Políticas

5/9/2022

La “paz social” fue quebrada por el ajuste capitalista

Movilización piquetera

Tras el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la Cámara de Diputados realizó el sábado una sesión especial para discutir el tema. El bloque del Frente de Todos presentó un proyecto de repudio que incorporaba también una exhortación a la dirigencia política y a la población “a buscar todos los caminos que conduzcan a la paz social”.

Ambas cuestiones deben ser diferenciadas. El atentado, que viene precedido por un clima fascistizante promovido desde sectores del poder político y los grandes medios de comunicación, merece el mayor de los repudios. En cambio, el de la “paz social” es un planteo tramposo, porque busca maniatar a los trabajadores en la lucha por sus reivindicaciones, en momentos que el gobierno aplica un plan de ajuste por cuenta y orden del FMI.

La cuestión de la “paz social” es previa al atentado a la vice, como lo muestran los llamados oficiales a un “acuerdo social” entre las organizaciones obreras y las patronales. El propósito es contener la lucha por el salario, el trabajo y las condiciones laborales (con el inestimable apoyo de la burocracia de los sindicatos), mientras se devalúa la moneda, las empresas siguen remarcando, aumentan las tarifas, se avanza contra los convenios colectivos de trabajo y continúa la fuga de capitales. En definitiva, es parte de un plan para descargar la crisis sobre los hombros de los sectores explotados.

La crisis capitalista es, en rigor, el principal factor de alteración de la vida social. El aumento del precio de los alimentos y de la energía está conduciendo a un incremento de la pobreza y a la incertidumbre a las masas en el mundo. Por eso, en los últimos meses hubo estallidos populares en Sri Lanka (donde cayó el gobierno) y Ecuador, al igual que importantes manifestaciones en Panamá, Albania, Sudán, Bangladesh, Sierra Leona y Haití.

La espiral inflacionaria y el deterioro del poder adquisitivo está en la base de la ola de huelgas en el continente europeo. El Reino Unido, con los paros ferroviarios y de otros tantos sectores obreros, está a la cabeza. Pero también podemos mencionar los paros aeronáuticos en varios países del viejo continente, el paro ferroviario en Francia, o los dos paros generales en Bélgica.

Los planteos de “paz social” apuntan a mantener la explotación de clases sin su aspecto revulsivo, que es la rebelión de los oprimidos. En los países imperialistas, muchos de sus promotores son los mismos que después impulsan las guerras de rapiña contra los pueblos del mundo.

La organización y la lucha de los trabajadores tiene que ser defendida de todo intento de regimentación. Es el camino para derrotar la explotación y la opresión propias de este sistema social.