a la que nos somete este régimen social, y luchan por su futuro.

Es por eso que está planteado el debate acerca de la necesidad de una transformación social de fondo. Pero para desarticular la lógica capitalista sobre la cual se basa la producción hace falta cambiar de manos las tierras y los medios de producción. Por eso es estratégico que las luchas reivindicativas del movimiento ambiental se fundan con las de la juventud y el movimiento obrero.

Para derrotar el acuerdo porcino con China, los desmontes, los incendios, la megaminería a cielo abierto, defender el agua y los humedales, es necesario mantener las acciones callejeras y fortalecer un frente único de todo aquellos dispuestos a enfrentar la orientación depredadora del gobierno y los pulpos que saquean las riquezas del país. Con este objetivo es que se realizará el próximo viernes 30, a las 18 horas, el segundo plenario nacional abierto convocado por Tribuna Ambiental.