Políticas
13/9/2025
El PTS en su laberinto de oportunismo y autoconstrucción
¿Un partido obrero contra el “gran capital” y con las direcciones “reales”?

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Autoconstrucción y oportunismo electorero ante el peronismo-kirchnerismo.
El PTS, con la firma de Jonatan Ros, ha publicado un nuevo artículo de “polémica con el PO” sobre la cuestión de un “PT basado en los sindicatos” que es, en realidad, una coartada para su política de autoconstrucción y de oportunismo electorero ante el peronismo-kirchnerismo. Es típico de esta corriente decir lo mismo y lo contrario para justificar citas en el debate, pero en estos casos importa la cita que trasunta el oportunismo, las otras sirven solo para encubrir esa política.
Volvemos a la nota inicial de Freddy Lizarrague cuyas citas dicen que “falseamos”. El “partido de trabajadores” que promueven, efectivamente, se dirige a sindicatos dirigidos por la burocracia peronista más o menos disidente: se refieren al “Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo digno y el Salario Justo” a quienes le reconocen “el proyecto de construir un reagrupamiento más combativo que los ubique como interlocutores de los distintos gobiernos y partidos”. La realidad es que este agrupamiento fantasma, que sólo convocó a una intrascendente movilización, se constituyó para pelear por espacios de poder en la próxima reorganización de la CGT prevista para el 5 de noviembre, donde la burocracia sindical ajustará su política colaboracionista según los resultados del 26 de octubre. Y, en otro orden, de cara a la feroz interna del PJ.
Este agrupamiento al cual colocan como “interlocutor” de un posible PT basado en los sindicatos está integrado por la CATT, confederación del transporte bajo la dirección de un viejo integrante de la burocracia peronista, aliado histórico del moyanismo como Juan Carlos Schmid de Dragado y Balizamiento, por el macartista Omar Maturano de La Fraternidad, junto a algunos gremios de la Corriente Federal kirchnerista, intermitentemente a Abel Furlán de la UOM y ambas CTAs, todos, absolutamente todos, integrados en el Movimiento Derecho al Futuro de Kicillof junto a Daer, Andrés Rodríguez y otros, donde también disputan, sin mucha suerte, espacios de poder en las listas del peronismo.
La presencia de Aceiteros allí, que el PTS acaballa con otros sindicatos de Rosario como ATE, la COAD de la Conadu cuyos dirigentes van en la lista kirchnerista con el diputado Carro –cabeza del kirchnerismo cordobés-, pinta los límites de Aceiteros y la dirección de Daniel Yofra, y no lo contrario. Y, hay que decirlo con claridad, Aceiteros en Buenos Aires abandonó a su suerte a los despedidos en masa de Nidera en Avellaneda y más recientemente a las víctimas del cierre trucho de Dánica con una entregada histórica de cien puestos de trabajo, del convenio y hasta de los delegados de la mano del Sindicato Aceitero Buenos Aires, con subsidio de Kicillof a la patronal incluido. Cero accionar de la Federación Aceitera Nacional que dirige Yofra. Los límites de la política de “respetar al artículo 14 bis”, aún con luchas salariales importantes por parte de esta industria pequeña pero poderosa, están a la vista. Por otra parte Aceiteros se sumó al Frente de la Soberanía.
Desde el sindicalismo combativo hay que convocar al debate para la ruptura con esta política, no a constituir un partido de trabajadores que en todo caso sería un instrumento político de la burocracia y no un canal de independencia política de los trabajadores. Es algo que pasó no hace muchos años en el aborto de la experiencia boliviana de un partido de la COB que el PTS apoyó con alma y vida y no pasó los límites de una maniobra de la burocracia sindical, en ese momento enfrentada con el MAS de Evo Morales en el gobierno.
Proponerle a todos estos sectores “un PT por el gobierno de los trabajadores” como dice Ros en su respuesta al PO es como mínimo sembrar una colosal confusión entre los activistas. Y tendremos que ver si esto no significa un giro derechista más profundo del PTS en su accionar en el movimiento obrero. En relación el plenario del 16 de agosto, es introducir un planteo desviacionista por derecha, en sintonía con sectores como la Verde del Suteba Tigre o Rompiendo Cadenas del Suteba Bahía que lo han ignorado o boicoteado desde una política de adaptación a Baradel y la CTA, aunque algunos de ellos se acercaron a presenciar la deliberación.
