Clases públicas, asambleas, ruidazos, cacerolazos, abrazos simbólicos y movilizaciones callejeras configuran el cuadro de lucha ascendente que recorre las universidades de todo el país. Milei no logró cerrar el conflicto, por el contrario con sus provocaciones lo único que hizo fue radicalizarlo.

Hasta hace pocas semanas, algunos profetas de la desmoralización (y la derrota) se preguntaban ¿Dónde están los estudiantes? En alusión a la falta de respuesta del movimiento estudiantil frente al ataque de Milei contra la universidad pública. La respuesta fue categórica: les estudiantes estamos junto a nuestros docentes impulsando clases públicas, peleando por asambleas y por un plan de lucha donde la burocracia estudiantil se niega a convocarlo. En síntesis, estamos organizando, con las herramientas que tenemos a mano, la lucha por derrotar la motosierra de Milei.

No caben dudas que el dato cualitativo de la situación universitaria es que les estudiantes entramos en escena. Esa falsa idea de una juventud apolítica, “libertaria” o ideológicamente derechista que no iba a reaccionar frente a los ataques del gobierno está siendo desmentida en los hechos.

La participación combativa de les estudiantes en la lucha abre la posibilidad concreta de radicalizar el conflicto hasta el final y ganarle a Milei. El plan de lucha mancomunado entre estudiantes y docentes en Filosofía y Letras de la UBA es por el momento el punto más alto de organización universitaria y constituye una apoyatura para todo el movimiento. Pero las acciones en Medicina, Farmacia, Veterinaria y Agronomía, Sociales, Psicología, Derecho, Económicas y Exactas tampoco se quedan atrás.

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Más allá de la UBA, la lucha universitaria está dando saltos hacia adelante. La Ungs (Universidad Nacional de Gral. Sarmiento) se destapó y, con la asamblea interclaustro a la cabeza, organizó decenas de clases públicas, un cacerolazo y posiblemente hubiésemos tenido un abrazo masivo a la universidad que debió ser levantado por el paro del transporte. El dato sobresaliente de la Ungs es que la comunidad universitaria creó su propio espacio de organización, deliberación y lucha (la asamblea interclaustro) en ausencia total del centro de estudiantes y el sindicato docente.

En la universidad de San Martín (Unsam), con el combativo Centro de Ciencia y Tecnología como eje de la lucha contra Milei, se están desarrollando clases públicas en CyT y, organizado por el Cecyt, se desarrolló un masivo ruidazo que nucleó a todos los centros de estudiantes y recorrió la universidad desafiando “al peluca de Milei”. En el resto de las universidades del conurbano también crece y se despliega la lucha.

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En la UNA, con los centros combativos jugando un rol destacado, viene creciendo la organización estudiantil, con columnas nutridas el 24 de marzo, asambleas, comisiones en pleno funcionamiento y clases públicas.

En la Universidad de la Plata, estudiantes y docentes también se encuentran en pie de lucha organizando clases públicas y fuertes y masivas concentraciones en el rectorado. El movimiento estudiantil platense es por lejos el más importante de la provincia de Buenos Aires. Su puesta en pie es una buena noticia, pero lamentablemente les estudiantes están organizando la lucha sin contar con su Federación Universitaria (FULP). La Mella y La Cámpora, que la presiden, la han vaciado conscientemente de participación, similar a lo que hacen los radicales de Franja Morada al frente de la Federación Universitaria de Buenos Aires y la Federación Universitaria Argentina.

En Mar del Plata, Bahía Blanca, Córdoba, Rosario, Neuquén, Misiones, San Juan y Chubut la lucha universitaria gana terreno y se abre paso curso por curso, facultad por facultad. En definitiva, la ola en defensa de la universidad pública se expande por todo el país.

La izquierda tiene que promover la extensión y organización del movimiento universitario y para ello tenemos que valernos de la más amplia unidad del frente único y dar una lucha política, sin concesiones, por radicalizar y dotar al movimiento de un programa de clara independencia política que tenga una estrategia de acción directa para quebrar la motosierra de Milei.

Nuestro programa y el de los rectores

El programa del movimiento estudiantil es sustancialmente opuesto al de los rectores, aunque con ellos nos encontremos en la lucha. Mientras los rectores se organizan por su propia supervivencia (esto quiere decir que las universidades funcionen con lo mínimo y necesario) y ven con buenos ojos profundizar una estrategia de mercantilización del sistema universitario que les permita nuevos y mejores negocios mediante el impulso de más arancelamiento en los contenidos de las carreras (reformas) y un mayor alineamiento de las grandes empresas (muchas de ellas extractivistas) con las universidades a cambio de financiamiento; les estudiantes y docentes peleamos por universidades donde no haya precarización laboral, donde docentes y no docentes cobren como mínimo lo que cuesta hoy la canasta básica familiar, una universidades donde les estudiantes ingresen y logren permanecer estudiando mediante un plan de becas integrales para que el ajuste no deje a nadie afuera. Nuestro interés es que la universidad funcione con todos los estudiantes, trabajadores e hijos de trabajadores adentro y sean una usina del pensamiento crítico y el desarrollo de la ciencia en beneficio de las mayorías populares y no de las patronales negreras y extractivistas.

Estas diferencias, sencillamente irreconciliables, entre los intereses históricos de estudiantes y trabajadores (docentes y no docentes) y los intereses de autoridades universitarias privatistas como Yacobitti o Carlos Greco, habrá que resolverlas impulsando una profunda deliberación política en todas las universidades sobre cuál es la estrategia para derrotar a Milei y por qué tipo de universidad luchamos, a la vez que en cada universidad nos destacamos por ser la corriente que se juega todo por extender la lucha y la unidad de acción contra Milei.

Las agrupaciones políticas que ponen por delante del movimiento sus aspiraciones autoproclamativas y sectarias de autoconstrucción de su propio aparato delatan un profundo conservadurismo y además implícitamente declaran su impotencia para jugar un rol progresivo en el movimiento universitario.

El 23 desbordemos la movilización universitaria nacional

El despertar del movimiento universitario (contradictorio y dinámico) se encuentra en pleno ascenso. La movilización del 23 de abril convocada inicialmente por las federaciones docentes y estudiantiles, y luego tomada también por el CIN (Consejo de Rectores), puede convertirse en una auténtica gesta universitaria en defensa de la educación pública. A la vez empalma con un proceso más general de luchas obreras y populares que se ponen de pie frente a los ataques de Milei, el FMI y los políticos capitalistas.

La tarea de la hora es militar y militar en cada curso para que seamos cientos de miles lxs estudiantes, docentes y no docentes que el 23 ganemos las calles y desbordemos Plaza de Mayo. Pronunciar a todos los centros de estudiantes y federaciones, organizar asambleas, autoconvocatorias, armar las citas y puntos de encuentro para facilitar la movilización de las comunidades universitarias será nuestra principal prioridad. Estamos comprometidos a fondo con el éxito de la movilización universitaria nacional.

El ataque histórico de Milei contra la universidad reclama ir a fondo para derrotarlo. Una movilización de masas refuerza el plan de lucha y la perspectiva de la huelga general universitaria hasta tirar abajo todo el ajuste.

Derrotar todo el plan Milei

La necesidad de impulsar y construir desde la universidad un gran encuentro de trabajadores ocupados y desocupados junto a los movimientos de luchas populares cobra ahora más importancia que semanas atrás.

La guerra declarada del gobierno contra los de abajo nos exige poner manos a la obra para que la iniciativa la tengan los únicos que de verdad queremos y podemos derrotar, ahora, a Milei: los trabajadores y la juventud.

https://prensaobrera.com/sindicales/vamos-desde-las-escuelas-e-institutos-a-la-marcha-por-la-educacion-publica-el-23-4/