Notablemente, el texto central de este debate, el de Lizarrague, se refiere sistemáticamente al “gran capital”, repetido media docena de veces. De lo cual se deduce que algo puede pasar con el “pequeño capital”, que son las llamadas pymes, sujeto eterno del frente de conciliación de clases del degennarismo, del Frepaso, de Patria Grande y todos los progresismos peronistas. Semejante alianza es un veneno para el proletariado porque se trata de uno de los sectores más rabiosamente partidarios de la reforma laboral y de “terminar con la industria del juicio”, planteo al que no casualmente se plegó Juan Grabois.
El PTS le propone un partido obrero amplio a quienes son veteranos enterradores de todo programa de independencia política de clase, porque no tienen la menor intención de ruptura con el nacionalismo, al contrario, el ascenso de la ultraderecha los ha amontonado peor que nunca. Si miramos el “bloque de los ocho de Chacho Álvarez” de ruptura con Menem en los ‘90 y la Mesa de Enlace de esos años entre el MTA, la CTA y la CCC, que fueron las mediaciones para evitar un rumbo independiente de las masas, estos sectores de hoy están muy por detrás: todos amontonados preservando la “unidad del movimiento obrero”… con los Daer y Gerardo Martínez o Andrés Rodríguez.
Por otro lado no se trata de un problema ideológico. La función de ATE dando la espalda al conflicto del Garrahan o de la burocracia gráfica, protagonista de la Corriente Federal, enemiga de la ocupación de Morvillo y de toda lucha en el gremio, o la integración de Wálter Correa al gobierno de Kicillof que persigue a los docentes que paran contra la paritaria trucha a la baja de Baradel, son ejemplos ilustrativos del rol concreto de estos sectores en la lucha de clases efectiva. Lo mismo que el rol de Furlán y sus socios frente a la reciente huelga de tercerizados en Ternium. Estas son las direcciones “reales” a las que se refiere Ros en su texto, indudablemente para denostar a los que luchan por nuevas direcciones en el movimiento obrero, que serían los “irreales”.
Un debate saldado históricamente
En su texto Lizarrague y Ros reivindican la formación del laborismo inglés o el PT de Lula, los que “lamentablemente”, según ellos, terminaron como instrumentos del imperialismo, cada uno a su medida y a la realidad de sus países. Pero es que la formación de un partido obrero burgués -como los llamó Lenin en polémicas sobre el punto en 1905- no puede tener otro derrotero. No corresponde a los revolucionarios promover el surgimiento de una formación de esas características. Otra cosa es la táctica revolucionaria a adoptar frente a la emergencia de una formación política de la clase obrera de carácter no revolucionario pero independiente de la burguesía y aún de la burocracia sindical. Lenin y Trotsky definieron esta cuestión no por la base social de un partido sino por su contenido programático y su función histórica asimilada al sistema capitalista y a su forma más o menos democrática de dominación.
El planteo de Trotsky en los años '30 en Estados Unidos en favor de un Partido Obrero Amplio, muy citado, tuvo que ver con la circunstancia histórica provisional y completamente transitoria del surgimiento de la CIO como un reagrupamiento de cientos de sindicatos que chocaron con la burguesía en la crisis capitalista más importante de la historia; pero luego en la recuperación económica de la burguesía nunca rompieron con el Partido Demócrata. Lo mismo vale para el período de surgimiento del PT de Brasil asociado al surgimiento de los sindicatos de la CUT a partir del sindicato metalúrgico del ABC paulista contra la burocracia sindical y contra los partidos patronales al mismo tiempo, pero que en la medida que se consolidó la dirección del grupo dirigente “Articulación” siguió el rumbo de un partido de Estado que asegura la subordinación del proletariado a la burguesía y al Estado capitalista, gobernando mediante alianzas con formaciones de derecha, con los banqueros, la FISP de los poderosos industriales de San Pablo y con el FMI.
El PTS nos replantea caminos transitados por Nahuel Moreno cuando llamó a Vandor a formar un partido obrero sin Perón o a la formación del “partido centrista legal”, en este último caso no basado en los sindicatos si no en una formación con desprendimientos del socialismo democrático. La veta morenista del PTS se observa también en otro tramo del planteo actual en ambos artículos, porque sostienen que al Frente de la Soberanía, a diferencia de la cúpula dominante en la CGT, le “exigen” plan de lucha. Es una variante del planteo morenista “que se pongan a la cabeza” y que coloca a la izquierda como mero factor de presión de tal o cual sector de la burocracia. Si es por exigir plan de lucha se lo exigimos a todos. Pero hay que desnudar a todas las alas en su política concreta de desarticulación de la resistencia obrera a la ofensiva de Milei y los gobernadores, y especialmente a las alas más demagógicas. En ese plano el rol de ATE es uno de los más perniciosos para el movimiento obrero frente a la actual ofensiva que se cobró 50.000 despidos en el Estado. ATE tiene una “estética” distinta que UPCN, que abiertamente llama al “diálogo” cuando vienen degollando.
Las coordinadoras surgidas en los ’70 por la existencia de miles de cuerpos de delegados combativos -mayoritariamente dominados por la izquierda peronista pero también con una muy importante presencia del clasismo- fue un escenario histórico en el que el planteo polémico de la formación de un partido obrero independiente de Perón y el peronismo tuvo un claro sujeto que fue la vanguardia obrera que ante el Rodrigazo impuso desde abajo la huelga general en 1975. El planteo realizado por el PO en esa etapa fue bloqueado no sólo por la izquierda peronista, que cuestionaba al “brujo” que “entornaba” a Perón, sino por todos los sectores estalinistas y foquistas partidarios del frente popular y contrarios a la lucha por el gobierno obrero. Otra expresión de ese sujeto fue el encuentro de Villa Constitución en 1974 que protagonizaron Tosco, Salamanca y Piccinini, junto a unos 5.000 delegados combativos de todo el país; en el cual sin embargo no sólo ni se plantearon la cuestión sino que se negaron a la formación de una coordinadora nacional propuesta por nosotros a través de la Comisión Interna de Miluz, cuyos dirigentes luego fueron asesinados por la Triple A.
Hoy la tarea es la conquista de los cuerpos de delegados, la recuperación de los sindicatos y la elevación de la vanguardia obrera a un programa de independencia política de los trabajadores. Ese es el valor del reagrupamiento concretado el 16 de agosto por 40 organizaciones combativas sindicales, piqueteras y de jubilados, en el plenario de Sociales que agrupó también a las principales luchas del momento, junto a unos mil dirigentes, delegados y activistas.
Autobombo y falsedades
Ambos articulistas, pero en particular Ros, dicen que el PO critica la posición para “disimular que ha perdido militancia y para disimular su falta de penetración en el movimiento obrero”. Incluso dicen que el PO encumbra “secretarios generales” sin penetración real de bases, lo cual querría decir que los activistas que consagran esos dirigentes son tontos que se dejan copar o aparatear por el PO.
La realidad es que la secretaría general de la UEPC Córdoba no sólo se asienta en el desarrollo de Tribuna Docente sino que fue consagrada mediante un proceso excepcional de movilización de activistas en el que 600 docentes cordobeses decidieron el orden de la lista, en la que la agrupación del PTS obtuvo un digno quinto puesto, el anteúltimo. En el caso de la Lista Granate Blanca telefónica, que hizo una fuerte elección, la Agrupación Naranja, integrante de la Coordinadora Sindical Clasista, propuso sistemáticamente un plenario para conformar la lista, estableciendo un programa, una movilización del activismo y el ordenamiento del frente único a lo que la Agrupación Violeta del PTS se opuso. Finalmente nuestro compañero Pablo Eisbuzick encabezó la lista por el desarrollo de la agrupación y, apuntemos, que el principal dirigente del PTS del gremio y otros delegados abandonaron sus filas.
Podríamos seguir con el enorme desarrollo de la Naranja de AGD UBA que, además, es cabeza de la Multicolor nacional que sacó el 40% de la votación en la Conaduh. Otro tanto en Adosac Río Gallegos y Adosac provincial donde el desarrollo de Tribuna es un pilar de la recuperación de este sindicato provincial, la mayor conquista de la docencia combativa en el orden nacional. Podríamos seguir con el lugar ganado en la Lista Negra del Sutna por Alejandro Crespo, una lista combativa que recuperó el sindicato y que el PTS abandonó después de la victoria de la huelga general salarial de 2022 que se destacó como la gran paritaria obrera en tiempos del gobierno peronista. O, también en la formación de la lista que gana la Junta Interna de ATE del Hospital Garrahan, gran animadora de la lucha del hospital y de las luchas de la etapa. Seguir con los ejemplos es ocioso.
En el plenario del sindicalismo combativo, los movimientos piqueteros independientes, y organizaciones de jubilados en lucha, la CSC fue gran protagonista a la vista de todo el mundo y el MAC-PTS tuvo la menor representación de toda la izquierda en el movimiento obrero combativo argentino que se reunió allí. En parte por los límites de su desarrollo, en parte por su política contradictoria respecto de la iniciativa.
Ahora habrá elecciones en Ademys, pues bien, compañeros del MAC, Tribuna Docente les propone formar la lista a la cordobesa, con una gran movilización del activismo que la saque de los conciliábulos entre agrupaciones, que confronte propuestas y desarrollos para mejor construir este sindicato combativo, como parte de la lista Multicolor. En vez de hacer autobombo hay que luchar por la expulsión de la burocracia sindical y desarrollar, en las difíciles condiciones del movimiento obrero de hoy, ante la ofensiva patronal y la entrega de la burocracia, todas las luchas obreras que no son pocas y reforzar el bloque –todavía pequeño- de independencia política constituido el 16 de agosto, con un muy buen programa y documento que ustedes cuestionaron desde la posición más sindicalera y electoralera, proponiendo sólo los puntos reivindicativos y que Bregman le “hable” a la reunión como si así la vanguardia obrera se pusiera a la altura de sus tareas en la etapa.
El autobombo nunca es buen camino, más bien es un síntoma de debilidad.
Frente de Izquierda y sindicatos
El PTS ha tenido una política sinuosa, pero hostil a la formación de un bloque o polo antiburocrático nacional que agrupe al clasismo y los sectores y sindicatos combativos recuperados, y menos aún en unidad de ocupados y desocupados. Esto no es nuevo. Ante el surgimiento del Plenario del Sindicalismo Combativo en el Miniestadio de Lanús en 2018, con parte de los mismos protagonistas del plenario del 16 de agosto pasado, su decisión fue no participar. Finalmente pidió el ingreso luego de dos años de sucesivas acciones de la coordinación nacional surgida de allí. Al cabo de poco tiempo se pudo apreciar que era para obstaculizar desde adentro el accionar de frente único, también de manera cambiante, muchas veces con excusas.
Si tuviéramos que establecer un hilo conductor, el tema a debate que plantearon recurrentemente fue que el PSC fuera un brazo del Frente de Izquierda o una alianza de los sindicatos con el FITU, o al menos, como lo expresaron en varias oportunidades, que Bregman y los diputados pudieran participar, porque Myriam, según explicaron, tendría más convocatoria que los propios sindicatos, cuerpos de delegados, movimientos piqueteros u organizaciones de jubilados. Ese mismo debate fue el que llevaron durante las semanas previas a la realización del plenario.
Allí la respuesta de distintos representantes sindicales de la CSC fue clara. El Frente de Izquierda es una referencia política que tiene que ocupar su lugar con las iniciativas que pueden convocar a más y más activistas y simpatizantes de todos los campos de la lucha de clases: de los sindicatos, del movimiento estudiantil, de derechos humanos, ambiental, barrial, etc., de todos los sectores del movimiento popular. Justamente en función de esa cuestión hemos planteado sistemáticamente la cuestión de un Congreso del FITU y los luchadores al que el PTS se negó, también sistemáticamente.
No sólo eso, hemos marcado en los debates que rompió la tradición del FITU negándose a un acto común el 1º de mayo en la Plaza de Mayo convocado como históricamente lo hicimos. En su lugar, subrepticiamente organizaron un acto en el Miniestadio de Ferro para hablarse a sí mismos. No entramos en el debate rastrero del número de participantes respecto del que realizó el PO en Plaza de Mayo, desde luego importante. Se trata del método y el lugar político de la iniciativa que tenía que mostrar la perspectiva internacionalista del FITU, exponer sus diferencias de planteos en relación a cuestiones como la guerra imperialista de Ucrania, la confluencia en relación a Palestina y por sobre todas las cosas un planteo de cara a los trabajadores frente al gobierno facholibertario de Milei y al colaboracionismo del peronismo. Los hechos hablan más que las palabras.
Digamos por fin en este apartado algo fundamental que marcó Trotsky en sus escritos de los años ’30 sobre los sindicatos en la época del imperialismo. Para él los sindicatos son la forma más extendida del frente único de clase y es desde ese lugar que los revolucionarios somos una fracción que milita en los sindicatos más o menos reformistas para ganar su dirección. Esto es así con más razón cuando aún la mayoría de la clase obrera argentina está bajo la influencia dominante del nacionalismo burgués, política y sindicalmente.
“Partido Único” y oportunismo properonista
El PTS dice que nunca contestamos desde el PO la propuesta del año 2018 acerca de un partido único. Es sencillamente falso. Todos pueden leer una extensa y fundamentada respuesta del Comité Nacional del PO publicada en Prensa Obrera el 25/10/2018.
La propuesta del partido único era distinta de la que estamos discutiendo hoy. Se refería a un partido de tendencias de los integrantes del FITU. Pero tenía una función idéntica a la que ahora formulan bajo la forma de un PT, que es disimular la completa negativa a que el FITU juegue el rol que tiene que jugar como referencia política en la lucha de clases. En aquel momento propusimos una campaña de actos e iniciativas políticas comunes frente a la enorme crisis del gobierno macrista tras las jornadas de diciembre de 2017 contra el robo a los jubilados, que fue el comienzo del fin del gobierno de Macri. Nada de esto se pudo llevar adelante por la negativa del PTS. El PTS milita la parálisis del FITU para apropiarse de la marca en función de sus candidatos.
En aquella respuesta señalamos las inconsistencias y variaciones en los planteos puesto que “en el acto de Argentinos Juniors el compañero Del Caño aludió a un ‘partido único de la izquierda obrera y socialista’ o sea una fusión de partidos que ya han adoptado un programa y una estrategia definidos. Ahora ustedes proponen ‘un partido de trabajadores y trabajadoras anticapitalista y socialista’, o sea, una definición de fronteras políticas difusas y sin un programa definido”. En esa misma respuesta les recordamos “el parecido de esta propuesta a otra formulada en 2011, cuando emergía el Frente de Izquierda como referencia para muchos activistas y luchadores. Ese PT no tenía fronteras de izquierda, o sea que estaba abierto a una estrategia reñida con el socialismo. En aquel momento lo caracterizamos como un intento de sustituir al Frente de Izquierda, probablemente caracterizando su agotamiento. A contrapelo de ello en 2013 haría la mejor elección de su corta historia dando un salto enorme en Mendoza y ganando (el PO) la capital de Salta”. Les recordamos también en ese artículo su política frente al “instrumento político” de la burocracia de la COB en Bolivia y frente a la formación del PSOL.
Como se aprecia, estamos ante un plato recalentado. ¿Será que también ahora consideran agotado el Frente de Izquierda? ¿Será por eso que se oponen a cualquier iniciativa en común que no sean las listas electorales, sobre todo si están encabezadas por ellos?
Hay que señalar en esta etapa, además, el acentuado perfil prokirchnerista del discurso de Myriam Bregman, de lo cual tuvimos la sobreactuación frente a la condena de CFK, cuando junto a Nicolás Del Caño se entrevistaron con ella dando un apoyo político ajeno por completo a la política del FITU, algo criticado por las otras tres corrientes integrantes del frente. Más recientemente, desde cuentas ligadas al PTS se ha difundido todo un recorte de El Destape donde Roberto Navarro y Pablo Caruso explican el “giro inteligente” del PTS hacia el peronismo y en particular al kirchnerismo señalando “el diálogo permanente de Myriam con Máximo Kirchner”. El recorte no sólo no es desmentido, sino difundido por el PTS, lo que marca una política deliberada que más allá de su dudoso rédito electoral, no contribuye sin dudas a la ruptura de los trabajadores con el peronismo, tarea estratégica de la hora para la construcción política clasista y revolucionaria. Justamente, para que otra vez la crisis de régimen en la que está envuelto el gobierno de Milei no sea contenida por un recambio de la burguesía a través del peronismo, exactamente lo que ocurrió en 2001 y luego con Macri.
Para contribuir a la rebelión popular contra Milei, el Frente de Izquierda tiene que ofrecer e intervenir en función de una salida de los trabajadores, que sólo puede abrirse paso mediante la superación del peronismo. Las últimas elecciones han mostrado la vigencia del FITU para establecer una línea de resistencia en el plano electoral, pero la enorme crisis en la que está envuelto el gobierno de Milei y de conjunto la burguesía tendrá un desenlace en el terreno de la intervención de la clase obrera en la crisis, de lo cual nos vuelven a dar ejemplos las recientes rebeliones de Indonesia y Nepal. Nuestra consigna "Fuera Milei" apunta en ese sentido. Incluso la superación de la polarización electoral entre corrientes de la burguesía en favor de un canal independiente de los trabajadores como el FITU depende de ese derrotero en la lucha de clases en el que tenemos que jugar los revolucionarios.
PD: El texto no se priva de un ataque bajo al Partido Obrero sobre el que tendrán que dar explicaciones: una velada acusación diciendo “que la relación con el Estado habría sido un importante debate” que no fundamentan ni precisan, cuando somos víctimas de un juicio sumario contra 18 dirigentes piqueteros, entre ellos quince dirigentes del Polo Obrero con Eduardo Belliboni a la cabeza y cuando Vanina Biasi es víctima de otra causa en la que la acaban de embargar por 10 millones de pesos por ocupar el lugar que ocupa en la Argentina en la lucha en solidaridad con el pueblo y la causa palestina contra el genocidio sionista, además de confirmarle el proceso por falso antisemitismo. Ambas causas en la Justicia Federal del régimen. O sea que no se privan de una bajeza impropia de revolucionarios.

